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Nota del editor: 

Este es el cuarto artículo de la serie del Dr. Jason DeRouchie Cómo entender y aplicar el Antiguo Testamento. Puedes leer el artículo anterior aquí.

A pesar de todo su cuidado y atención a los detalles, los escribas que copiaron y volvieron a copiar la Biblia hebrea no eran perfectos. Se cometieron errores al copiar. La mala memoria, un discernimiento deficiente, mala audición y errores de visión o malentendidos hicieron que los escribas mejor intencionados omitieran, sustituyeran o repitieran letras o palabras. Los escribas empeoraron las cosas algunas veces al alterar deliberadamente el texto para corregir un problema percibido. El resultado final fue una serie de corrupciones accidentales o mejoras intencionadas que se apartaron del texto original. La mayoría de los traductores modernos se involucran en la ciencia de la crítica textual para establecer las redacciones originales y la mayoría de las traducciones modernas usan notas al pie de página para informar a los lectores la ubicación de la dificultad en el texto o las posibles variantes de escribas.

La naturaleza y el propósito de la crítica textual

La presencia de errores textuales entre los testigos bíblicos no destruye la credibilidad o el mensaje de la Biblia. Así como un lector alerta puede entender un libro que tiene errores tipográficos, también la Palabra de Dios puede hablar por sí misma a pesar de las pequeñas corrupciones de los escribas. La mayor parte del texto bíblico está correcto, y cuando ocurren variaciones entre las copias existentes, los estudiosos generalmente pueden determinar la redacción original con un grado razonable de certeza.

La crítica textual es la disciplina que busca recuperar las palabras originales de los autores bíblicos, comparando y contrastando las diversas copias y traducciones de la Biblia. Por “crítica” no nos referimos a “encontrar fallas” sino a “evaluar” las copias existentes. El principio rector a la hora de evaluar las distintas lecturas es que la lectura más original es la que mejor explica el surgimiento de las variaciones.

Textos y versiones

Desde el período más temprano del origen de la Biblia, hubo una tendencia entre el pueblo de Dios a preservar el texto y actualizar cosas como la escritura hebrea, desarrollos de ortografía y datos geográficos para generaciones posteriores. Los judíos vieron las Escrituras como la Palabra duradera y autorizada de Dios, por lo que no solo buscaron copiar el texto con gran cuidado, sino también preservar su significado a través de explicaciones (a través de comentarios al margen), actualizaciones (en las formas señaladas anteriormente) y traducciones del texto.

Ya no existe ninguno de los manuscritos bíblicos originales. Sin embargo, a lo largo de los años, los escribas, traductores y expositores fieles han preservado las Escrituras. Tenemos manuscritos antiguos en hebreo, griego, arameo, siríaco y latín para el Antiguo Testamento. También hay miles de fragmentos de rollos de cuero y papiro, algunos con más de dos mil años de antigüedad. Estas fuentes dan testimonio del Antiguo Testamento “original”. Los estudiosos llaman a los testigos hebreos “textos” y las traducciones la identifican como “versiones”. Estos son los textos y las versiones más importantes.

Textos

Los testigos principales del AT original son las copias escritas en hebreo. Los más significativos de estos textos son el/los Texto(s) Masorético(s), los Rollos del mar Muerto y el Pentateuco Samaritano.

  • Texto masorético (TM): El texto masorético es el texto estándar recibido de las Escrituras hebreas. Se llama “masorético” porque es la tradición textual de los estudiosos judíos conocidos como los masoretas. Ellos trabajaron entre el 500 y el 1000 d. C. para agregar un sistema de vocales, acentos y notas al texto hebreo consonántico que garantizara una transmisión más precisa del texto bíblico. Ningún otro texto del mundo antiguo fue salvaguardado con tanto cuidado como el TM. Los destinatarios han considerado su tradición como autorizada, y todavía podemos considerarla muy digna de confianza. Hoy en día, el manuscrito masorético completo más antiguo, el Códice de Leningrado (1008 d. C.), se utiliza para la edición estándar del Antiguo Testamento hebreo. Otra copia antigua, el Códice de Alepo, es incluso anterior (925 d. C.), pero le falta parte del Pentateuco.
  • Rollos del mar Muerto (RMM): Hasta el descubrimiento de los Rollos del mar Muerto en 1947, las primeras copias conocidas de la Biblia hebrea eran las producidas por los masoretas en la Edad Media. Pero con los 800 rollos encontrados en el desierto de Judea, que datan de aproximadamente de los años 250 a. C. a 135 d. C. e incluyen todos los libros del AT excepto Ester, ¡nuestro conocimiento del texto del AT retrocedió mil años! Los RMM contenían manuscritos y fragmentos en hebreo, griego y arameo. Una gran cantidad de los manuscritos del AT encontrados reflejan esencialmente el mismo texto heredado por los masoretas, lo que confirma la antigüedad y la autoridad del TM. El texto de los RMM más famoso es el gran rollo de Isaías (1QIsaa), que contiene todo el libro de Isaías.
  • Pentateuco Samaritano (Smr): Este es el pentateuco de la comunidad samaritana, el grupo separatista semi-judío que creció en la región de Samaria después de la ocupación de Asiria (2 R 17:29) y con los cuales Jesús se encontró varias veces en su ministerio (p. ej., Jn 4). Esta comunidad solo reconoció el pentateuco como canónico. En algunos lugares, parece que los escribas han alterado deliberadamente el Pentateuco samaritano para apoyar la teología de los samaritanos, pero muchas diferencias entre este y el TM están simplemente relacionadas con la ortografía (ortográficas), por lo que aún podemos usarlo para propósitos de crítica textual.

Versiones

Desde el descubrimiento de los RMM, las versiones antiguas (o traducciones) de la Biblia se han vuelto menos importantes para establecer el texto original del AT. Sin embargo, las lecturas que difieren del TM todavía se evalúan en al menos cuatro versiones tempranas: la Septuaginta griega, los tárgumes arameos, la Peshitta siríaca y la Vulgata latina.

  • Septuaginta (LXX): La más importante de todas las versiones, la Septuaginta es la traducción del Antiguo Testamento al griego que se convirtió en la Biblia de la iglesia primitiva. Aunque se debaten sus orígenes, el proceso de traducción probablemente comenzó a mediados del siglo III a. C. en Alejandría, Egipto. No parece ser obra de un solo traductor, ni siquiera de un solo grupo de traductores; se le ha llamado una colección de traducciones. Algunos libros de la LXX fueron traducidos con habilidad y precisión, pero otros, como Job, son traducciones muy libres. Es la versión más útil para ayudarnos a establecer el texto original del Antiguo Testamento porque: (1) es la traducción más antigua de todo el Antiguo Testamento, (2) está bien documentada en numerosos manuscritos y (3) contiene lecturas variantes más significativas que cualquier otra versión. Aún así, muy pocos académicos la considerarían superior al TM, a pesar de que cierto material de los RMM respalda algunas de sus lecturas.
  • Tárgumes (T): arameo para “traducción” o “interpretación”, un tárgum es una traducción aramea de las Escrituras hebreas hecha para judíos postexílicos cuya lengua materna era el arameo. Los tárgumes tienden a parafrasear libremente, a veces de manera excesiva. El Tárgum de Onquelos es el tárgum oficial de la ley, y el Tárgum de Jonathan es el tárgum oficial de los profetas, pero también hay varios tárgumes no oficiales. Los traductores parecen haber trabajado a partir de un texto muy similar al TM. Sin embargo, las personas tradujeron los tárgumes de manera interpretativa, vaga y con comentarios, lo que hace que sean de menor utilidad para establecer el texto hebreo original.
  • Peshitta (S): palabra siríaca para “simple” o “sencillo”, la Peshitta es la Biblia autorizada de la iglesia Siria. El siríaco es un dialecto posterior del arameo. Aunque la historia del texto siríaco es compleja y debatida, parece que tiene un origen judío más que cristiano, que data del siglo IV d. C. Fue originalmente traducida de manera relativamente literal del hebreo, lo que lo hace útil para la crítica textual.
  • Vulgata (V): La vulgata significa “común” o “popular” en latín, y desde finales del siglo IV d. C. ha servido como la Biblia estándar de la iglesia occidental. La porción del Antiguo Testamento comprende la traducción del texto hebreo al latín del padre de la iglesia Jerónimo. Al traducir, Jerónimo dependía en gran medida de la Septuaginta y variaba mucho en su literalidad, por lo que debemos tener cuidado al usar la Vulgata del Antiguo Testamento como testimonio del original hebreo.

El proceso de la crítica textual: Un ejemplo práctico en el Salmo 22:16

El Salmo 22 contiene un ejemplo bien conocido de un problema textual. Este es el salmo de “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. El NT se refiere a este salmo en numerosas ocasiones en relación al sufrimiento, la muerte y la resurrección de Cristo. En el versículo 16 (versículo 17 en hebreo), la NBLA dice: “Me horadaron las manos y los pies”, que es la lectura preferida en todas las versiones principales. Sin embargo, la versión de la Biblia La Palabra (BLPH) dice: “como un león asedian mis manos y mis pies”. Estas dos versiones reflejan diferentes opiniones sobre qué manuscritos conservan la lectura más original.

Evidencia externa

El primer paso para considerar un problema de crítica textual es identificar las diversas lecturas en los textos y las versiones. Algunas versiones, como la NVI y la NTV, incluyen una nota al pie para advertir al lector que su traducción sigue algunos manuscritos hebreos, la Septuaginta griega, la Vulgata latina y la Peshitta siríaca, mientras que la mayoría de los manuscritos hebreos dicen “como un león, mis manos y mis pies”. Aun si no sabes hebreo, puedes ver la similitud y la distinción en la ortografía.

  • Los textos:
    • TM: כָּאֲרִי יָדַי וְרַגְלָי (“como un león mis manos y pies”)
    • RMM: כרי [ו] ידי ורגלי (“le han traspasado las manos y los pies”; 4QPsf, usados por LXX, V, S)
  • La diferencia :
    • TM: כְּ (“como”) + אֲרִי (“león”)
    • RMM: כָּרוּ (“excavaron, horadaron, perforaron”)

Evidencia interna

Unas notas en la Biblia NET afirman que la expresión hebrea en el TM es “gramaticalmente incómoda” y esto llevó a los traductores a proporcionar el sujeto y el verbo de la cláusula, “ellos clavan”. Sin embargo, las notas sugieren que la difícil sintaxis puede existir debido a un “diseño retórico” para “transmitir el pánico y el terror que siente el salmista”.[1] Contra este enfoque, hay una diferencia entre una construcción que es “gramaticalmente incómoda”, pero todavía tiene sentido y otra que es completamente ininteligible. Tal como está la frase, la agrupación de palabras en la mayoría de los manuscritos hebreos del Salmo 22:16 no tiene sentido, lo que apoya la lectura en los RMM y sus versiones.

La redacción del Salmo 22:16 en la mayor parte de los manuscritos hebreos podría ser uno de varios ejemplos en el Antiguo Testamento donde el prejuicio de los escribas judíos posteriores contra el cristianismo los movió (consciente o inconscientemente) a vocalizar el texto hebreo de una manera menos mesiánica.[2] Además, incluir “león” en el versículo 16 rompería lo que parece ser una inversión intencional de las listas de enemigos, que siguen un patrón ABCD-D′C′B′A ′:

  • 22:12-18: “toros”; “un león”; “perros”; “malhechores” armados (vv. 12, 13, 16)
  • 22:20-21: “la espada”; “el perro”; “El león”; los “bueyes monteses” con cuernos.[3]

Con toda probabilidad, el Salmo 22:16 está junto a Zacarías 12:10 (que usa un verbo diferente para “horadado”) al proporcionar una predicción directa de la muerte del Mesías (MT 27:35; Mr 15:24; Lc 23:33), que incluyó la perforación de sus manos y pies (Jn 19:37; cf.20:25; Lc 24:40).

Declaración de importancia

No hay doctrinas importantes en juego en este tema de crítica textual. Dios ordenó que los soldados romanos horadaran los pies y las manos de Jesús por nuestras transgresiones, sin importar si el Salmo 22:16 lo predijera o no (ver Is 53:5). Como en este ejemplo, la mayoría de las preguntas de los escribas en las Escrituras involucran puntos menores en el texto. Tenemos buenas razones para estar seguros de que las traducciones que ahora están disponibles reflejan fielmente, pero nunca perfectamente, lo que los autores escribieron originalmente. La presencia de errores cometidos por los escribas no debe causar temor ni hacernos pensar que la Biblia no es digna de confianza. En cambio, debemos regocijarnos de que Dios ha preservado su Palabra a través de los siglos y ha levantado estudiosos fieles en nuestros días para ayudar a establecer las mejores interpretaciones cuando existen variantes textuales.


[1] La Biblia NET (Richardson, TX: Biblical Studies Press, 1996-2006), sv Ps. 22:16 n. 36.
[2] Varios tipos de interpretación judía post-bíblica son evidentes a través del Texto Masorético. Algunos ejemplos propuestos se relacionan directamente con interpretaciones mesiánicas. Estos incluyen leer “Gog” en lugar de “Agag” en Números 24:7; interpretar las últimas palabras de David como refiriéndose al “Cristo” en lugar de a él mismo en 2 Samuel 23:1; viendo el Salmo 72:5 como una oración por el reinado interminable del rey esperado y no para que el pueblo le tema; tratar a “Dios fuerte” y “Padre eterno” como títulos para el hijo prometido y no hacer lo mismo para “Dios el Padre” en Isaías 9:6; y leer el marco de tiempo de la venida del “ungido” en Daniel 9:25 para que esté alineado con la aparición de Jesús (después de 7 semanas + 62 semanas) y no con alguna otra figura mucho anterior (p. ej., Nehemías). Para una descripción general de estos textos, lee especialmente: Michael Rydelnik, The Messianic Hope (La esperanza mesiánica), los estudios de NAC en Biblia y Teología 9 (Nashville: Broadman & Holman, 2010), 34-46, junto con las discusiones en Roger T. Beckwith, “Daniel 9 and the Date of the Messiah’s Coming in Essene, Hellenistic, Pharisaic, Zealot, and Early Christian Computation” (Daniel 9 y la fecha de la venida del Mesías en computación esenia, helenística, farisaica, zelote y cristiana primitiva), RevQ 40 (1981): 521-542; y John H. Sailhamer, Introduction to Old Testament Theology (Introducción a la teología del Antiguo Testamento), (Grand Rapids: Zondervan, 1999), 204-205, 220-221.
[3] Para un argumento completo de crítica textual a favor de la lectura de la LXX, ver C. R. Gren, “Piercing the Ambiguities of Psalm 22:16 and the Messiah’s Mission” (“Perforando las ambigüedades del Salmo 22:16 y la misión del Mesías), JETS 48 (2005): 284-299.

Este es un material adaptado de “Capítulo 3: Crítica textual”, en How to Understand and Apply the Old Testament (Cómo entender y aplicar el Antiguo Testamento) de DeRouchie, 128-156.
Publicado originalmente en For The Church. Traducido por Equipo Coalición.
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