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Nota del editor: 

También en nuestra serie sobre el evangelio en América Latina: Argentina, Colombia, Mexico, Guatemala, Puerto Rico, República Dominicana.

El ser creyente Protestante nunca ha sido fácil en España. Desde la Inquisición del siglo XVI a la laicidad del siglo XXI, el creer en las verdades protestantes como las cinco solas de la Reforma Protestante—solo por medio de la Escritura, solo por la fe Dios salva, solo por la gracia de Dios, solo a través de Cristo, y la gloria solo para Dios—siempre han puesto los cristianos en desacuerdo con la cultura alrededor. Un ejemplo interesante es el comentario de Marcelino Menéndez Pelayo (1856 – 1912) quien, refiriéndose a los protestantes del siglo XVI, dijo que “la lengua de Castilla no se forjó para decir herejías”.

Hoy día no hay temor de la Inquisición, y le podemos dar gracias al Señor por las puertas abiertas a la prédica del evangelio y por las iglesias sanas que han sido establecidas. Pero aun en medio de estos estímulos hay grandes desafíos para la iglesia española.

Continuando con nuestra serie sobre cómo luce el evangelio en América Latina, nos mudamos a la “Madre Patria” para corresponder con Andrés Birch, colaborador desde el inicio de Coalición Por El Evangelio y pastor de la Iglesia Bautista Reformada de Palma de Mallorca, España. Andrés es un misionero británico afincado en España desde 1983.

Si bien España no es un país de América Latina, todavía comparte muchas cosas, particularmente el idioma y algunos aspectos de cultura, con el resto de sus hermanos en el hemisferio occidental. En esta entrevista aprendemos sobre la historia del protestantismo en España, los ídolos del pueblo español, cómo alcanzar a una cultura secular, y más.


¿Cómo describirías el estado de la iglesia en España?

La historia religiosa de España ha sido dominada por el Islam y por el Catolicismo Romano. La Reforma del siglo 16 llegó a España, pero sufrió a manos de la Inquisición. Luego hubo una segunda reforma en el siglo 19. Y en el siglo 20 hubo tres fechas muy significativas para los evangélicos en España: (1) 1967: Se aprobó una ley de libertad religiosa; (2) 1975: La muerte del dictador Franco; y: (3) 1992: Un acuerdo de cooperación entre el estado español y las iglesias evangélicas. 

Yo diría que las iglesias evangélicas en España han crecido numéricamente, pero que están más débiles espiritualmente. Esa debilidad se manifiesta sobre todo en tres síntomas: (1) Una falta de claridad doctrinal; (2) Un nivel de santidad muy bajo; y: (3) Un denominacionalismo bastante agresivo. Y si somos tantos evangélicos como se dice que somos, ¿cómo es que estamos teniendo tan poco impacto sobre la sociedad?

Además, la mayor parte del crecimiento numérico en estos últimos años no ha sido por conversiones de españoles, sino por la llegada de creyentes de otros países. Y ahora, debido a la actual crisis económica, muchas de esas personas han regresado a sus países de origen.

¿Qué es lo que más te anima hoy en día de la iglesia evangélica en tu país?

Lo que más me anima es un movimiento transdenominacional de reforma y de recuperación de una visión de sana doctrina y de pasión por el verdadero evangelio. Por ahora es un movimiento humilde y bastante lento, pero las señales de vida son muy alentadoras. Precisamente el tipo de visión tan bien representado por Coalición por el Evangelio se va extendiendo, poco a poco, por toda España, lo cual es muy esperanzador cara al futuro.

¿Cuál es el desafío principal que enfrenta la iglesia española?

Al igual que en otros países de habla hispana (y no solo de habla hispana), la influencia del falso “evangelio de la prosperidad” ha hecho —y está haciendo— estragos. Yo diría que la mayoría de las nuevas iglesias evangélicas que van surgiendo en toda España, sobre todo en las grandes ciudades, se caracteriza por alguna u otra versión de ese “evangelio de la prosperidad”, sean iglesias españolas, hispanas, africanas o de cualquier otro perfil. Sin duda, la heterodoxia de “la prosperidad” es la nueva ortodoxia.

El otro gran desafío es cómo evangelizar a los españoles, en un contexto en el que tanto el Catolicismo Romano como el creciente secularismo han levantado muros contra el verdadero evangelio de Cristo.

¿Qué identificarías como los ídolos del pueblo español? ¿Cómo afecta esta realidad afecta su predicación?

No creo que los ídolos de los españoles sean muy diferentes de los de cualquier otro país. Los dividiría en dos grandes bloques que reflejan “las dos Españas”: la España católica y la España secular. Sigue habiendo mucha idolatría relacionada con la religiosidad popular: “Vírgenes”, “Santos”, etc. Pero yo diría que, aun entre los católicos, los ídolos más fuertes son el dinero y todo lo que puede comprar; el hedonismo; la “sexolatría”; la “futbolatría”; y el ídolo más joven y más de moda: ¡el celular!¡Ya se sabe que hay cada vez más personas que no pueden vivir sin el teléfono móvil en la mano!

Creo que la idolatría, en sus múltiples manifestaciones, es la esencia del pecado. Por lo tanto, debe afectar a nuestra predicación en el sentido de informar y servir tanto nuestra predicación a las personas no convertidas: la mala noticia que las prepara para la buena noticia del evangelio, como nuestra predicación a los creyentes: las implicaciones concretas de la santificación.

En los Estados Unidos, igual que en ciertos países en Latinoamérica, como Uruguay y Chile, la iglesia evangélica se enfrenta a una resistencia cada vez mayor con el aumento de la laicidad. Esto no es nuevo para ustedes en la iglesia en España. ¿Qué palabra le darías a la iglesia evangélica en América?

Es un tema bastante complejo que necesitaría no unas pocas líneas, ¡al menos un libro entero! Pero me limitaré a ofrecer cuatro ideas: 

  1. ¡Hagamos un gran esfuerzo por entender a las personas “poscristianas”! Necesitamos conocer y entender a los que queremos evangelizar.
  2. ¡Luchemos por los valores cristianos! Si creemos que son los mejores para todo el mundo, y es así, no tenemos que retirarnos del mundo o aceptar la limitación de nuestra fe solo al ámbito privado.
  3. ¡Anunciemos el evangelio y no nos dejemos distraer de la misión principal de la Iglesia! No digo que no hagamos otras cosas, sino que tengamos mucho cuidado de mantener lo más importante en su debido lugar.
  4. ¡Confiemos en la soberanía de Dios! ¡Dios está en control de todo! ¡Cristo ya ganó la batalla decisiva! ¡Ya sabemos cómo va a terminar todo! No lo vemos; pero ¡lo creemos!

¿Cómo podemos orar por la obra de Dios en España?

  1. Oren por una nueva generación de líderes que conocen a Dios, de vidas santas, comprometidos con la causa del evangelio y centrados en el evangelio.
  2. Oren por más obreros fieles; la puerta aún está abierta, y hay que aprovechar el día de la oportunidad.
  3. Oren por más conversiones de españoles (además de por conversiones de personas de otros países).
  4. ¡Oren por un avivamiento! España nunca ha tenido un verdadero avivamiento.
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