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Los cristianos creemos en la claridad de las Escrituras con respecto al evangelio y las doctrinas esenciales de la fe cristiana. Sin embargo, no podemos negar que hay pasajes difíciles en la Biblia y que Dios se complació en inspirarlos así.

¿Cuál debe ser nuestra actitud al manejar estos pasajes? Nuestra tentación es desanimarnos ante ellos y dejar que nos quiten la confianza sobre la claridad de las Escrituras, pero 2 Pedro 3:15-16 nos orienta:

“Consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación, tal como les escribió también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada. Asimismo en todas sus cartas habla en ellas de esto; en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen, como también tuercen el resto de las Escrituras, para su propia perdición”.

Este pasaje nos enseña dos verdades relevantes: (1) hay pasajes difíciles en la Palabra (¡Incluso Pedro lo reconoció!), y (2) es posible torcer estos pasajes al igual que cualquier otro. Necesitamos una actitud correcta al acercarnos a toda la Biblia.

Si bien existen algunas preguntas útiles de interpretación para hacer frente a un texto difícil, en este artículo quisiera animarte a estudiar la Biblia reflejando tres virtudes:

1. Estudia la Biblia con humildad.

La instrucción “No seas sabio a tus propios ojos” (Pr 3:7) debe guiar nuestra actitud hacia cualquier pasaje difícil. Si tu pastor o los comentarios bíblicos dicen que un pasaje es difícil, probablemente lo es. Lo peor sería pensar (o decir): “No sé por qué los demás no pueden ver lo que yo fácilmente entiendo”. Además, la humildad evita que juzguemos a Dios por lo que no entendemos en su Palabra.

Cada vez que reconocemos nuestra debilidad intelectual debemos al mismo tiempo alabar a Dios por su omnisciencia

2. Estudia la Biblia con confianza.

Al crecer en humildad, debemos progresar también en la confianza en Dios y en su Palabra. ¿Cómo funciona esta dinámica? Calvino nos ayuda a entenderla: 

“Así, por el sentimiento de nuestra ignorancia, vanidad, pobreza, enfermedad, y finalmente perversidad y corrupción propia, reconocemos que en ninguna otra parte, sino en Dios, hay verdadera sabiduría, firme virtud, perfecta abundancia de todos los bienes y pureza de justicia; por lo cual, ciertamente nos vemos impulsados por nuestra miseria a considerar los tesoros que hay en Dios”.1

Nuestras luchas para comprender un pasaje difícil nos deben llevar a ver la “verdadera sabiduría” de Dios. Cada vez que reconocemos nuestra debilidad intelectual debemos al mismo tiempo alabar a Dios por su omnisciencia.

Dios nunca se confunde, nunca se pregunta cuál será la respuesta a una pregunta. Él lo sabe todo de manera perfecta. Nosotros “vemos por un espejo, veladamente”, mientras que Dios lo entiende todo perfectamente. “Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido” (1 Co 13:12). 

3. Estudia la Biblia con equilibrio.

Por último, debemos mantener el equilibrio espiritual. Con esto me refiero a que debemos evitar ser contenciosos con otros creyentes, superficiales en nuestro estudio, y personas que pierdan de vista las verdades más importantes de la Palabra.

Es recomendable empezar con un estudio inductivo del pasaje difícil (estas preguntas te ayudarán) y luchar por captar el significado del pasaje antes de ir a otros recursos. No debes hacer una búsqueda rápida en Internet, leer un solo artículo, y después pensar que entiendes profundamente el pasaje. Necesitas hacer un estudio más amplio antes de llegar a una convicción personal sobre la interpretación de un pasaje difícil. 

No dejes que tus dudas te desvíen de la obediencia que Dios quiere ver como resultado de tu estudio bíblico

Una pregunta importante y que recomiendo hacer es: ¿Qué dice la confesión de fe de tu iglesia sobre la interpretación de este pasaje? Si no dice nada, no debes hacer de tu interpretación un punto de división en la iglesia (Ro 16:17). Necesitamos equilibrio espiritual para reconocer que puede haber otra interpretación posible y que está bien si no todos en la iglesia están de acuerdo con nosotros. La enseñanza de Romanos 14 aplica a este asunto sobre las diferencias de interpretación de un pasaje difícil.

Finalmente, el equilibrio espiritual nos ayudará a no gastar demasiada energía emocional en el estudio de un texto difícil. Si entiendes el 95% de un pasaje, enfócate en obedecer esa parte. Sigue estudiando y orando sobre el otro 5%, pero no dejes que tus dudas te desvíen de la obediencia que Dios quiere ver como resultado de tu estudio (Stg 1:5, 22-27). Si creemos el evangelio de la gracia de Dios, quien entregó a su hijo por nosotros, seamos obedientes para su gloria en gratitud (Ro 12:1-2).

¡Que el Señor nos conceda profundizar con un corazón correcto en su verdad!


1 Juan Calvino, Institución de la religión cristiana (Barcelona: FELiRe), 1999,  I, 1, 1.
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