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Nota del editor: 

También en nuestra serie sobre el evangelio en América Latina: El evangelio en Argentina, El evangelio en Colombia, El evangelio en Guatemala, El evangelio en Puerto Rico, El evangelio en la República Dominicana.

Si alguien le pregunta cuáles son los países donde es más difícil ser cristiano, de seguro nombraría naciones en el Medio Oriente, África y Asia. Sospecho que no pensaría en México.

Un informe reciente indica que, si bien las hostilidades sociales han mantenido un nivel bajo en las Américas (incluso por debajo de la media mundial), han aumentado de “moderado” a “alto” en México. De hecho, por primera vez en tres años, México se ubicó 38 en la World Watch List, una encuesta anual de la persecución de cristianos de todo el mundo.

“La aparición de México… se explica principalmente por el avance del crimen organizado en el país y el registro de incidentes violentos dirigidos a cristianos. Las organizaciones criminales y cárteles de droga se han dirigido a los cristianos porque ven las iglesias como centros de ingresos (extorsiones) y porque las iglesias apoyan los programas para la rehabilitación de drogadictos y alcohólicos. Las comunidades locales de los estados del sur de México son guiados por el derecho indígena tradicional de ‘usos y costumbres’ para obligar a todos los miembros de la comunidad en un estilo de vida homogéneo. Tan pronto como miembros de la comunidad aceptan una religión diferente, la ley de ‘usos y costumbres’ se convierte en la soga que amenaza su propia existencia”.

Continuando con nuestra serie sobre el Evangelio en América Latina, conversé con Carlos Contreras, pastor de la Iglesia Cristiana Gracia Soberana en Ciudad Juárez, México. El Pastor Contreras está familiarizado con los desafíos únicos que enfrenta la iglesia en México. Tan recientemente como en 2012 su ciudad de Juárez fue nombrada la ciudad más violenta del mundo. En su momento más violento, el gobierno estimó que había un asesinato cada media hora. (Para aquellos interesados, él ha escrito acerca de esa experiencia en su vida y la de su iglesia en tres partes: aquí, aquí, y aquí.)

En esta entrevista aprendemos de la nueva obra de gracia en México, la necesidad de una cultura de liderazgo bíblica entre pastores, cómo podemos orar por la iglesia mexicana, y más.


¿Cómo describiría el estado de la iglesia evangélica en México?

Aunque hay muchos problemas y carencias, creo que la iglesia en general está en un buen lugar. Ha crecido numéricamente de manera muy significativa en los últimos 30 años y tiene el potencial de seguir siendo usada por Dios como testimonio del poder transformador del evangelio. He podido verificar en muchos lugares que se percibe una atmosfera de fe entusiasta y de expectativa de futuras posibilidades de crecimiento e influencia. Creo que en México hay una evidencia de una posible nueva obra de gracia de Dios en un despertar similar a la que he oído está sucediendo en otros países Latinoamericanos. Entonces diría que la iglesia se encuentra en un momento de gran posibilidad, gran oportunidad y gran expectación de una nueva etapa de desarrollo.

¿Qué es lo que más le anima hoy en día en la iglesia evangélica en su país? 

Definitivamente me anima ver una nueva generación de jóvenes que están abrazando el evangelio con gran pasión y celo. He podido conocer en varias ciudades grupos de jóvenes líderes en sus iglesias con gran hambre por la sana doctrina y con un gran deseo de ser usados por Dios como una generación reformadora. Entre ellos se percibe una anticipación de un nuevo obrar de Dios en la iglesia, pudiera ser algo similar a lo vivido en la década de los 70 en donde muchos jóvenes fueron convertidos y muchas iglesias fueron plantadas. Para alguien de mi generación es muy emocionante poder ver crecer una nueva generación a la que le podamos encomendar lo que Dios ha edificado en los últimos 40 años.

¿Cuál es el desafío principal?

Creo que hay dos cosas que me preocupan de manera principal. La primera es ver la gran cantidad de iglesias que están siendo edificadas sin el fundamento del evangelio de Jesucristo. Hay mucha enseñanza moral y mucha religiosidad, pero una gran ausencia de la Supremacía de Cristo y su obra en la vida de la iglesia. No se ha abandonado la Biblia, pero es notorio que muchas iglesias parecieran más congregaciones judías que congregaciones cristianas.

La segunda preocupación que tengo es en respecto de la ausencia de una cultura bíblica de liderazgo. Prevalece en muchos lugares una especie de caciquismo, en donde el pastor asume un papel de señorío absoluto sobre la iglesia. Y esto, combinado con una falta de preparación bíblica, expone a la iglesia a una peligrosa vulnerabilidad.

¿Qué distingue a la iglesia en México de la iglesia en los Estados Unidos? ¿De la iglesia en América Latina? 

Creo que la distinción principal es que la iglesia Mexicana y posiblemente la Latinoamericana está conformada por cristianos de primera generación. O sea, no hay una presencia histórica antigua de la iglesia evangélica en nuestros países. Eso hace que la iglesia sea relativamente novata en muchos aspectos. Además, el crecimiento acelerado de la iglesia en México en las últimas décadas ha producido toda una generación de líderes sin una preparación adecuada para desempeñar su función, y sin una expectativa por parte de las congregaciones de esa necesidad.

Además, creo que la influencia religiosa de muchos siglos bajo el Catolicismo y de la realidad histórica de las grandes culturas pre-hispánicas de Mesoamérica han producido una iglesia de mucha religiosidad, emocionalismo y susceptibilidad al misticismo.

Con reportes que indican un crecimiento de la persecución de creyentes en Mexico, ¿en qué forma usted animaría y ayudaría a cristianos en su país a pensar sobre estos acontecimientos?

La persecución de creyentes en el sur indígena en México es real y grave, y muchos han sido echados de sus tierras por los caciques de la región. Sin embargo, el testimonio de esos hermanos debe animarnos a todos los que no estamos bajo esa oposición a ser cada vez mas activos en nuestro evangelismo. Con respecto a los creyentes que han sido víctimas de la violencia del crimen organizado, debemos recordar que la población en general ha sufrido el embate de dicha violencia. Por tanto, nuestra respuesta valiente y piadosa, siendo observada por la gente a nuestro derredor, será un poderoso testimonio de nuestra fe y confianza en nuestro Dios soberano.

¿Qué palabra de exhortación le darías a pastores y líderes de iglesias en el mundo hispanohablante? 

Primero, les llamaría a que volvieran a la predicación expositiva de todas las Escrituras. La Palabra de Dios es la que debe reinar suprema en la edificación de la iglesia, y debe ser predicada, con integridad e íntegramente, por aquellos verdaderos siervos de Cristo.

Segundo, les convocaría a la tarea primordial del equipamiento de la futura generación de jóvenes pastores, para que sean comisionados a la plantación de nuevas iglesias sanas y para servir a la próxima generación.

Tercero, que nos unamos todos a la búsqueda de un verdadero avivamiento en el evangelio de la cruz de Cristo; un avivamiento que traiga una nueva reforma a la iglesia Latinoamericana, un retorno a una fe sincera basada en la Palabra de Dios, y que tenga como meta y fruto la verdadera exaltación de Cristo.

¿Cómo podemos orar por la obra de Dios en México?

Yo les pediría que oraran para que nuestro Señor levante esa nueva generación de futuros líderes que sean poderosos en la fe y en la Palabra de Dios, y para que sean usados para la edificación de una nueva iglesia Mexicana para la próxima generación.

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