Tenemos que confesar que en casa todos somos muy visuales y aprendemos más fácilmente cuando asociamos los conceptos teóricos con imágenes.
Nos encantan los vídeos, las canciones, las infografías o cualquier recurso creativo que nos permita recordar. No es lo mismo que alguien te explique qué sucede cuando un volcán erupciona a que te muestre una imagen en la que aprecies la fuerza de ese fenómeno natural y observes la abertura mientras la explosión de lava sale a toda velocidad. De seguro esa imagen le dará forma a la definición y se quedará contigo por buen tiempo.
Biblia infográfica para niños
La Biblia infográfica para niños será de gran ayuda para cultivar tiempos memorables con tus hijos y dirigir la atención de sus ojitos y sus corazones al centro de la revelación de Dios: Jesús.
Este recurso, en sus dos volúmenes, nos ha proporcionado horas de conversación alrededor de la narrativa bíblica y el plan de redención. Sus ayudas visuales (gráficas, estadísticas, cuadros comparativos, líneas del tiempo, dibujos ilustrados y mucho más) nos han servido para simplificar temas teológicos profundos y para relacionarlos con la vida real.
Este es el punto de las infografías: presentar información compleja de una forma simple y digerible para crear una experiencia memorable y fácil de recordar. Como padres, nuestro llamado es instruir a nuestros hijos en los caminos del Señor y responder al mandato que Moisés le dio al pueblo de Israel de recordarle a cada generación a amar a Dios y guardar sus mandamientos (Dt 6). Nuestra responsabilidad, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, es cuidar que nuestros familiares no olviden al Señor y que aprendan a amarlo con todo el corazón.
Por eso siempre buscamos formas creativas para enseñar a nuestros hijos las verdades contenidas en la Palabra de Dios. ¡Una imagen dice más que mil palabras! Y en casa volvimos a confirmar eso cuando nuestros hijos abrieron las páginas de la Biblia infográfica para niños (Editorial Portavoz, 2020).
Una herramienta visual
Este recurso, en sus dos volúmenes, nos ha proporcionado horas de conversación alrededor de la narrativa bíblica y el plan de redención. Sus ayudas visuales (gráficas, estadísticas, cuadros comparativos, líneas del tiempo, dibujos ilustrados y mucho más) nos han servido para simplificar temas teológicos profundos y para relacionarlos con la vida real.
Muchos de los datos e historias que tantas veces habíamos repetido comenzaron a tomar color para nuestros hijos cuando las vieron ilustradas y graficadas de una forma tan ordenada y atractiva.
Por ejemplo, en el volumen 1 nos encantó la gráfica del tabernáculo porque conecta la santidad de Dios, el pecado del ser humano y muestra cómo este lugar apuntaba a Jesús. También nos gustó la línea del tiempo que presenta la genealogía de Jesús desde Adán, porque facilita la comprensión del hilo de la redención. ¡Ni hablar del listado que contiene las profecías cumplidas que demuestran que Cristo es el mesías prometido desde la antigüedad! Pero, sin lugar a dudas, lo que más nos gustó es que incluye un juego de mesa que nos lleva por toda la narrativa bíblica. Entre risas y carcajadas, repasamos el plan de salvación y nos divertimos juntos.
El volumen 2 nos gustó porque presenta una serie de conceptos opuestos que nos ayudan a ver las verdades bíblicas de una forma súper clara. Por ejemplo, el contraste ilustrado entre la luz y las tinieblas desde diferentes ángulos bíblicos, el listado graficado de las proezas de Dios y los fracasos de los humanos y también la detallada línea del tiempo de los reyes de Israel. Nuestra parte favorita de este volumen fue la presentación robusta sobre la Trinidad, el cielo y el infierno, ya que estos son temas teológicos muy mal entendidos por grandes y chicos.
Un recurso recomendable
Si, al igual que nosotros, tu familia aprende más fácil de manera visual y están buscando formas creativas para aprender acerca de Dios y su Palabra, entonces te recomendamos este recurso. La Biblia infográfica para niños será de gran ayuda para cultivar tiempos memorables con tus hijos y dirigir la atención de sus ojitos y sus corazones al centro de la revelación de Dios: Jesús.
