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A menudo, cuando leemos el primer salmo, nos impresionan las cualidades de una vida caracterizada por el deleite en la Palabra de Dios. La vida marinada en las Escrituras conduce a una vida que es fiel a Dios. Los que son fieles se entregan a un servicio que lleva fruto para Dios y otros.

Pero existe otro elemento llamativo en el salmo. Consideremos a aquella persona cuya vida no está gobernada por la Palabra de Dios y el Dios de la Palabra. Leer el texto y ver el contraste nos da amplias razones para entregarnos a un tiempo mayor con las Escrituras.

Para ver todo el impacto de la condición de aquellos que ignoran las Escrituras, considerémoslo desde la perspectiva opuesta a la descripción de los justos.

Andan en el consejo de los impíos (1)

Se detienen en el camino de los pecadores (1)

Se sientan en la silla de los escarnecedores (1)

No se deleitan en la ley del Señor (2)

No meditan en la ley día y noche (2)

No son plantados junto a corrientes de agua (3)

No dan fruto (3)

Su hoja se marchita (3)

No prosperan (3)

Son como paja que se lleva el viento (4)

No se sostendrán en el juicio (5)

Perecerán (6)

Muy a menudo minimizamos las diferencias doctrinales, pero no podemos olvidar que los errores doctrinales conducen al castigo eterno. Hemos de estar seguros, por encima de todo, de que tenemos clara esa doctrina esencial, y que vemos la Biblia como la santa Palabra de Dios entregada a nosotros como un tesoro para leer, meditar, orar, predicar, y cantar. Con demasiada frecuencia nuestras confesiones doctrinales, que afirman una creencia en la inspiración e inerrancia de las Escrituras, se ven traicionadas por las vidas de los que la ignoran. Debemos asegurarnos de no sucumbir a la falsa doctrina que niega la naturaleza sobrenatural de la Biblia.

Muy a menudo minimizamos las diferencias doctrinales, pero no podemos olvidar que los errores doctrinales conducen al castigo eterno.

Cuando miramos el resultado de una vida que se ha vivido bebiendo y deleitándose en la Palabra, en contraste con aquellos que la rechazan y la menosprecian, tenemos muchos motivos para evaluar nuestros hábitos y corazones.

Es saludable preguntarte qué cambios deberías realizar en tu vida para convertirte en alguien más fiel a esta Palabra. Para motivarte, solo tienes que considerar las impactantes consecuencias de descuidar tu Biblia.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Manuel Bento.
Imagen: Lightstock.
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