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¿Quién puede afirmar que está plenamente satisfecho con su vida de oración? O más bien, ¿quién confiesa que su vida de oración se encuentra debilitada o que ni siquiera existe? ¿Quién anhela un cambio radical y genuino en su vida de oración? Si te encuentras frustrado por tu flaqueza en la oración, no eres el único.

En su libro Ora en grande: Aprende a orar como un apóstol, Alister Begg, pastor principal de la Iglesia Parkside de Cleveland, busca consolar y ayudar como un pastor sensible. Este es un escrito accesible que te muestra lo que puedes experimentar a diario en oración con el Señor. Su enfoque es magnificar la hermosura de una vida plena de oración con el Padre celestial. Su método consiste en usar como ejemplo cinco peticiones de oración tomadas de dos pasajes del apóstol Pablo.

El libro contiene ocho capítulos que se dividen en tres secciones. La primera expone el fundamento, es decir, la dependencia de Dios y la naturaleza espiritual de la oración. La segunda presenta cinco peticiones que Begg destaca de las oraciones de Pablo (Ef 1:16–21; 3:14–21). Las cinco peticiones son las siguientes: 1) Ora por enfoque; 2) ora por esperanza; 3) ora por riqueza; 4) ora por poder y 5) ora por amor. La tercera sección contiene el último capítulo y el epílogo, los cuales explican cómo llevar el contenido del libro a la práctica.

Ora en grande

Ora en grande

Editorial Vida. 112 pp.

En su libro Ora en grande: Aprende a orar como un apóstol, Alister Begg, pastor principal de la Iglesia Parkside de Cleveland, busca consolar y ayudar como un pastor sensible. Este es un escrito accesible que te muestra lo que puedes experimentar a diario en oración con el Señor. Su enfoque es magnificar la hermosura de una vida plena de oración con el Padre celestial. Su método consiste en usar como ejemplo cinco peticiones de oración tomadas de dos pasajes del apóstol Pablo.

Editorial Vida. 112 pp.

El autor expresa así la meta del libro: “Yo quiero orar más y mejor, y lo mismo quiero para ti” (p. 9). ¿Deseas lo mismo?

Orando de verdad

La primera sección habla sobre cómo la oración es “un reconocimiento y una expresión de dependencia” (p. 15). Begg hace hincapié en que la razón principal por la que los cristianos no oran es por su autodependencia y autosuficiencia; por lo tanto, la oración les parece innecesaria. Los que no priorizan la oración, sin querer se muestran a sí mismos como personas que no tienen necesidad de Dios, aunque seguramente se consideran demasiado débiles para orar.

Pero cuanto más oramos, más reconocemos que dependemos totalmente de Dios. Begg argumenta que “mis oraciones––si oro, cuánto oro y por qué oro––revelan mis prioridades” (p. 18). Lo anterior muestra que la debilidad de nuestras oraciones está en que no se conforman a las oraciones bíblicas. El autor se cuida de ser malinterpretado, y por eso explica que no siempre nuestras oraciones deben de estar enfocadas en lo espiritual, porque también hay necesidades temporales y físicas. Sin embargo, lo que debe ser prioritario para nosotros son las realidades eternas y no meramente las realidades temporales.

Después de exponer el fundamento de la oración dependiente y espiritual, Begg explica las cinco peticiones ya mencionadas. Una manera de entenderlas podría ser la siguiente: Ora para ver a Cristo; ora para tener la certidumbre del evangelio; ora para contemplar la herencia eterna; ora para ser fortalecido por el poder divino y ora para comprender el amor de Cristo. Vale aclarar que estas no son las únicas peticiones por las que la Biblia nos anima a orar. Hay muchas peticiones en las Escrituras, y Begg reconoce que él pudo haber escrito sobre varias de ellas, pero estas cinco son en las que él quiso enfatizar.

El autor hace que la oración se vea no solo atractiva y posible, sino que impulsa al lector a detenerse en su lectura para orar por las peticiones, y renovar sus oraciones tomando el ejemplo de las oraciones de Pablo. Al final de cada capítulo hay una oración sencilla que ejemplifica cómo se debe orar según lo aprendido. El objetivo del libro es llevarte a este punto: orar conforme a algunos ejemplos las Escrituras. Esta es la razón principal por la que el libro se llama Ora en grande. “Las pequeñas oraciones ponen en evidencia a quien cree que tenemos un Dios pequeño” (p. 102).

Acerquémonos a Dios con sinceridad

Necesitamos orar en grande porque nuestro Dios es grande. Así que, acerquémonos a Dios con corazón sincero, en plena certidumbre de fe y “pidámosle estar llenos de su plenitud, pidámosle ser capaces de comprender el amor incognoscible de Cristo, de vivir para los tesoros de nuestra herencia futura” (p. 102). Ahora bien, Begg no pretende presentar un tratado exhaustivo sobre la oración. Él mismo explica que su libro “no es una exposición teológica acerca de la oración y ni siquiera se detiene en todas las oraciones de Pablo” (p. 12).

Entonces, si buscas un escrito sistemático o un estudio erudito sobre la oración, este libro no es para ti. Este es un libro corto, pero es muy valioso considerando su tamaño. Dicho de otra manera, este no debe de ser el único libro que lees sobre la oración, porque no sería suficiente (aunque todos los libros escritos sobre la oración se quedan infinitamente cortos). Sin embargo, este libro es para quienes saben que necesitan ayuda para orar; para quienes todavía no han perdido la esperanza de que la oración puede volverse vital para su vida. Confío en que el autor pueda cumplir con el propósito de ayudarte en tu vida de oración.

Palabras finales

Es muy probable que después de leer este libro, y ser estimulado a acudir a Dios en oración, desees conocer otros de los escritos de Begg y seas edificado mediante su ministerio. Hasta la fecha, Ora en grande es el primer libro traducido al español de Alistair Begg y está próximo a salir. Si en verdad eres bendecido por ese libro tanto como yo lo he sido, te recomiendo que escribas a la editorial Vida expresando tu deseo de leer más de Begg en español.

¿En verdad deseas orar más y mejor? Te recomiendo ampliamente este libro a manera de introducción o profundización en la oración, tanto como si eres un nuevo creyente o uno viejo. No te arrepentirás.

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