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Después de que se escribiera Malaquías, el último libro del Antiguo Testamento, a mediados del siglo V a.C., hubo un período conocido como los 400 años de silencio divino en el que no hubo palabra de Dios plasmada en un libro canónico. Durante ese tiempo confluyeron cambios políticos, culturales, y religiosos que dieron paso al origen de la Septuaginta (LXX).[1]

La Septuaginta es la primera traducción de la Biblia, compuesta a lo largo de cuatro siglos (III a. C.- I d. C.).[2] En su etapa inicial, el nombre Septuaginta designaba propiamente la traducción del Pentateuco hebreo al griego koiné,[3] llevada a cabo en Alejandría durante el reinado de Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a. C.).[4] En la actualidad, la Septuaginta incorpora la traducción de todos los libros incluidos en el canon hebreo y, además, una serie de libros conocidos como deuterocanónicos en la tradición católica y apócrifos en la protestante.

El nombre Septuaginta se debe al número de setenta (o setenta y dos) eruditos que, según la Carta de Aristeas (siglo II a.C.), tradujeron la Torá judía. Para el primer siglo, los escritores del Nuevo Testamento que citaron el Antiguo Testamento usaron la Septuaginta.

El erudito Alfred Rahlfs fue uno de los primeros en recopilar y reconstruir el texto original de la Septuaginta.[5] La versión impresa que tenemos hoy de la LXX fue publicada por la Deutsche Bibelgesellschaft (Sociedad Bíblica Alemana). Esta versión divide en dos volúmenes los libros del Antiguo Testamento, los presenta en un orden diferente al de nuestras biblias en español, e incluye los libros apócrifos.

Volumen 1: Pentateuco y libros de historia

Los nombres en español de los libros de la Biblia provienen en su mayoría del latín, pero otros los toman directamente de los nombres asignados en la Septuaginta. Aquí te presento los libros de la Biblia en el orden en que aparecen en la Septuaginta:

  1. Γένεσις, Génesis
  2. Ἔξοδος, Éxodo
  3. Λευϊτικὸν, Levítico
  4. Αριθμοὶ, Números
  5. Δευτερονόμιον, Deuteronomio
  6. ̕ Ιησοῦς, Josué
  7. Κριταὶ, Jueces
  8. Ροὺθ, Rut
  9. Βασιλειῶν Α΄, 1 Samuel
  10. Βασιλειῶν Β΄, 2 Samuel
  11. Βασιλειῶν Γ΄, 1 Reyes
  12. Βασιλειῶν Δ΄, 2 Reyes
  13. Παραλειπομένων Α΄, 1 Crónicas
  14. Παραλειπομένων Β΄, 2 Crónicas
  15. Ἔσδρας Α΄, 1 de Esdras (este es un libro deuterocanónico que lleva el mismo nombre del libro canónico de Esdras)
  16. Ἔσδρας Β΄, 2 de Esdras (Esdras y Nehemías). Tanto en la Biblia Hebraica Stuttgartensia como en la Septuaginta, nuestros libros de Esdras y Nehemías son considerados un solo libro.
  17. ʼΕσθὴρ, Ester
  18. ʼΙουδὶθ, Judit
  19. Μακκαβαίων Α΄, 1 Macabeos
  20. Μακκαβαίων Β΄, 2 Macabeos
  21. Μακκαβαίων Γ΄, 3 Macabeos
  22. Μακκαβαίων Δ΄, 4 Macabeos

Si te interesa conocer más sobre la fecha de redacción de los libros apócrifos, puedes consultarla aquí, o si te interesa conocer más sobre qué aprendemos de ellos, te puede interesar este artículo.

Volumen 2: Libros poéticos y proféticos

  1. Ψαλμοὶ, Salmos
  2. ʼΩδαὶ, Odas (considerado canónico solo por la Iglesia Ortodoxa)
  3. Παροιμίαι, Proverbios
  4. ʼΕκκλησιαστὴς, Eclesiastés
  5. Ἆσμα, Cantares
  6. Ἰὼβ, Job
  7. Σοφία Σαλωμῶνος, Sabiduría de Salomón
  8. Σοφία Σιρὰχ, el libro de Sirácida o del Eclesiástico
  9. Ψαλμοὶ Σαλωμῶντος, Salmos de Salomón
  10. Ὠσηὲ, Oseas
  11. Ἀμὼς, Amós
  12. Μιχαίας, Miqueas
  13. Ἰωὴλ, Joel
  14. Ἀβδιοὺ, Abdías
  15. Ἰωνᾶς, Jonás
  16. Ναοὺμ, Nahúm
  17. Ἀβακοὺμ, Habacuc
  18. Σοφονίας, Sofonías
  19. Ἀγγαῖος, Ageo
  20. Ζαχαρίας, Zacarías
  21. Μαλαχίας, Malaquías
  22. Ἠσαΐας, Isaías
  23. Ἰερεμίας, Jeremías
  24. Βαροὺχ, Baruc
  25. Θρῆνοι, Lamentaciones
  26. Ἐπιστολὴ Ἱερεμίου, Epístola de Jeremías
  27. Ἰεζεκιὴλ, Ezequiel
  28. Σουσάννα, Susana
  29. Δανιὴλ, Daniel
  30. Βὴλ καὶ Δράκων, Bel y el Dragón

La importancia de la Septuaginta

La Septuaginta representa la primera adaptación de la Biblia a un idioma y contexto diferentes a los originales. Por primera vez, el corpus de un idioma semítico es vertido a un idioma indoeuropeo. Esto fue el resultado de, entre otras razones, necesidades que se presentaron a la comunidad de la diáspora helenística de Egipto. Para los últimos siglos, previos a la época del Nuevo Testamento, el uso del hebreo había quedado para el contexto religioso y cúltico, mientras que el griego introducido por Alejandro Magno había llegado a ser la lengua común conocida como griego koiné (común).

El paso del tiempo y los registros históricos han revelado la importancia de este enorme proyecto literario. La Septuaginta no solo representa una traducción, sino una obra con características particulares, ya que contiene los libros de la Biblia hebrea y también libros —escritos originalmente en griego— que proveen información valiosa sobre historia, tradiciones, y la lengua de la época intertestamentaria. Aunque en el Nuevo Testamento no hay una mención explícita de la Septuaginta, a lo largo de sus escritos podemos encontrar citas que pertenecen a ella.

En los estudios modernos sobre Antiguo Testamento, la Septuaginta ha demostrado ser tan valiosa porque representa una versión bien conservada de los libros del Antiguo Testamento. La LXX también aporta información importante a las ciencias bíblicas, como la Crítica Textual, es decir, los estudios sobre la conservación de los manuscritos hebreos. Asimismo, permite hacer una comparación con el Textus Receptus y con los descubrimientos de los Manuscritos del Mar Muerto (1947). Todo en aras de avances en la comprensión del Nuevo Testamento y de la etapa que le precedió.

Damos gracias a Dios porque usó a personas, de quienes desconocemos sus nombres, para dejarnos una gran lección histórica: la humanidad necesita la Palabra de Dios en su respectivo idioma. Oremos, aportemos, y promovamos proyectos que envíen obreros a la mies. Sin duda, el trabajo de los creyentes en la historia de la iglesia ha hecho grandes aportes, pero existe la necesidad de continuar con la traducción de las Escrituras a lenguas que todavía no han escuchado el mensaje del evangelio y que carecen de una Biblia en su idioma materno.


[1] Septuaginta es el nombre en latín que viene del griego οἱ Ἑβδομήκοντα (hoi hebdomékonta), que significa literalmente “Los Setenta”.
[2] Alfonso Ropero, “Septuaginta”, Gran diccionario enciclopédico de la Biblia (Barcelona: Editorial Clie, 2013) p. 3,853.
[3] La historia del griego está dividida en cinco etapas: 1) El griego prehomérico, 1000 a. C.; 2) La era de los dialectos o griego clásico (1000-330 a. C.); 3) El griego koiné (común), 330 a. C. — 330 d. C., es el griego de la LXX y en el que se escribió el Nuevo Testamento; 4) El griego bizantino o de la Edad Media, 330-1453 d. C.; 5) El griego moderno, 1453 hasta el presente. En Daniel Wallace, trad. Daniel Steffen, Gramática griega, sintaxis del Nuevo Testamento (Miami: Editorial Vida, 2011) p. 15-9.
[4] Natalio Fernández Marcos, La Biblia griega de judíos y cristianos (Salamanca: Ediciones Sígueme, 2014) p. 9.
[5] Alfred Ralfs, Robert Hanhart, Septuaginta (Stuttgart, Alemania: Deutsche Bibelgesellschaft, 2006).
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