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Imagínate que el noticiero más visto de tu país te llama para hacer un reportaje sobre tu negocio el cual será transmitido por televisión a nivel nacional. Ellos necesitan una respuesta inmediata. Tú dices que tu fe guía la forma en la cual conduces tu negocio. Ellos quieren pasar dos días observando tus operaciones, hablando con los empleados y entrevistando a tus clientes para evaluar si tu enfoque realmente marca una diferencia perceptible. ¿Invitarías al equipo noticioso?

Si la respuesta es sí, el equipo de noticias llegará el día siguiente.

John Beckett, presidente de R. W. Beckett Corporation en Elyria, Ohio (Estados Unidos), recibió esta llamada. No respondió que sí automáticamente; no es del tipo de persona que crea que toda atención mediática es buena. Conocía los riesgos potenciales. La empresa ya había sido humillada por los medios en otras oportunidades, caricaturizada y burlada. ¿Y si volviera a pasar, pero ahora a nivel nacional?

Llamadas difíciles

Al principio de su carrera, Beckett atendió otras llamadas más difíciles. Poco después de unirse al negocio familiar en 1963, un frío sábado por la mañana recibió una llamada de la policía local. La policía encontró a su padre recostado sobre el volante de su automóvil. Había muerto de un aparente ataque al corazón mientras conducía al trabajo. El sueño de ser mentoreado por su padre, y eventualmente tomar su lugar en el negocio muchos años después, terminó demasiado rápido. Beckett, de 26 años, estaba ahora a cargo.

Unos meses después, el teléfono volvió a sonar, esta vez a las 2:00 a.m.

“Las llamas alcanzan los 20 pies (6 metros) sobre el techo de su fábrica”, le dijo el Departamento de Bomberos de North Ridgeville. “¿Hay algo ahí que pueda explotar?”. Cuando llegó a la escena, sabía lo que tenía que hacer. Condujo a los bomberos voluntarios un tanto reacios, cuya experiencia con grandes incendios se limitaba a las granjas del vecindario, al interior del edificio industrial, señalando las entradas clave y las áreas donde se almacenaban los elementos volátiles (El final de esa historia se cuenta en su libro ¡Por fín lunes!).

Décadas más tarde, cuando Beckett aceptó una entrevista con una cadena noticiosa, sabía que no estaba exenta de riesgos. Podría quemarse, no por la intensidad de las llamas candentes como había experimentado anteriormente, sino por el daño en la reputación que se puede provocar: la suya, e incluso posiblemente la del Señor.

El reportaje se transmitió a 12 millones de espectadores, destacando la cobertura de maternidad excepcional de la compañía y la generosa asistencia para pagar los estudios, así como la puesta en práctica de sus valores fundamentales en los negocios del día a día. El programa fue tan positivo que generó la mayor cantidad de llamadas telefónicas favorables jamás recibidas por ese noticiero en ese momento.

En 1998, la editora InterVarsity Press publicó el primer libro de Beckett, Loving Monday, que ahora está disponible en 20 idiomas diferentes, incluyendo español (¡Por fín lunes!). En 2006, escribió una secuela titulada ¡Disfrutando los lunes!, ambos libros a la vanguardia del movimiento actual de fe y trabajo. Recientemente tuve la oportunidad de hablar con Beckett y preguntarle qué consejo le daría a los pastores sobre cómo servir a las personas que están en el mundo laboral.

Aunque gran parte de su historia personal es extraordinaria, destacó tres formas ordinarias en las que cualquier líder pastoral puede servir a las personas en su área de trabajo.

1. Calla las dudas de las personas

Beckett compartió que a muchos cristianos en el mundo laboral les preocupa la idea de estar en la vocación equivocada y que deberían estar haciendo algo más “espiritual”. Esta sensación de inseguridad no se produce en tiempos de pérdida de empleo o conflictos en el trabajo, sino a menudo a través del éxito y los logros. Muchos creyentes se preguntan si están teniendo éxito en lo incorrecto.

A muchos cristianos en el mundo de los negocios les preocupa la noción de estar en la vocación equivocada y que deberían estar haciendo algo más ‘espiritual’

Él también luchó con estas dudas. Marcó una gran diferencia en la vida de Beckett que un líder pastoral afirmara su trabajo y su vocación para los negocios.

Saber que podía adorar a Dios a través de su trabajo “desató una energía en mí”, afirmó Beckett.

2. Haz buenas preguntas

Los cristianos que trabajan en negocios también enfrentan problemas éticos y morales importantes. Las personas necesitan sabiduría, ya sea que se trate de cómo manejar el despido de un empleado o determinar cómo obtener una ventaja competitiva sin comprometer la integridad. “Necesitan a alguien que tenga un conocimiento firme de las Escrituras”, dijo.

Un pastor puede sentirse inseguro en este escenario debido a la falta de experiencia en un lugar de trabajo secular, pero Beckett explicó cómo “el pastor puede lograr mucho a través de las preguntas que hace”. Las personas necesitan ayuda para pensar en problemas complejos en lugar de que se les brinden soluciones, agregó.

3. Cultiva amistades

En el prólogo de ¡Por fin lunes!, el empresario Jeffrey H. Coors compartió acerca de un momento en que un líder del ministerio preguntó: “¿Quieres que pida algo por ti en mis oraciones?”.

Su respuesta, que lo sorprendió incluso a él mismo, fue: “Necesito un amigo”. Coors estaba en un buen momento en su carrera y en su vida familiar, pero su respuesta reveló una idea importante: todos necesitamos amistades de confianza fuera de nuestro trabajo y nuestra familia.

Todos necesitamos amistades de confianza fuera de nuestro trabajo y familia

Ofrecer esa amistad es la tercera forma en que los líderes pastorales pueden servir a las personas en el mundo laboral, dijo Beckett. “Todo el mundo necesita codearse con alguien que tiene una vocación diferente, para ayudar a ampliar y desafiar los puntos de vista y las percepciones que tenemos”.

Un líder pastoral no puede ser un buen amigo para todos, pero todos aquellos a los cuales un pastor sirve necesitan amigos.

Es poco probable que tú y yo recibamos una llamada del noticiero local más importante, como la recibió Beckett. Pero podemos adoptar una postura de curiosidad y hacer preguntas claves para estimular nuevas formas de ver los problemas. Podemos afirmar la bondad que vemos, incluyendo en el trabajo diario, y ayudar a las personas a las que servimos a pensar en los desafíos que enfrentan. Si somos completamente honestos, también necesitamos amigos.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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