Este es el quinto artículo de la serie del Dr. Jason DeRouchie Cómo entender y aplicar el Antiguo Testamento. Puedes leer el artículo anterior aquí.
Según Wycliffe Global Alliance, de los aproximadamente 7,000 idiomas en el mundo, solo 2,932 tienen al menos parte de la Biblia. Esto quiere decir que hay 3,955 idiomas sin acceso a las Escrituras. Debido a que “la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Ro 10:17), ¡la Palabra de Dios traducida es esencial!
El beneficio de múltiples traducciones en el estudio de la Biblia
Con tantas personas en todo el mundo que no tienen las Escrituras en su lengua materna, deberíamos estar profundamente agradecidos con Dios por la gran cantidad de traducciones sólidas de la Biblia que tenemos. Ya sea que conozcas los idiomas bíblicos o no, tener acceso a varias buenas traducciones en tu idioma te será de gran utilidad para estudiar la Biblia y enseñarla. Al estudiar las Escrituras, aquellos que no conocen los idiomas originales y que confían plenamente en las traducciones están a merced de los traductores, quienes han tomado decisiones interpretativas sobre el significado del texto en hebreo o en griego. Si solo usas una única traducción, tu capacidad para identificar y evaluar opciones interpretativas es aún más limitada. Con respecto a la enseñanza, tu audiencia podría estar utilizando más de una docena de diferentes traducciones contemporáneas, muchas de las cuales diferirán en mayor o menor grado. Como tal, cuanto más te familiarices con las diversas traducciones, más seguro estarás de que has tomado las mejores decisiones exegéticas y más preparado estarás para responder preguntas a medida que surjan.
Considera, por ejemplo, varias versiones del Shemá en Deuteronomio 6:4.
Un vistazo rápido a estas traducciones en inglés identifica algunas preguntas claves que probablemente habrías perdido de vista si solo hubieras visto una sola traducción. Por ejemplo, ¿cómo debemos entender la estructura del Shemá? ¿Es un lema sin verbos (# 1), una sola oración (# 2, 3, 4) o dos oraciones (# 5)? Esta decisión afecta nuestra comprensión del todo. Además, ¿cuál es el significado de la unicidad de Yahvé? ¿Esta unicidad hace referencia a la naturaleza de Dios (# 2, 3, 5), o se refiere a la naturaleza de nuestra lealtad (# 4)? Si has seleccionado enseñar este pasaje, comparar las traducciones te permite saber que tienes un trabajo exegético importante que hacer para comprender correctamente el mensaje del texto. Si solo hubieras utilizado la New Revised Standard Version (NRSV) o la New American Standard Bible (NASB), nunca hubiera visto estas opciones.[1]
Para la memorización de la Biblia y la coherencia en la enseñanza, lo mejor es utilizar una traducción de calidad única. En mi esfera de ministerio, las más comunes en inglés son la New American Standard Bible (NASB), English Standard Version (ESV), New International Version (NVI) y Christian Standard Bible (CSB), pero hay otras opciones sólidas. Sin embargo, para el propósito del estudio de la Biblia, múltiples traducciones en tu idioma bien elegidas proporcionarán al intérprete una mayor conciencia de las opciones exegéticas y una mejor preparación para el ministerio.
Involucrando diferentes traducciones y teorías de traducción
Las traducciones de la Biblia difieren en cuanto a si se basan en la forma, el sentido o las ideas y en qué medida incluyen el género. Las diferentes teorías de la traducción en realidad están detrás de las diversas versiones, creando un continuo de equivalencia (que se muestra a continuación) en función de cómo manejan las correspondencias léxicas, gramaticales e históricas. La correspondencia léxica tiene que ver con la precisión con la que los traductores intentan convertir palabras individuales del texto original en palabras individuales en el idioma al cual se está traduciendo. La correspondencia gramatical aborda qué tanto los traductores alinean el orden de las palabras y la sintaxis en el idioma original con el orden de las palabras y la sintaxis en la traducción. Finalmente, la correspondencia histórica está relacionada con cuánto los traductores retienen de los elementos fácticos y culturales conectados a los tiempos bíblicos. Pudieras pensar que mientras más apegada esté una traducción a la correspondencia léxica, gramatical e histórica de manera estricta, más fiel será la traducción al original. Sin embargo, la teología liberal versus conservadora no parece desempeñar un rol en la preferencia de los estudiosos de la teoría de la traducción. Cada uno de los diversos enfoques tiene sus propias fortalezas y debilidades y, a menudo, los diferentes propósitos impulsan la elección de un enfoque sobre otro.
Equivalencia en la forma
Las versiones que tratan de mantener una equivalencia en la forma tratan de retener la correspondencia de palabras, gramática e historia tanto como sea posible entre el idioma original y el receptor. Algunas personas se refieren a estos como traducciones “literales”. Tal terminología es un nombre inapropiado, ya que no hay dos idiomas que disfruten de correspondencia uno a uno en todo, y a menudo, el equivalente en inglés requiere una interpretación más dinámica para capturar realmente el sentido del original en el idioma receptor. La Biblia Young’s Literal Translation más antigua (YLT 1862) falló en reconocer este punto, asumiendo que siempre era posible una completa equivalencia gramatical y léxica. El resultado fue una traducción que ignoraba regularmente las estructuras normales del inglés, lo que hacía que el texto fuera casi absurdo.
Dos de las mejores traducciones en inglés basadas en las formas son la New American Standard Bible (NASB 1995) y la English Standard Version (ESV 2016). La primera es especialmente útil cuando se trata de rastrear el flujo de pensamiento de un autor porque representa casi todas las palabras conectadas, que sirven como señales para la estructura del texto. Este tipo de traducción es la menos interpretativa, y debido a esto, elijo una traducción con equivalencia formal como mi versión principal en inglés para el estudio de la Biblia. Sin embargo, aunque las traducciones basadas en la forma pueden ser comprensibles, a menudo utilizan un inglés complicado, lo que requiere que el profesor tenga que aclarar el significado con más frecuencia. La ESV logra un equilibrio útil entre forma y significado, pero en el Antiguo Testamento no logra traducir muchos de los conectores, lo que dificulta su uso para rastrear un argumento.
Equivalencia del sentido
Traducciones en inglés que mantienen una equivalencia del sentido del texto como New International Version (NIV 2011) y New Living Translation (NLT 2004) proporcionan un inglés contemporáneo hermoso y significativo. Buscan correspondencia funcional/dinámica, conservando las características históricas y fácticas del texto, capturando el significado del hebreo y el griego, sin refrenarse de traducir las palabras, la gramática y el estilo en palabras, estructuras y modismos comunes en inglés. Estas traducciones conllevan más interpretación, pero si los traductores hacen bien su trabajo, el resultado es una interpretación clara y fiel de la Palabra de Dios que puede servirnos a todos, especialmente a aquellos que necesitan más ayuda para comprender el significado de las proposiciones de la Biblia.
Sin embargo, donde hay una mayor interpretación en la traducción, también hay más oportunidades para que el predicador o el maestro no estén de acuerdo con las elecciones del traductor. Además, las traducciones que buscan una equivalencia del sentido a menudo no representan características importantes del texto como conectores o marcadores de discurso. Sin estas señales estructurales, el intérprete no puede seguir el argumento del autor con tanta facilidad, por lo que se aleja aún más del libro antiguo.
Equivalencia de las ideas
Las traducciones en inglés que buscan la equivalencia de ideas incluyen The Living Bible (TLB 1971) y The Message (MSG 2002). Es realmente mejor llamar “paráfrasis” a tales versiones, ya que solo se esfuerzan por transmitir los conceptos de las Escrituras con poco esfuerzo por retener la correspondencia léxica, gramatical o histórica. Estos pueden contemporizar la Palabra de Dios, pero son menos útiles para el estudio o la enseñanza porque se han distanciado mucho del original.
Las teorías de traducción en acción
Como un ejemplo del continuo de equivalencia en acción, compara las siguientes versiones del Salmo 119:105 en la Young’s Literal Translation (YLT), New American Standard Bible (NASB), la English Standard Version (ESV), New Living Translation ( NLT), New International Version (NVI), The Living Bible (TLB) y Message (MSG). Las columnas de la derecha identifican cuán estrechamente corresponde la traducción al hebreo con respecto a las características léxicas (“L”), gramaticales (“G”) e históricas (“H”). El número 5 representa el nivel más alto de correspondencia y 1 representa el menor.
Al examinar las traducciones vemos que algunas varían drásticamente, pero otras no tanto. Con respecto a las traducciones con equivalencia en la forma, con la palabra “Nun” YLT señala desde el principio que el Salmo 119:105 es parte de un acróstico alfabético y cae en la sección donde las líneas poéticas comienzan con la letra hebrea נ (“Nun”). Identifica el versículo como una cláusula sin verbos, colocando “es” entre corchetes y conserva el singular hebreo “pie”. Mantiene el orden de las palabras hebreas y ofrece un equivalente para cada forma lingüística hebrea, pero lo hace a costa de hacer que el inglés sea tosco. La NASB y la ESV, aunque tienen un inglés más suave, aún conservan la conjunción “y” (לְ) y la preposición repetida “a” (לְ). Pero también invierten el orden de las palabras al principio de la primera cláusula, lo que permite un inglés más natural, y leen el singular “pie” colectivamente como “pies”. Si bien mantienen completamente la correspondencia histórica, minimizan un poco la correspondencia léxica y gramatical para comunicarse de manera más efectiva en inglés.
Como traducciones que tratan de mantener el sentido, la NLT y NIV intentan hacer que el inglés sea aún más fluido. La NIV también traduce “pie” como “pies”, pero elimina la conjunción y cambia la segunda preposición, probablemente por variaciones estilísticas. La NLT conserva la conjunción, altera la segunda preposición y luego agrega el infinitivo dinámico “que guía” para una comprensión más clara. Tanto la NIV como la NLT mantienen una correspondencia histórica completa, pero ambas están aun más dispuestas que la ESV a abandonar la correspondencia léxica y gramatical para que sean legibles. Es debatible el hecho de si sacrifican la literalidad o no.
El mero hecho de que tanto TLB como MSG tengan más palabras identifica que estas traducciones que buscan la equivalencia de las ideas están traduciendo conceptos, no palabras o frases. La TLB es una paráfrasis completa que tiene poca o ninguna correspondencia léxica, gramatical o histórica. ¿Había una “linterna” en el período del Antiguo Testamento? Cambia la “palabra” de Dios por “palabras” y transforma tanto la estructura de las cláusulas como el orden de las palabras. En cuanto al MSG, también es una paráfrasis completa que crea dos cláusulas independientes y pierde casi toda la correspondencia léxica y gramatical, mientras que conserva la equivalencia histórica.
Toda teoría de la traducción de la Biblia tiene fortalezas y desafíos. Debemos juzgar la calidad de una traducción no solo por su fidelidad al original hebreo o griego, sino también a la luz del público al cual se dirige y su propósito comunicativo. Una traducción que se lleva por el sentido como la NLT puede beneficiar más la lectura pública de las Escrituras, ya que captura el significado del original en formas frescas y evocadoras. Las versiones equivalentes a las ideas pueden ser útiles para aquellos que tienen poca o ninguna exposición a la Biblia y/o tienen una comprensión limitada del inglés (por ejemplo, niños e individuos que aprenden inglés).
Para el estudio personal y la preparación de la lección, te animo a interactuar con al menos tres versiones que se encuentran en diferentes puntos a lo largo del continuo de equivalencia. Mis preferencias son NASB, ESV y NIV. Si no sabes hebreo, las traducciones más basadas en la forma garantizarán que detectes más conectores y marcadores de discurso para rastrear mejor el flujo de pensamiento previsto por el autor. Sin embargo, involucrar traducciones más dinámicas también puede ayudarte a comprender mejor el sentido de determinadas cláusulas y frases. En situaciones de enseñanza, asegúrate de conocer la traducción principal que tu audiencia utiliza.