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Después de la Caída, Adán sintió miedo. Este sentimiento ha afectado al ser humano de maneras negativas, pero las Escrituras también nos llaman a temer a Dios de la manera correcta.

Estos son 23 versículos bíblicos sobre el miedo. Reflexiona en ellos a la luz del evangelio:


“Y él respondió: ‘Te oí en el huerto, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí’” (Génesis 3:10).

“¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Josué 1:9).

“Al Señor de los ejércitos es a quien ustedes deben tener por santo. Sea Él su temor, y sea Él su terror” (Isaías 8:13).

“Y los discípulos, al ver a Jesús andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ‘¡Es un fantasma!’. Y de miedo, se pusieron a gritar” (Mateo 14:26).

“Y Pedro le respondió: ‘Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas’. ‘Ven’, le dijo Jesús. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: ‘¡Señor, sálvame!’” (Mateo 14:28-30).

“Y se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve; y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos” (Mateo 28:2-4).

“Vinieron a Jesús, y vieron al que había estado endemoniado, sentado, vestido y en su cabal juicio, el mismo que había tenido la legión; y tuvieron miedo” (Marcos 5:15).

“Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Los discípulos estaban perplejos, y los que lo seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que le iba a suceder” (Marcos 10:32).

“Los principales sacerdotes y los escribas oyeron esto y buscaban cómo destruir a Jesús, pero le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de Su enseñanza” (Marcos 11:18).

“Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco; y ellas se asustaron. Pero él les dijo: ‘No se asusten; ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí; miren el lugar donde lo pusieron. Pero vayan, digan a Sus discípulos y a Pedro: Él va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán, tal como les dijo’. Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo” (Marcos 16:5-8).

“El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: ‘Un gran profeta ha surgido entre nosotros’. También decían: ‘Dios ha visitado a Su pueblo’” (Lucas 7:16).

“Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga” (Juan 9:22).

“La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo” (Juan 14:27).

“Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces José vino, y se llevó el cuerpo de Jesús” (Juan 19:38).

“Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde los discípulos se encontraban por miedo a los judíos, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y les dijo: ‘Paz a ustedes’” (Juan 20:19).

“Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le temían, no creyendo que era discípulo” (Hechos 9:26).

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