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La sinagoga es una edificación destinada principalmente al culto religioso del pueblo judío.[1] Sus actividades integran la lectura, interpretación, y explicación del Antiguo Testamento y textos rabínicos, así como oraciones y cantos.

Origen, características, y funciones de la sinagoga

Las sinagogas siguen siendo el lugar de culto para los judíos. Sin embargo, la mayoría de datos que te presentamos aquí apuntan a las funciones que desarrollaban en el primer siglo.[2]

El origen de las sinagogas se remonta a algún punto durante el exilio del reino de Judá en Babilonia, luego de la deportación y la destrucción del templo por Nabucodonosor, a mediados del siglo VI a. C. (2 Re. 24:10-16; 25:8-11).

La arquitectura de ellas no respondía a patrones específicos de construcción. Teóricamente, se construían en el punto alto de un poblado, pero también sobre tumbas, en las afueras de las ciudades, pegadas a otras casas, al lado del agua, y junto a tierras y ciudades de los gentiles. En ellas había una copia de los rollos del Antiguo Testamento, que se guardaban en el arca especial; también un estrado con un atril, lámparas, trompetas, asientos, y vasos para lavarse. Además, se encontraban pinturas en forma de mosaicos o murales.

La relación de la sinagoga con el templo suscita dos opiniones: mientras unos creen que la relación entre ambas instituciones durante los tiempos del Nuevo Testamento estuvo libre de rivalidad, otros creen que mantuvieron pugna por el poder y el dominio sobre el pueblo judío hasta la destrucción del templo en el 70 d. C. Actualmente, las sinagogas son los únicos lugares de culto judío.

La sinagogas también servían como escuelas o contenían aulas donde los niños recibían instrucción. En algunas, había escuelas adyacentes a las sinagogas, pero por lo general estaban asociadas. También los rabinos estudiaban en las sinagogas, y por eso Filón las llamó lugares donde se enseñan las virtudes.

Otras funciones de las sinagogas incluían ser casa de oración, de consejo, y lugar de asamblea para discusiones comunales sobre asuntos públicos. También se constituía en hospicio para ofrecer provisiones a los pobres, y fungía en tiempos de calamidad como refugio sagrado.

La sinagoga en el Nuevo Testamento

En la Biblia, casi todas las referencias a la sinagoga están en el Nuevo Testamento. Varios de los sucesos del ministerio de Jesús se dan en sinagogas (Mt. 9:35; Jn.18:20; Lc. 4:16-20). También, Pablo y sus compañeros proclamaron el evangelio en ellas (Hch. 9:20; 13:5,14; 18:4), de manera que estas estuvieron muy relacionadas con la iglesia cristiana temprana, a la que se opusieron vigorosamente (Jn. 16:2; Hch. 6:8-10; 9:1-2;17:1-8).

Ya que la sinagoga en tiempos del Nuevo Testamento fue un lugar para promover el conocimiento del Dios de Israel —aún en medio de calamidades sociales—, ella nos recuerda la necesidad que tenemos de conocer al único Dios verdadero y relacionarnos con Él. El pueblo judío entendió la importancia de las Escrituras para esto.

Hoy entendemos que toda la Escritura nos habla de Jesús y su obra redentora (Lc. 24:25-25), el evangelio por medio del cual podemos ser salvos y tener comunión con Dios: “…Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15:3-4). Aprovechemos nuestros lugares de reunión como iglesias y sus recursos para dar a conocer este mensaje


[1] Esta palabra es una transliteración del griego sunagogé que significa: asamblea, lugar de reunión, congregación, o sinagoga. En Gerhard Kittel, “sunagogé”, Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (Grand Rapids, Michinga: Libros Desafío, 2002) pág. 864.
[2] Ibid., pág. 866.
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