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La consejería bíblica busca conectar la vida de las personas con las verdades atemporales y vivas de la Palabra de Dios. Al encontrar en la Escritura lo que el mundo no le puede ofrecer, el creyente podrá asemejarse a Cristo y glorificará a Dios con su vida.

Sobre esto habla el libro Transformados a Su imagen: Una vida de continua obediencia (B&H Español, 2023), escrito por los pastores Miguel Núñez y Luis Méndez.

Una teología de la consejería

Este recurso consta de poco más de trescientas páginas y está dividido en dos partes principales, aunque me atrevo a decir que se podría haber dividido en tres, ya que los primeros tres capítulos funcionan como la base teológica de la consejería bíblica.

Transformados a Su imagen

Transformados a Su imagen

B&H Español. 256 páginas.

La consejería bíblica busca conectar la vida de las personas con las verdades atemporales y vivas de la Palabra de Dios. Al encontrar en la Escritura lo que el mundo no le puede ofrecer, el creyente podrá asemejarse a Cristo y glorificará a Dios con su vida.

Sobre esto habla el libro Transformados a Su imagen: Una vida de continua obediencia (B&H Español, 2023), escrito por los pastores Miguel Núñez y Luis Méndez.

B&H Español. 256 páginas.

En esta sección, los autores presentan un diagnóstico de la condición humana y cuál es la fuente de sus problemas. Analizan las dimensiones en las que somos afectados por el pecado y cómo la esencia del ser humano se ha corrompido por causa de la caída.

También se puede encontrar una definición clara de lo que es la consejería bíblica y la propuesta de una meta cristocéntrica hacia la que todo consejero debe apuntar: que todo creyente sea dirigido en la Palabra, por medio del poder del Espíritu Santo, para asemejarnos a Jesús. 

[La consejería bíblica] es el proceso a través del cual un creyente maduro contribuye al crecimiento emocional y espiritual de un hijo de Dios por medio del poder del Espíritu Santo, bajo la autoridad de la Palabra y en el contexto de una comunidad cristiana; para que, a través de las circunstancias de la vida permitidas por Dios, esa persona pueda glorificar al Señor y crecer a la imagen de Cristo (p. 9).

Las primeras páginas de este recurso nos muestra que no es un libro de técnicas de consejería bíblica, aunque tiene un poco de ello. El objetivo de los autores no es solo enseñarnos qué decir y qué no en una sesión de consejería, sino ayudarnos a entender que el problema del ser humano no radica en sus experiencias, sino en la relación rota con su Creador y lo que esto implica.

Además, en esta sección los autores buscan explicar también por qué un aconsejado no logra cambiar, pues no podremos ayudar de manera eficaz a alguien hasta comprender cuál es la verdadera lucha que está librando no solo en su vida cotidiana, sino ante todo en su corazón. Además, los autores exponen bajo qué objetivos divinos y cristocéntricos debería vivir el aconsejado, ya que «como lucimos hoy, habla de lo que hemos estado adorando en los últimos años, porque ciertamente nos convertimos en lo que adoramos» (p. 39).

En el resto del libro encontrarás secciones prácticas, pero más que nada teológicas. Su objetivo principal es explicar la relación del evangelio y la Palabra de Dios con la condición del corazón caído.

Lo que abarca la consejería

Los capítulos 4 al 8 indagan sobre las emociones detrás de las experiencias humanas, como por ejemplo, el temor, la culpa y la preocupación. Los autores señalan que «la principal causa del temor en los seres humanos es la ausencia de Dios en sus vidas» (p. 82), seamos conscientes de esto o no.

Estos capítulos nos muestran cómo buscamos sentido de identidad y seguridad en las cosas creadas antes que en el Creador. Al estar sin la guía de Dios, no debe sorprendernos que nuestras emociones y afectos sean inestables.

El pecado, en cualquiera de sus manifestaciones, nos vuelve orgullosos y preferimos justificar nuestras acciones antes que responsabilizarnos por ellas. Nos vuelve reactivos ante los demás, lo que trae consecuencias en la vida y genera dolor.

Estos capítulos nos ayudan a entender mejor las luchas, las cargas y los fracasos constantes que experimenta una persona que está en un proceso de consejería. También nos ayudan a evaluar cómo debemos hacer frente a estas condiciones de manera bíblica. Todo con el fin de mostrarnos cómo, por medio del evangelio, la confesión, el arrepentimiento, la restauración y la santificación son los medios divinos que requerimos para experimentar la vida para la cual fuimos diseñados.

La primera parte del libro concluye con una sección práctica (caps. 9 al 11) que resultará útil para todo consejero bíblico, en especial si está comenzando en este ministerio.

Las buenas prácticas en la consejería

Los capítulos finales (12 al 15) conforman una importante carta de ánimo, advertencia, exhortación para el consejero, sobre todo por su énfasis en el carácter del consejero. El pastor Luis Méndez señala con tacto y misericordia, pero también con claridad y precisión, cuáles son los atributos y características que debe modelar un creyente realmente maduro y capaz de guiar a otros en su proceso de transformación. «El consejero bíblico habla a otros de un Dios que conoce y en el cual confía, porque camina muy cerca del Señor» (p. 236).

Si eres un consejero bíblico con cierta experiencia, estos capítulos serán un complemento útil para tu ministerio y un recordatorio de algunos elementos de la consejería en los que debes tener cuidado al tratar con las personas, como el tacto, la amabilidad, la oración, la humildad y la verdad que el consejo divino está antes que el nuestro. Al mismo tiempo, si estás comenzando a servir en este ministerio, agradecerás al Señor por estos capítulos, pues todos alguna vez experimentamos ese temor de ser el «consejero novato».

Él nos está transformando a Su imagen

La consejería bíblica es algo más que solo tener una Biblia sobre el escritorio en una sala de consejería. Transformados a Su imagen confronta muy bien está perspectiva equivocada, que no presenta de manera adecuada a Cristo y Su Palabra.

Este recurso funciona como una excelente introducción a la consejería bíblica. Considero que logra equilibrar la teología que hay detrás de la consejería y los elementos prácticos de la vida espiritual del consejero y de su desenvolvimiento en una sesión de consejería.

Este no es un libro para leer de manera rápida e irreflexiva. Si bien el contenido es fácil de digerir, invita a tomar notas, analizar nuestra eficiencia como consejeros y, por qué no, a hacer una pausa para adorar al Padre, que nos proveyó de una salvación gloriosa en Jesús, quien —por medio de Su Palabra y del poder de Su Espíritu— nos está transformando a Su imagen.

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