¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Oye, hijo mío: Una guía práctica para criar a tus hijos en el Señor (B&H Español, 2022) es un libro escrito por Juan y Jeanine Sánchez, padres de cinco mujeres, quienes desean compartir cómo la Palabra de Dios fue la que los guió, confrontó y dio las pautas necesarias para caminar en este sendero de la crianza.

Estas son algunas frases destacadas que encontré en mi lectura de este recurso:


Nuestro deseo en la crianza debería ser el mismo que el de Dios, tener hijos piadosos (p. 8).

Uno de los propósitos del matrimonio es tener descendencia y llenar la tierra con hijos que vivan para Dios; hijos que porten la imagen y la semejanza del Señor (p. 15)

El Dios que dijo que no es bueno estar solo nos ha dado a Cristo, Su Palabra, Su Espíritu y nos dio los unos a los otros, la iglesia (p. 19).

Lo importante es que la tarea de la crianza es, en esencia, la misma de la iglesia: hacer discípulos (p. 23).

Cuanto más sólido sea tu matrimonio, más sólida será tu crianza (p. 25).

Como nuestros hijos nacen con un corazón duro, si deseamos criar hijos que vivan para Dios, lo más importante de nuestra crianza no es la modificación de conductas sino el corazón (p. 27).

Tenemos que entender que estamos criando hijos que necesitan un nuevo corazón; de lo contrario, tan solo modificamos conductas (p. 32).

Uno de los mayores peligros en la crianza es que tengamos hijos educados que sean condenados al infierno por desconocer el mensaje del evangelio (p. 32).

Debes saber esto: Si no les prestas atención a tus hijos, alguien más lo hará (p. 52).

Si vamos a criar hijos piadosos, las verdades del evangelio deben estar primero en nuestros corazones y ponerse en práctica delante de nuestros hijos (p. 58).

Mamás y papás, si desean criar hijos piadosos, primero tienen que buscar la piedad. Las verdades de la Palabra de Dios primero tienen que estar en sus corazones (p. 61).

Si no estás dispuesto a escuchar a tus hijos, ellos encontrarán a alguien que lo haga. Y ese alguien tal vez no los lleve a Cristo (p. 69).

Los objetivos de crianza no bíblicos nos llevarán a usar métodos de crianza no bíblicos (p. 75).

La instrucción moral puede ayudarnos a enseñarles a nuestros hijos cómo comportarse o responder a ciertas situaciones, pero no puede cambiar el corazón humano (p. 76).

No hay atajos para el conocimiento de Dios y Sus obras. Él nos ha revelado quién es y lo ha hecho en la Escritura (p. 85).

¡Nuestros hijos deberían saber que nuestra vida gira alrededor de Dios y de Su gloria! (p. 93).

Gran parte de nuestra crianza sucede mientras estamos de rodillas (p. 105).

El correctivo bíblico, aunque sin duda inflige un malestar o dolor, nunca debe causar daño (p. 111).

El discipulado requiere intencionalidad, y también relación (p. 155).

Para mantener la constancia del discipulado familiar, hay tres componentes: el tiempo, el plan y el lugar (p. 176).

Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando