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Nota del editor: 

El pastor John Piper recibe preguntas de algunos de sus oyentes de su programa Ask Pastor John. A continuación está su respuesta a una de esas preguntas.

Es el episodio número 400. Un hito así debe estar marcado por un episodio épico. Tú haces las preguntas, yo se las ofrezco al pastor John, y él las contesta. Así es como funciona el podcast de Ask Pastor John (Pregúntale al pastor John). Tenemos un montón de preguntas acerca de las relaciones, las citas, el matrimonio y, por supuesto, el sexo. Y eso lleva a episodios que pueden no ser adecuados para todos los oyentes y que están en realidad diseñados para parejas casadas. Ese es el caso hoy. En este mes pasado, diez preguntas han llegado en relación al sexo oral. La pregunta es siempre la misma: Pastor John, ¿Es esta práctica permisible en un matrimonio cristiano, o es siempre pecaminosa?


Creo que las preguntas que se relacionan con la intimidad sexual deberían ser tratadas con lo que podríamos llamar modestia verbal, en lugar de usar palabras perturbadoras o groseras. Pienso que está mal tanto vestirse como hablar en formas inmodestas. Así que eso de alguna manera controlará mi lenguaje. Estas preocupaciones son reales, y la pregunta me parece bien. Es un poco difícil y sensible, pero está bien. La gente quiere dirección bíblica, y este es mi esfuerzo en aplicar la sabiduría bíblica a esta pregunta.

Parejas casadas solamente

En primer lugar, supongo que la pregunta concierne únicamente a personas que están casadas a las cuales estoy dando este consejo. Creo que es algo que está mal fuera del matrimonio, y podemos hablar acerca de ello en otro momento de forma más extensa. Pero esta es la respuesta corta a la pregunta de por qué el sexo oral es más íntimo y delicado, al parecer, que las relaciones sexuales. Y sabemos esto porque incluso parejas que están casadas se están preguntando si deberían hacerlo. Es como si fuera un nivel de intimidad que pudiera no ser apropiado ni siquiera para personas casadas. Por tanto, pensar que puede ser un sustituto inocente de las relaciones sexuales, para que la gente obedezca la letra de la ley fuera del matrimonio, es un espejismo. Esa es mi primera observación.

Cuatro principios al considerar el sexo oral

En cuanto al matrimonio, esto es lo que diría. Si el sexo oral está mal, podría pensar en cuatro posibles razones por el cual estaría mal. Las nombraré y luego haré esta pregunta: ¿Existen esas cuatro cosas?

  1. Estaría mal si estuviera prohibido en la Biblia.
  2. Estaría mal si fuera antinatural.
  3. Estaría mal si fuera insalubre, es decir, dañino.
  4. Estaría mal si fuera desconsiderado.

Examinemos cada una de ellas por separado.

1. ¿Prohíbe la Biblia el sexo oral?

Creo que el sexo oral no está prohibido de forma explícita en ningún mandamiento bíblico. Si la Biblia lo condena, será por algún principio, y no por un mandamiento explícito.

2. ¿Es el sexo oral antinatural o inadecuado?

¿Es antinatural? Esta pregunta es complicada. Los genitales masculinos y femeninos fueron hechos el uno para el otro de forma tan clara, que existe una adecuación o belleza natural en ello. 

La pareja tiene que ser muy honesta y cuidadosa al no tomar riesgos que puedan ser poco amorosos

¿Qué hay del sexo oral? Podrías saltar a la conclusión y decir: “No, no es natural”. Pero no me apresuraría a saltar a esa conclusión por lo que Proverbios y Cantar de los cantares dicen acerca de los pechos de la esposa. Esta es una analogía. Considera esto: pienso que no hay nada más natural que un bebé acurrucado en los brazos de su madre y bebiendo de sus pechos. Para eso son los pechos. Fueron diseñados para alimentar a los bebés. 

Entonces, ¿hay algo físicamente natural en la fascinación del esposo por los senos de su esposa? Bueno, podrías decir que no. Los pechos no fueron creados para eso. Pero Proverbios 5:19 dice: “Que sus senos te satisfagan en todo tiempo, su amor te embriague para siempre”. Además, Cantares 7:7-8 es aún más explícito hablando de la mujer: “Tu estatura es semejante a la palmera, y tus pechos, a sus racimos. Yo dije: Subiré a la palmera, tomaré sus frutos. ¡Sean tus pechos como racimos de la vid!”. 

Aunque hay poca correlación anatómica entre las manos o los labios de un hombre y los pechos de su esposa, ciertamente parece “natural” en otro sentido, es decir, en cuanto al deleite y deseo incorporado que Dios, en su Palabra, parece consentir para nuestro disfrute marital. Por tanto pregunto: ¿Pueden existir deseos similares por el sexo oral u otros tipos de sexo? Por eso, dudo que debamos poner límite a una pareja casada basándonos en la afirmación de que es antinatural. Es arriesgado hacer eso, pero esa es mi conclusión en lo que respecta a la naturalidad del asunto.

3. ¿Es el sexo oral insalubre o dañino? 

Bueno, ciertamente podría serlo si alguna enfermedad de transmisión sexual está presente. Y puede hacerse de formas que hagan daño. Por eso, la pareja tiene que ser muy honesta y cuidadosa al no tomar riesgos que puedan ser poco amorosos.

4. ¿Es el sexo oral desconsiderado? 

Lo que nos lleva a la última pregunta: ¿Es desconsiderado? Creo que esta es la que posiblemente toca el punto más sensible y la que tiene mayor impacto. ¿Presionarás a tu cónyuge a tener sexo oral si él o ella lo encuentra desagradable? Si es así, estás siendo desconsiderado y es pecado serlo. Efesios 4:32 dice: “Sean amables unos con otros”. Pero la palabra clave aquí es: presión.

En un buen matrimonio, un hermoso matrimonio bíblico, ambos buscan superar al otro en sus demostraciones de amabilidad

Sé que 1 Corintios 7:4 dice: “La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer”. Y el contexto es el sexo. ¿Qué quiere decir en la práctica? Significa que tanto el esposo como la esposa tienen el derecho de decirle al otro: “Me gustaría que [completa el espacio en blanco]”. Y que ambos tienen el derecho de decir: “Preferiría no [completa el espacio en blanco]”. En un buen matrimonio, un hermoso matrimonio bíblico, ambos buscan superar al otro en sus demostraciones de amabilidad.

Así que esos son mis principios que podrían guiar a la pareja cristiana en este tema del sexo oral.


Publicado originalmente en Desiring God. Traducido por Manuel Bento Falcón.
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