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Durante mis años de estudio en el seminario, coleccioné una revista científica muy interesante. En una de sus ediciones, esta revista recopiló frases célebres sobre la necesidad de cambiar. Dos de ellas llamaron mi atención:

1) “Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo… del miedo al cambio” —Octavio Paz (Escritor mexicano, Premio Nobel de literatura).

2) “La tolerancia empieza a ser una debilidad cuando el hombre comienza a tolerar el mal” —Vaclav Havel (Político checo).

Ambas frases representan extremos contrarios. La primera describe a un grupo que se rehúsa al cambio, mientras que la segunda presupone un cambio que reconoce la existencia de parámetros morales equivocados o deleznables. Ambas son dignas de reflexión, pero me enfocaré en la frase de Havel porque introduce mi reflexión inicial: necesitamos cambiar, pero cuando el cambio va contra los principios bíblicos constituye una grave debilidad que nos llevará por caminos peligrosos (Pr. 14:12).

Hoy existen movimientos que ven la tolerancia como un factor necesario para lograr verdaderos cambios sociales. Sin embargo, no podemos tolerar todo aquello que atropelle la Palabra de Dios: deben haber directrices legales, pero también morales, que honren a Dios. De ahí la importancia de que todo creyente tenga una correcta cosmovisión bíblica para opinar y decidir qué hacer ante las diferentes corrientes de pensamiento que pueden existir a nivel personal, social, e incluso dentro de nuestras iglesias.

Como respuesta a esta necesidad, en su libro Renueva tu mente, el pastor Miguel Núñez expone con argumentos sólidos por qué la manera en que pensamos determina la manera en que vivimos. El autor desafía al creyente a renovar su mente para que no exista un divorcio entre lo que profesa cuando está en la iglesia y su vida el resto de la semana:

“No olvidemos que Dios nos llamó a amarlo con toda nuestra mente. Por lo tanto, es necesario tener una cosmovisión cristiana que nos lleve a vivir de una manera congruente con nuestro llamado. Necesitamos ver la vida y el mundo tal como Dios los ve, es decir, a través de los lentes de su Palabra para poder vivir nuestras vidas de manera congruente con su revelación” (p. viii).

Este libro surge para poner en evidencia —en palabras del autor— la causa que origina “la doble vida” o “la doble creencia” de muchos creyentes, y contribuir a que renueven sus mentes y puedan cambiar sus vidas para la gloria de Dios.

El pastor Núñez divide el libro Renueva tu mente en tres grandes partes:

1) Conceptos fundamentales

Los dos capítulos que conforman esta sección responden a preguntas cuyas respuestas el autor define como conceptos fundamentales:

¿Qué es una cosmovisión? Una cosmovisión incluye conceptos claves de la existencia humana para responder las preguntas más importantes de la vida. Al terminar de leer este capítulo tendrás un concepto claro de cuál es la cosmovisión cristiana y cómo se diferencia de otras cosmovisiones.

Renueva tu mente

Renueva tu mente

Editorial Vida. 213.

En su libro Renueva tu mente, el pastor Miguel Núñez expone con argumentos sólidos por qué la manera en que pensamos determina la manera en que vivimos. El autor desafía al creyente a renovar su mente para que no exista un divorcio entre lo que profesa cuando está en la iglesia y su vida el resto de la semana.

Editorial Vida. 213.

¿Qué es la apologética? Para muchos, la apologética es un ejercicio intelectual y solo para unos pocos. Esto es un error. La apologética, o defensa de la fe, es un llamado para todos los cristianos y no es opcional, porque la Biblia nos llama a ejercerla (1 P. 3:15-16; Jud. 1:3). Después de hacer una exposición clara sobre la cosmovisión cristiana y la apologética, el autor plantea y responde bíblicamente seis preguntas fundamentales de la vida.

2) Preguntas fundamentales

Como señala el pastor Núñez, los creyentes sabemos perfectamente que la Biblia provee respuestas claras a nuestras preguntas existenciales: ¿De dónde vengo? ¿Para qué estoy aquí? ¿Quién soy? ¿Qué es bueno y qué es malo? ¿Creó Dios el mal? ¿Para dónde voy?

Nuestras respuestas a estas preguntas fundamentales definirán nuestro comportamiento ante Dios, nosotros mismos, la sociedad, y la creación. Por ejemplo, si creemos en la evolución naturalista, no tendremos problemas en creer que no existe un Dios creador y, por lo tanto, no viviremos de acuerdo a sus mandatos, no veremos la necesidad de leer su Palabra, o de pertenecer a una congregación local que cumpla su llamado. O si creemos en la explicación del panteísmo, nos creeremos potenciales dioses soberanos sin necesidad de un salvador.

El pastor Núñez aclara que el mero conocimiento de algunas verdades bíblicas no garantiza un vivir cristiano, ya que en nuestra mente se han acumulado durante toda nuestra vida mentiras que se han enquistado en nosotros hasta formar hábitos difíciles de cambiar. Por lo tanto, la Palabra que Dios inspiró por medio de su Espíritu debe penetrar en nuestra mente y residir allí hasta que esas verdades bíblicas destruyan las mentiras en nuestra mente.

3) Aplicaciones fundamentales

Los capítulos que componen esta tercera parte buscan responder a preguntas como: ¿Cómo la Reforma Protestante renovó la mente? ¿Cómo impactar nuestra esfera de influencia? ¿Cómo vivir bien? ¿Cómo lograr el cambio necesario?

Las últimas tres son preguntas para las que esperamos respuestas prácticas. El lector no quedará inconforme, pues el pastor Núñez reconoce que el agente del cambio en el creyente es el Espíritu Santo que mora en él (2 Co. 3:18). A esta hermosa verdad se agrega la realidad de que Dios lleva a cabo dicho cambio, en nosotros, a través de la transformación de nuestra mente (Ro. 12:2).

“Dicho de otra manera, necesito aprender a pensar diferente para poder cambiar, porque como pienso, así vivo (Pr. 23:7)… Cambiar no es suficiente, lo que necesitamos es cambiar de una manera que honre a Dios” (p. 195).

Cada página de este libro te lleva a reflexionar y evaluarte, pero a la sección final yo la llamaría “Un examen profundo de nuestro ser”. Allí el pastor Núñez nos ayuda a identificar nuestros ídolos y nos confronta para reconocer sus orígenes y consecuencias, pero también los beneficios de abandonarlos.

“Si vamos a cambiar, entonces la renovación bíblica de nuestra mente tiene que llevarnos de manera inevitable a la destrucción de nuestros ídolos y a tomar la misma decisión del salmista: ‘Pero nosotros bendeciremos al Señor desde ahora y para siempre. ¡Aleluya!’ (Sal. 115:19)” (p. 213).

Dios no cambia, pero desea que nosotros cambiemos al renovar nuestra mente por Él y para gloria de Él.

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