¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

A veces los teólogos emplean palabras que no están en la Biblia para hablar de temas bíblicos importantes. Por ejemplo, las palabras Trinidad y teología bíblica no aparecen en las Escrituras, ¡pero vaya que son verdades muy serias y preciosas que están en la Biblia!

Llamamiento eficaz es una frase de ese tipo. No está en la Biblia, pero ha sido usada por la teología reformada para hablar de cómo Dios llama soberanamente a pecadores de manera que ellos son movidos al arrepentimiento y la fe al conocer la majestad de Cristo.

El llamamiento eficaz en la Biblia

Tal vez el texto más importante en la Biblia sobre el llamamiento eficaz es 1 Corintios 1:22-24:

“Porque en verdad los Judíos piden señales y los Griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los Judíos, y necedad para los Gentiles. Sin embargo, para los llamados, tanto Judíos como Griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios” (énfasis añadido).

Cuando se predica el evangelio tanto a judíos como a gentiles, en la predicación hay evidentemente un llamado a que toda persona crea el evangelio (comp. Mt. 22:14). Sin embargo, en este pasaje en 1 Corintios vemos que existe un llamado interno hecho por Dios a muchos pecadores.

Le decimos llamado interno porque es diferente al llamado externo o público en la predicación, y se trata de algo que Dios obra personalmente en las personas. Vemos que los receptores de este llamado interno hacen caso al llamado externo (la predicación del evangelio). Llegan a ver el evangelio como realmente es y, en respuesta, creen para salvación. Por eso este llamado interno es un llamado eficaz, y se trata de algo que solo Dios puede obrar.

Si creemos el evangelio, esto no se debe a que seamos mejores o más buenos que los incrédulos.

Vemos este llamado también en Romanos 8:30: “A los que predestinó, a ésos también llamó. A los que llamó, a ésos también justificó. A los que justificó, a ésos también glorificó”. El texto nos muestra que Dios llamó de tal manera a las personas que predestinó para salvación, que todas ellas eficazmente llegan a creer el evangelio y son justificadas para luego ser glorificadas.

Otros pasajes bíblicos importantes en el estudio de esta enseñanza son: Romanos 9:24; Gálatas 1:15; Efesios 4:1,4; y 2 Tesalonicenses 2:13-14.

El llamamiento eficaz en la teología reformada

El uso más famoso y útil de la frase “llamamiento eficaz” en la teología reformada está en la Confesión de fe de Westminster de 1647. En el capítulo 10 de la confesión se puede leer la explicación clásica de esta enseñanza:

“Todos aquellos a quienes Dios ha predestinado a la vida, y a ellos solamente, tiene Él a bien a su tiempo señalado y aceptado llamar eficazmente, por su Palabra y Espíritu, de ese estado de pecado y muerte, en el que están por naturaleza, a la gracia y la salvación por Jesucristo; iluminando espiritual y salvíficamente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios; quitándoles su corazón de piedra y dándoles un corazón de carne; renovando sus voluntades por Su omnipotente poder, predisponiéndolos a lo que es bueno, y trayéndolos eficazmente a Jesucristo; de manera que ellos vienen muy libremente, habiendo sido hechos dispuestos por Su gracia”.[1]

La confesión de Westminster añade en el siguiente párrafo:

“Este llamamiento eficaz proviene de la libre y especial gracia de Dios solamente; no por cosa alguna prevista en el hombre, quien es totalmente pasivo en este respecto, hasta que, siendo vivificado y renovado por el Espíritu Santo, es de este modo capacitado a responder a este llamamiento y a recibir la gracia ofrecida y comunicada en él”.[2]

Esta explicación tradicional del llamamiento eficaz nos resume de qué se trata: es un llamado especial que Dios hace a sus escogidos, por medio de la Palabra y su Espíritu Santo, obrando un cambio profundo en ellos para que crean el evangelio libremente encontrando a Cristo como deseable.

Es por este llamado que empezamos a ver que Cristo vale más que todo lo que este mundo pueda darnos y lo que la muerte pueda quitarnos. Ya no solo miramos los hechos sobre Jesús, sino que ahora vemos la belleza de los hechos. En palabras de Pablo, lo que antes parecía locura y debilidad ahora es sabiduría y poder del Señor ante nuestros ojos.[3]

La doctrina del llamamiento eficaz nos muestra que nuestra conversión fue un milagro de la gracia de Dios.

Este llamado puede compararse al que Jesús le hizo a Lázaro para que saliera de la tumba: es un llamado que vivifica espiritualmente para que efectivamente creamos y seamos salvos, cuando antes estábamos muertos y no podíamos por nosotros mismos responder a Él debido a nuestro pecado.

El llamamiento eficaz y la gloria de Dios

Al igual que toda doctrina en la Biblia, el propósito de esta enseñanza no es simplemente entretenernos intelectualmente sino movernos a mayor adoración a Dios y confianza en Él. Esta verdad promueve la gloria de Dios al menos de tres maneras:

  • El llamamiento eficaz nos hace más humildes ante el Señor. Si creemos el evangelio, esto no se debe a que seamos mejores o más buenos que los incrédulos. En cambio, se debe a que Dios tuvo misericordia de nosotros. Esta enseñanza le da el mérito a Dios por nuestra conversión, y por lo tanto promueve nuestra humildad y así nos hace más agradecidos ante Él. Nos muestra que nuestra conversión fue un milagro de Su gracia.
  • El llamamiento eficaz nos da esperanza cuando oramos por la conversión de otros. El Dios soberano que venció la dureza de nuestros corazones, llamándonos eficazmente en su soberanía, es capaz de realizar esa misma obra poderosa en cualquier persona en respuesta a nuestras oraciones. Por tanto, esto nos recuerda que nuestro clamor sincero por la salvación de otros no es una pérdida de tiempo, esfuerzo, y lágrimas.
  • El llamamiento eficaz nos hace valientes y fieles en el evangelismo. Debido a que en última instancia la conversión de las personas no depende de nosotros, sino del llamado soberano de Dios, no tenemos por qué paralizarnos al pensar que la carga del éxito en el evangelismo está sobre nuestros hombros. Al mismo tiempo, nos recuerda que no tenemos por qué torcer o censurar nuestro mensaje para hacerlo más “digerible” a las personas, ya que solo Dios es quien hace que las personas puedan abrazar el escándalo del evangelio para alabanza de Su nombre.

En conclusión, la doctrina del llamamiento eficaz es bíblica, ha sido enseñada fielmente en la historia de la Iglesia, y tiene implicaciones prácticas para nuestras vidas al promover la gloria a Dios. Busquemos profundizar en ella para alabanza de Su nombre.


[1] Biblia de Estudo Herencia Reformada (Poiema Publicaciones, 2019), p. 2071. Nótese el lenguaje muy bíblico usado en la confesión. Los versos bíblicos en los que se basa este párrafo son: Romanos 8:30 y 11:7; Efesios 1:10,11;  2 Tesalonicenses 2:13,14; 2 Corintios 3:3,6; Romanos 8:2; 2 Timoteo 1:9,10; Efesios 2:1-5; Hechos 26:18; 1 Corintios 2:10,12; Efesios 1:17,18; Ezequiel 36:26. Ezequiel 11:19; Filipenses 2:13; Deuteronomio 30:6; Ezequiel 36:27; Efesios 1:19; Juan 6:44,45; Cantares 1:4; Salmos 110:3; Juan 6:37; y Romanos 6:16-18.

[2] Ibíd. Los versos bíblicos en los que se basa este párrafo son: 2 Timoteo 1:9; Tito 3:4,5; Romanos 9:11; Efesios 2:4,5,8,9; 1 Corintios 2:14; Romanos 8:7; Efesios 2:5; Juan 6:37; Ezequiel 36:27; y Juan 5:25.

[3] Este párrafo y el siguiente, junto a algunas frases de los primeros párrafos, están tomados de mi escrito corto: Gracia irresistible: llamados eficazmente por Dios.


Imagen: Lightstock.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando