¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Esta semana, en oficinas, casas, e iglesias en casi todos los países del mundo, los pastores están considerando la misma pregunta: ¿Cómo puedo predicar el mensaje de Navidad este año?

Es una pregunta importante, porque cada año el calendario nacional nos da la oportunidad para predicar el mensaje del evangelio a una audiencia que asiste a la iglesia una o dos veces cada año. Por eso, queremos considerar cómo podemos usar este día para la gloria de Dios.

Este año enseñé un curso del Pentateuco, y creo que estos primeros 5 libros del Antiguo Testamento nos pueden ayudar en nuestra preparación de los mensajes navideños.

1. El pentateuco nos enseña el concepto de la promesa divina.

En las primeras páginas de Génesis conocemos a un Dios que hace promesas. Inicialmente, el enfoque de sus promesas es la creación y el papel especial de la humanidad en la creación. Pero después de la caída en Génesis 3, y el efecto universal de esta rebelión de la creación contra su creador, el tema principal de sus promesas es redención. Por las palabras de esperanza en el contexto del castigo, el autor les introduce a sus lectores el concepto de redención y salvación (Génesis 3:15).

Vemos el desarrollo de esta esperanza por las promesas a Abram (Génesis 12:1-3), la línea de Abraham, Isaac, y Jacob, la salvación de Israel por el Éxodo, el viaje en el desierto (Números), y la preparación para entrar a la tierra prometida (Deuteronomio).

Cuando la historia de Israel continua en la tierra prometida, por la época de la monarquía, el exilo, y después del exilio, los profetas nos enseñan la continuación de este concepto de promesa y la fidelidad de Dios, pero todos usan como su base las promesas originales de Dios establecidas en el pentateuco.

Por el nacimiento de Jesús, el cumplimiento de las promesas empieza a tomar lugar. Muchas veces, los autores de los evangelios usan las citas y vocabulario del Antiguo Testamento en sus explicaciones del significado del nacimiento y ministerio de Jesús. Él es el cumplimiento de todas las promesas y expectativas divinas (Lucas 24:44) y por eso, la historia de Navidad no es solo un evento de la historia de Israel, sino el momento en que vemos el clímax de todas las expectativas y esperanzas del Antiguo Testamento. 

2. El pentateuco nos enseña la importancia y el propósito de los festivales religiosos.

El calendario judío estaba lleno de eventos religiosos. Levítico 23 nos da una lista de múltiples festivales: desde las ceremonias semanales (el día de reposo) hasta los festivales anuales (por ejemplo, la pascua). A partir de esos pasajes, el propósito de los festivales es muy claro; son una oportunidad para enseñar la historia de Israel y la ley (Éxodo 12:24-27). En sus discursos a la nueva generación de Israel, preparando para su entrada a la tierra prometida, Moisés les enseña la historia (Deuteronomio 7:1-11) y les manda la observancia de los festivales religiosos (Deuteronomio 16).

El propósito de esta observancia y celebración no es la fortificación del “espíritu de la comunidad”, ni una oportunidad para convivir, sino enseñar la historia de Israel y la ley de Dios.

En nuestro calendario, la Navidad es un festival anual. Los gobiernos nos dan una vacación para celebrarla, los comercios quieren usarla para vender más comida y regalos. Las familias la usan para reunirse. Y las iglesias, ¿cómo usamos la Navidad? El pentateuco nos muestra: úsala para enseñar la historia de Jesús.

3. El pentateuco nos ayuda con nuestra tentación de relevancia.

Ya que hay gente en nuestras iglesias por primera vez, o gente que nos visita en su única visita anual, nuestra tentación es querer predicar un “mensaje relevante”. Queremos conectar con los temas del año, analizar las modas del año, hacer un comentario acerca de nuestra sociedad. Queremos provocar a nuestra audiencia con nuestra cosmovisión cristiana. 

Pero el pentateuco (y el resto del Antiguo Testamento) nos enseña que en Jesús, el Mesías, el salvador del mundo, el cumplimiento de las promesas divinas ha venido; y por Él, tenemos la esperanza de la nueva creación. ¿Qué mensaje puede ser más relevante que eso? En vez de un análisis de la sociedad, debemos predicar a Cristo: su historia, su venida, su gloria. En vez de un comentario acerca de nuestra sociedad de una perspectiva cristiana, debemos leer la historia de Navidad de Mateo o Lucas, explicar el evangelio, y llamar a la audiencia para arrepentirse, porque este es el mensaje más relevante para sus vidas.

Hermanos, tengan confianza en la palabra de Dios. Tengan confianza en la historia de Jesús, y esta Navidad, ¡léela y predícala!

Imagen: Lightstock
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando