Un recorrido panorámico por el nacimiento y la influencia del puritanismo
Un recorrido panorámico por el nacimiento y la influencia del puritanismo
El puritanismo fue un movimiento de reforma dentro del naciente anglicanismo inglés, a fines del siglo XVI y cuya influencia se ha extendido hasta nuestros días.
Para comprender el origen de este movimiento tenemos que irnos hasta las confusiones amorosas del rey Enrique VIII (1491-1547), de quien tenemos un video que dejaremos en la descripción.
En 1534 fue promulgada en Inglaterra un Acta de Supremacía, convirtiendo al rey en «cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra». Con la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón (1485-1536), el rey Enrique VIII y el Parlamento separaron la Iglesia de Inglaterra, de Roma, en 1536. En 1547, Eduardo VI (1537-1553), hijo de Enrique VIII se convirtió en rey lo que permitió un avance rápido del protestantismo en el país.
María Tudor (1516-1558), hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón quien era católica, se convirtió en reina en 1553, luego de la muerte temprana de Eduardo VI. María restauró el catolicismo e intensificó la persecución a los protestantes. Muchos protestantes fueron asesinados y cientos huyeron al continente donde absorbieron los principios doctrinales de los reformadores europeos.
Elizabeth I (1533-1603), otra hija de Enrique VIII, ascendió al trono en 1558, estableciendo el «Acuerdo Isabelino», que trataba de mediar entre la influencia católica y el protestantismo.
Pero un incidente muy particular sucedió: Entre 1567 y 1568 se produjo una controversia sobre las vestimentas de los clérigos. El motivo de la polémica era si los predicadores tenían que usar los trajes clericales católicos. Esta controversia marcó una creciente impaciencia entre ciertos sectores que argumentaban que la Iglesia de Inglaterra estaba siendo «reformada a medias».
Estas críticas venían principalmente de los grupos calvinistas ingleses, fuertemente influenciados por la Reforma en Suiza, que fueron denominados “puritanos”, ya que querían purificar a la Iglesia de Inglaterra de las influencias católicas.
Pero el trato que les dió el establecimiento fue hostil. Así que al negarle la oportunidad de reformar la iglesia establecida, el puritanismo recurrió a la predicación, los panfletos y a su importante influencia en los centros educativos, como Cambridge u Oxford.
Mientras tanto, Elizabeth I murió en 1603, sin dejar heredero. Y se designó como sucesor a Jacobo I (1566-1625), hijo de María Estuardo, que ya gobernaba en Escocia. Cuando el rey fue coronado, los puritanos, a causa de la presunta formación protestante del rey, tuvieron esperanzas. Así que presentaron una petición en 1603, firmada por cerca de mil ministros puritanos, en la que pedían que la Iglesia Anglicana fuera «completamente puritana».
Pero el Rey estuvo poco dispuesto y la única idea valiosa que aprobó de ellos fue ordenar una nueva traducción de la Biblia, que hoy conocemos como la versión King James.
Carlos I Estuardo (1600-1649) fue coronado rey en 1625. A través de la Iglesia, el rey buscó instituir prácticas ceremoniales consideradas «católicas» por los puritanos.
Mientras tanto, el puritanismo seguía avanzando. En 1653 las fuerzas parlamentarias derrocaron al rey Carlos I y Oliver Cromwell (1599-1658), que era puritano, asumió el gobierno. Sin embargo, Carlos II (1630-1685) subió al trono en 1660 y restauró la Iglesia de Inglaterra, e inició una nueva era de persecuciones contra los puritanos.
Como consecuencia del fracaso de un gobierno puritano, muchos de ellos dejaron el país buscando otros lugares con mayor libertad religiosa, como Suiza, Países Bajos, Sudáfrica y principalmente las colonias inglesas en América.
Los puritanos hicieron un último intento fallido de asegurar su ideal durante la Revolución Gloriosa, pero la solución religiosa de Inglaterra fue definida en 1689 por la Ley de Tolerancia, que le permitió a los grupos disidentes, como el puritanismo, seguir funcionando en el país, pero separados de la Iglesia Anglicana.
La llegada de los puritanos a las colonias inglesas de América fue la oportunidad para establecer el tipo de gobierno que no pudieron establecer en Inglaterra. Allí fundarían la mayor cantidad de comunidades puritanas y vivirían un auténtico auge de sus creencias, formando en buena parte el carácter de lo que sería más tarde los Estados Unidos.