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El domingo 24 de febrero, la película de origen mexicano Roma ganó varios premios Óscar. La película está inspirada en elementos de la vida del aclamado director Alfonso Cuarón. Entre los premios, Cuarón ganó su segundo Óscar a mejor director.

Me sorprendió ver en las redes sociales que creyentes maduros celebraron el triunfo de la película. Esto porque la película tiene contenido pornográfico. Muestra una escena extensa donde un hombre practica artes marciales desnudo. Después termina en cama con su pareja, dando a entender que tendrán relaciones sexuales. Aunque no vi la película, no tengo que verla para saber que tiene contenido lascivo. Hay páginas web que describen el contenido de las películas para que el lector determine si es una película que desea ver.[1]

Una pregunta importante

Cuando hablamos de nuestras libertades cristianas, debemos tener cuidado de no ejercerlas de forma que puedan hacer que creyentes sean influenciados a regresar a una vida de pecado.

Entiendo que celebrar el triunfo de Cuarón es un aspecto de conciencia. El problema, me parece a mí, es celebrarlo públicamente, ya que esto podría hacer que personas de conciencia débil vean películas con alto contenido sexual. Alguien con una conciencia débil (1 Co. 8-10) puede decir: “Si este hermano maduro vio Roma, entonces yo puedo ver 50 sombras de Grey.

Esto nos debe llevar a una pregunta más importante: ¿Puede un cristiano ver películas con desnudo?

La desnudez en la pantalla

Hay temas donde algunos cristianos pueden estar en desacuerdo. Pablo, en Romanos 14, nos anima a permitir que creyentes practiquen comportamientos diferentes al nuestro. En Romanos 14 y 1 Corintios 8-10 observamos que el aspecto de la bebida y comida sacrificada a ídolos representaba un problema para los cristianos en aquel tiempo. Con base en este principio, los creyentes podemos tener diferencias de opinión y práctica, y Romanos 14 nos dice que no nos juzguemos:

“Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano”, Romanos 14:13.

La Biblia es clara: la desnudez solo debe ocurrir dentro de la unión del matrimonio.

Sin embargo, por lo que encuentro en la Biblia, los desnudos en una película no son simplemente un aspecto de conciencia. La Biblia es clara: la desnudez solo debe ocurrir dentro de la unión del matrimonio. Nuestra desnudez solo se comparte dentro de la protección del pacto matrimonial. Antes de la Caída, Adán y Eva estaban desnudos y no sentían vergüenza. Dios sacrificó un animal para cubrir su desnudez y cubrir su vergüenza debido a la presencia del pecado. Dentro del pacto matrimonial, ya no hay por qué sentir vergüenza cuando estamos desnudos ante nuestros cónyuge. De hecho, Pablo usa los órganos sexuales para ilustrar la unidad del cuerpo de Cristo:

“Y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a estas las vestimos con más honra. Así que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más honroso”, 1 Corintios 12:23.

El punto de la ilustración es que las partes íntimas o vergonzosas deben cubrirse para recibir honra.

En Efesios 5, Pablo dice que la inmoralidad sexual no debe ni aún nombrarse entre los santos:

“Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre ustedes, como corresponde a los santos”, Efesios 5:3.

Como imitadores de nuestro Padre, afirmarnos lo que Él afirma, y el respeto por la intimidad de la desnudez es de mucha importancia para Dios

Este llamado es a que seamos imitadores de Dios como hijos amados, puesto que Cristo se dio por nosotros (vv. 1-2). Ya que Cristo murió por nuestros pecados, ahora somos hijos de Dios, y eso nos impulsa a ser imitadores de nuestro Padre. Como imitadores de nuestro Padre, afirmarnos lo que Él afirma, y el respeto por la intimidad de la desnudez es de mucha importancia para Dios. La desnudez pública denigra la imagen de Dios y deshonra su nombre (Gn. 9:22-23; Éx. 20:26; 28:42). Por ende, un creyente no debe ver ninguna escena que presente desnudez de contenido sexual. No es un aspecto de conciencia; es un mandato de Dios.

Exponernos a escenas sexuales es un acto moral donde pecamos de inmoralidad sexual con nuestra mente. Y ese camino nunca satisface, pues la sexualidad en la pantalla (aquella que Dios reserva a la intimidad del matrimonio) puede conducirnos a la pornografía, que es un pecado que demanda más y más de aquellos que caen presos de ella. Por esto no debemos permitir que la inmoralidad afecte nuestras vidas.

Pudieras responder: “No seas exagerado, la escena de Roma no es pornografía”. Mi convicción es que pensamos así porque nuestras conciencias están entenebrecidas por la cantidad de exposición que tenemos a la inmoralidad sexual en los medios de comunicación. Quien determina si algo es inmoralidad (porneia, en griego) es Dios, no nosotros. La palabra inmoralidad en Efesios 5 es porneia, de donde viene la palabra pornografía. Los hijos de Dios no deben ver ningún tipo de desnudez de tipo sensual.

Desnudez que muestra la realidad del pecado

Ahora bien, es cierto que algunos desnudos no son para mostrar sensualidad, sino para mostrar la realidad del pecado. Por ejemplo, las escenas de desnudos en La lista de Shindler muestran a presos judíos desnudos en los campos de concentración nazi. El propósito de esos desnudos no es sensual, sino más bien mostrar la realidad de la depravación humana que lleva al punto de denigrar a otros seres humanos. Pero esta no es la desnudez que Hollywood comúnmente muestra. Más bien, se busca el placer sexual y gratificante, incitar los sentidos, y no enseñar sobre la condición caída de nuestro mundo.

¿Qué de ver películas con desnudos y adelantar las escenas de contenido sexual? Creo que esto cae en el aspecto de conciencia. Hay que tener cuidado con esta práctica, ya que la curiosidad de ver desnuda a una artista famosa puede ganarnos, y ¿por qué habríamos de ponernos en esa posición?

¿Cuál es nuestro deseo?

Muchas veces deseamos saber la voluntad de Dios, y existen situaciones en las que no es tan clara. La realidad es que Dios es claro sobre el peligro de nuestros ojos cuando se trata de la inmoralidad. Jesús dijo:

“Pero Yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho te hace pecar, arráncalo y tíralo; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno”, Mateo 5:28-29.

La Biblia nos advierte sobre la sexualidad fuera del matrimonio. Pablo escribió:

“Porque ésta es la voluntad de Dios: su santificación; es decir, que se abstengan de inmoralidad sexual”, 1 Tesalonicenses 4:3.

Dios desea que seamos puros, y que el contenido de lo que vemos sea puro. Así que cuidemos lo que vemos. Muchas veces le damos más prioridad al entretenimiento y al ser relevantes en la sociedad, que a obedecer la voluntad de Dios. Dios nos ha llamado a ser como Él:

“Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación. Por tanto, el que rechaza esto no rechaza a un hombre, sino al Dios que les da a ustedes Su Espíritu Santo”, 1 Tesalonicenses 4:7-8.

Al exponernos a contenido sexual, estamos rechazando la pureza de Dios. Él nos llamó por medio del evangelio, y no nos llamó a vivir para nuestras pasiones. Nos llamó a santidad.


[1] Leí la descripción de la escena en la página web Kids in Mind.


Imagen: Lightstock.
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