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Hablar de la Reforma protestante del siglo XVI implica hablar de personajes importantes que hicieron propuestas drásticas para hacer volver a la iglesia a la Palabra y para que buscara a Dios con sinceridad y conocimiento. Cada una de estas propuestas contribuyó a que el cristianismo medieval cambiara de curso. Todavía hoy apelamos a máximas —como las cinco solas— que resumen la cosmovisión detrás de la Reforma para recalcar nuestro origen y fundamento.

Los cristianos necesitamos tener presente el fundamento de la Reforma y el precio que pagaron los reformadores para poder vivir según sus convicciones. Recursos como La llama indestructible: El corazón de la Reforma protestante (B&H Español, 2021) nos ayudan a conocer más sobre este suceso histórico. Este libro fue escrito por Michael Reeves, presidente y profesor de teología en Union School of Theology en Oxford, Reino Unido.

Conocer la Reforma nos ayuda a recordar la centralidad de la Palabra, sola Scriptura. Afirmar y defender lemas como este presentaron un desafío en el siglo XVI debido al «rechazo por muchos de aquellos que estaban en posiciones de poder y autoridad» (p. 9).

La llama indestructible

La llama indestructible

B&H Español . 223 páginas.

Los cristianos necesitamos tener presente el fundamento de la Reforma y el precio que pagaron los reformadores para poder vivir según sus convicciones. Recursos como La llama indestructible: El corazón de la Reforma protestante (B&H Español, 2021) nos ayudan a conocer más sobre este suceso histórico. Este libro fue escrito por Michael Reeves, presidente y profesor de teología en Union School of Theology en Oxford, Reino Unido.

B&H Español . 223 páginas.

Antes de reflexionar en dos elementos que explican por qué la Palabra de Dios llegó a ser el eje de la Reforma, te presento de manera breve el contenido de este recurso.

La llama indestructible

En los siete capítulos de este libro, el autor explica muchos detalles importantes que nos ayudan a comprender mejor el papel de los personajes principales de la Reforma (p. ej., Lutero, Zwinglio y Calvino). Por un lado, el libro se centra en un período breve del movimiento reformado, concretamente en las primeras décadas después de que Lutero clavara sus noventa y cinco tesis en Wittenberg. Por otro lado, se enfoca en detalles no tan conocidos que nos ayudan a captar la esencia del pensamiento de los reformadores, además de sus motivaciones y luchas al romper con el pensamiento teológico predominante de aquella época.

El tema principal del libro es la justificación por la fe sola y cómo «por medio de la Biblia, se descubrió la cuestión esencial de la justificación» en la Reforma (p. 188). Como consecuencia, la Palabra de Dios es la clave en la Reforma, ya que este movimiento «no se trataba de una reforma moral popular; sino que fue un desafío al corazón mismo del cristianismo. Sus promotores afirmaron que la Palabra de Dios estaba penetrando para cambiar el mundo» (p. 27).

Este recurso presenta como conclusión un capítulo clave donde analiza el impacto de la Reforma en el presente. Adicionalmente, presenta dos anexos muy interesantes: el primero de ellos es una cronología de la Reforma y el segundo es una bibliografía para quienes deseen profundizar más en ese momento histórico trascendental. La conclusión y los análisis del autor son un golpe muy duro contra el cristianismo actual, al considerarlo demasiado tibio y muy dispuesto a evitar cualquier confrontación.

El autor afirma que a muchos creyentes «no nos gusta la precisión teológica, porque causa división sobre temas que, sentimos instintivamente, no son los más relevantes» (p. 199). Finalmente, explica que el concepto de la justificación dejó de tener vigencia para muchos creyentes porque «una cultura de pensamiento positivo y autoestima ha borrado toda la necesidad percibida de que el pecador sea justificado» (p. 202).

Si este es el escenario en el presente, ¿cómo lo fue en la época de la Reforma?

La Palabra de Dios nos transforma

La llama indestructible muestra que el tema clave que rompe las relaciones entre la Iglesia imperial y los reformadores es la doctrina de la justificación. El cambio de pensamiento en los disidentes viene como resultado de un estudio consciente de la Palabra. Tal y como lo explica Pablo, la transformación consiste en ser hechos a la imagen de Cristo e implica cambios en la forma de pensar (Ro 8:29; 12:2). Esta transformación se debe al innegable resultado del estudio de la Palabra (Heb 4:12; 2 Ti 3:1-17; Sal 119:105).

La Palabra de Dios es el único libro que muestra la realidad del ser humano: primero, revela que la humanidad es la creación de Dios hecha a Su imagen (imago Dei). Sin embargo, también delata que esa creación se rebeló contra Él y que su destino es la condenación eterna. Cuando entendemos nuestra lamentable posición después de la caída, comprendemos mejor la misericordia de Dios por la que estableció el plan de salvación. Sin embargo, no podríamos entenderlo si no tuviéramos las Escrituras, la revelación especial de Dios. No podemos ser transformados si la obra de Dios no actúa en nosotros (Ro 3:10-18; cp. 1 Jn 4:19).

En el presente observamos a muchos sectores del cristianismo entrando en un ciclo donde la Biblia se usa más para exigir beneficios que para ser transformados. Es decir, estamos retrocediendo en relación con lo que consiguió la Reforma. Esto se debe principalmente a que hemos dejado la lectura y el estudio de la Palabra de forma personal porque «no tenemos tiempo» o porque en nuestro afán por no polemizar, relativizamos las enseñanzas fundamentales de la Escritura. El espíritu de la Reforma fue lo contrario: una evaluación del carácter del hombre ante lo que afirma con claridad la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios es para todos

El libro insignia de la época de la Reforma fue la Biblia. Por un lado, con la llegada de los manuscritos en griego, los teólogos pudieron estudiar las Escrituras con mayor precisión en sus idiomas originales. Por otro lado, la Biblia fue el primer libro que se imprimió en la imprenta recién inventada. A esto se agrega un elemento más revolucionario, que fue la traducción de la Biblia al idioma del pueblo, el alemán, para que cualquier persona que supiera leer pudiera hacerlo.

Esto rompía el concepto errado de que la Biblia solo podía ser interpretada por los religiosos; razón por la cual, la Iglesia católica había abusado de su poder, en medio de la ignorancia bíblica que reinaba desde los siglos anteriores. Adicionalmente, esto empujó también a un desarrollo social ya que el pueblo tuvo que estudiar para comprender con claridad las Escrituras.

La Reforma produjo este gran legado e hizo que la Palabra de Dios fuera accesible a todos, mostrara la salvación propuesta por el evangelio y ganada por Jesucristo y su obra, sirviera como guía, elemento de corrección y ánimo en la dificultad (Sal 119:105; 46:1-3; cp. 2 Ti 3:16). En la actualidad, la Biblia ha sido traducida a más de 700 idiomas y el Nuevo Testamento a más de 1500. El legado actual de idiomas traducidos es fruto de esta Reforma.

Conclusión

La llama indestructible nos acerca de forma bastante clara y asequible a dos temas cruciales de la Reforma: la justificación y la Palabra de Dios. Como explica el autor, necesitamos regresar a la centralidad de la Palabra, es decir, al evangelio. Por medio de anécdotas y otros recursos, este libro nos hace comprender las dificultades por las que pasaron los reformadores al enfrentarse al sistema religioso establecido en su época. También somos invitados a perseverar en estos temas, como herederos de este movimiento.

La historia de la iglesia nos permite conocer cuáles han sido los problemas que los creyentes han afrontado antes y la forma en que Dios ha renovado a su iglesia por medio de la Palabra. Por lo tanto, este es un libro importante que debemos tener en nuestra biblioteca. Nos permitirá comprender lo que otros sufrieron para que hoy podamos tener la Biblia en nuestras manos.

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