¿Vive la iglesia hoy en el poder del Espíritu? Como creyente, ¿eres tú consciente de cuánto necesitas Su guía? En este curso Coalición —basado en las plenarias de Por Su Causa 2023: Por el poder del Espíritu, de Ministerios Integridad & Sabiduría— aprenderás sobre la obra del Espíritu que recibimos por causa de la glorificación del Señor Jesús (Jn 16:7).

Antes de ascender a la diestra del Padre, nuestro Señor enseñó que enviaría a Su Espíritu, en cumplimiento de los anuncios del Antiguo Testamento. Ahora la iglesia, que está habitada por la misma presencia divina, puede vivir para la gloria de Dios por ese mismo poder que levantó a Jesucristo de entre los muertos.

El Espíritu Santo es el agente vital para la aplicación de la redención al creyente. Él abre los ojos de nuestro entendimiento para que podamos ver quién es Jesús y cuál es Su obra salvífica. Pero no solo eso, también nos transforma día a día por medio de Su Palabra para que podamos adorar verdaderamente al trino Dios. Mientras esperamos la manifestación gloriosa de Cristo en Su segunda venida, sigue usando a la iglesia para la expansión de Su reino mediante la proclamación del evangelio.

Integridad & Sabiduría es una organización sin fines de lucro que nace con la visión de «Impactar a la sociedad contemporánea con la revelación de Dios a través de la exposición de Su verdad de una forma clara y convincente, haciendo uso de la Palabra como fuente de la verdadera sabiduría y respaldada por un testimonio de integridad».

La vida cristiana está diseñada por Dios para ser vivida por el Espíritu Santo. Si la partida de nuestro Señor Jesús implicaba que Él enviaría al Paracleto, entonces no solo la entrada a la fe es producida por Su acción salvífica, sino que también toda la vida del creyente se puede vivir solo por Su acción. Así, Cristo es exaltado, para gloria del Padre.

El mismo Espíritu Santo que obró en el tiempo del libro de los Hechos es el que está obrando hoy en todo lugar. Él sigue redimiendo, restaurando y preparando para el servicio a todo el pueblo de Dios, no importando su trasfondo. En la medida en que la iglesia manifiesta Su unidad, Cristo es glorificado por nuestro testimonio al mundo.

Todos los seres humanos necesitamos un cambio de corazón. Cuando eso sucede por el Espíritu de Dios, entonces empiezan a manifestarse en los creyentes los signos vitales de una nueva vida en Cristo. Sin embargo, nuestra esperanza es aún mayor, ¡un día gozaremos de la herencia celestial juntamente con nuestro Señor Jesús!

Todos adoramos, pero la verdadera adoración solo puede suceder cuando se basa en la relación con el único Dios. Esto debe acabar con la idolatría y cualquier devoción desviada, mientras que el Espíritu Santo aplica la promesa de restauración a la iglesia bajo el nuevo pacto en Cristo.

El hombre en su condición natural está cegado a la gloria del Señor. Por esto, solo el Espíritu de Dios puede iluminarnos para ver Su salvación. Del mismo modo, Él sigue trabajando en los creyentes para santificación, esto es, para que seamos transformados a la luz de Su Palabra, de gloria en gloria a la imagen de Cristo Jesús.

Los cristianos vivimos en una constante guerra contra todo enemigo de los designios divinos. Esta batalla no se puede ganar con las fuerzas humanas, sino solo con toda la armadura proporcionada por Dios. La Palabra dada por Él es tanto un refugio defensivo para resistir toda asechanza maligna como un arma poderosa para derrotar la maldad.

La iglesia actual necesita escuchar con atención la voz del Espíritu al final del texto inspirado, donde se nos dice que debemos realmente amar a Dios, buscando el arrepentimiento de cualquier corrupción doctrinal, comportamientos licenciosos y arrogancia o negligencia que llevan a la muerte. Solo permaneciendo fieles al evangelio aguardaremos activamente la segunda venida de nuestro Señor Jesús.