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El teólogo puritano William Perkins escribió que la predicación “tiene cuatro grandes principios: para leer el texto con claridad, de la Escritura canónica; para darle sentido y entendimiento según la misma Escritura; para recoger algunos puntos provechosos de doctrina fuera de su sentido natural; y para aplicar, si tienes el don, las doctrinas a la vida y conducta de los hombres en un discurso simple y llano”.

Hay algo refrescantemente simple sobre esta descripción. Nuestro objetivo como predicadores no es ser los más eruditos de la época. Nuestro objetivo no es excitar y divertir. Nuestro objetivo no es construir una gran iglesia. A lo que apuntamos es a tomar el texto sagrado, explicar su significado, atarlo a otras Escrituras para que las personas puedan ver el conjunto un poco mejor, y aplicarla a la vida para que muerda y sane, instruya y edifique. ¿Qué mejor manera que la predicación expositiva para lograr este objetivo?

Beneficios de la exposición

Algunos usan la categoría de “predicación expositiva” para toda predicación que es fiel a las Escrituras. Yo distingo la predicación expositiva de la predicación tópica, predicación textual, y otras, puesto que el sermón expositivo debe estar controlado por un texto o textos de las Escrituras. La predicación expositiva emerge directa y demostrablemente de uno o varios pasajes de las Escrituras. Hay una serie de razones de por qué la predicación expositiva merece ser nuestro método primario de proclamación:

 1. Es el método con menos probabilidad de apartarse de las Escrituras.

Si estás predicando de lo que dice la Biblia sobre el autoestima, por ejemplo, sin duda puedes encontrar algunas ideas útiles. Pero, aun cuando digas cosas enteramente verdaderas, probablemente estarás desviándote de la línea central de la historia Bíblica. La predicación expositiva te mantiene en lo principal.

2. Enseña a las personas cómo leer sus Biblias.

Específicamente si estás predicando un pasaje largo, la predicación expositiva enseña a las personas cómo pensar a través de un pasaje, cómo entender y aplicar la Palabra de Dios a sus vidas.

 3. Le da confianza al predicador y autoridad al sermón.

Si eres fiel al texto, puedes estar seguro de que tu mensaje es el mensaje de Dios. Independientemente de lo que esté pasando en la iglesia, si está creciendo o si le gustas a las personas, tú sabes que estás proclamando la verdad de Dios. Eso es maravillosamente liberador.

 4. Se encuentra con la necesidad de relevancia sin dejar que el clamor por relevancia dicte el mensaje.

Toda verdad predicada es debidamente aplicada. Esto es de extraordinaria importancia en nuestra generación. Pero la predicación expositiva mantiene lo eterno central a la discusión.

 5. Obliga al predicador a tratar las preguntas difíciles.

Comienzas trabajando texto tras texto, y pronto llegas a pasajes sobre divorcio, homosexualidad, la mujer en el ministerio, y tendrás que tratar esos textos.

6. Le permite al predicador exponer sistemáticamente todo el consejo de Dios.

En los últimos 15 años de su vida, Juan Calvino expuso Génesis, Deuteronomio, Jueces, Job, algunos Salmos, 1ra y 2da de Samuel, 1ra Reyes, los Profetas Mayores y Menores, los Evangelios en armonía, Hechos, 1ra y 2da de Corintios, Gálatas, Efesios, 1ra y 2da de Tesalonicenses y las Epístolas Pastorales. No estoy diciendo que tenemos que organizarnos exactamente de la misma manera. Pero si vamos a predicar todo el consejo de Dios, debemos enseñar la Biblia completa. Otras estructuras de sermones tienen sus méritos, pero ninguna ofrece más a la congregación, semana tras semana, que la cuidadosa y fiel exposición de la Palabra de Dios.

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