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Muchas veces he podido ver la mano del Señor obrando en mi vida. Por Su gracia soy salva, por Su gracia hoy persevero en la fe, por gracia puedo servirle, por Su gracia conocí a mi esposo, por Su gracia tenemos un hijo. Todo lo que somos (o no) y tenemos (o no) es por la gracia de Dios.

El Creador y Sustentador del universo tiene cuidado de mí. Son incontables las veces en que he sido recipiente de Su provisión y fidelidad. Algunas fueron de forma sobrenatural, pero la mayoría en la cotidianeidad. De otras ni siquiera me enteré. Dios orquesta todo en mi vida para mi bien, para mi crecimiento a la imagen de Cristo y para Su Gloria (Ro 8:28).

Recientemente mi esposo y yo tuvimos una de las pruebas más intensas de nuestras vidas. Luego de 31 semanas de embarazo saludable y sin complicaciones, fui hospitalizada. Veinticuatro horas después nació prematuramente nuestro primer hijo, Josías. Le oí llorar, vi su carita diminuta y lloré de alegría. Fueron unos segundos maravillosos… ¡había esperado tanto para verlo!

Pero las seis horas antes de su nacimiento fueron larguísimas para mí. En nuestra habitación instalaron una máquina para monitorear el corazón del bebé y cualquiera hubiera dicho que estaba dañada, o eso me parecía. En cuestión de segundos aquel latido pasaba de una velocidad increíble a casi detenerse.

Mientras esas palpitaciones golpeaban toda ilusión de control, el Espíritu Santo me dio paz recordándome la Palabra: «…Sean sobrios en espíritu, pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación de Jesucristo» (1 P 1:13). «Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios… echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes» (1 P 5:6-7).

Fui al quirófano nerviosa porque nunca había estado en uno, pero segura de que Dios cuidaba de mí. Cuando pude ponerme de pie, fui de la mano de mi amado para ver a nuestro pequeñito. Josías dormía aislado en una incubadora. Su cuerpecito con cables y sondas, tan pequeñitos como él, me causaron gran impresión.

Inmediatamente, en lo secreto de mi corazón, le hice a Dios la pregunta que no me atreví a articular delante de ningún médico: «¿Va a vivir, Señor?». Luego le pedí que estuviera delante de mí mostrándome la gloria de Su Hijo, mi mayor tesoro y recompensa, independientemente de lo que pasara en las siguientes horas o en los días por venir.

Cada día recibí fortaleza en Cristo para estar de pie frente a aquella incubadora y luego para cargar a nuestro bebé y aprender a cuidarlo. Poco a poco fueron desapareciendo las sondas y los cables. Un día también se fue la incubadora. Por un mes y una semana, Dios me dio gracia para no desfallecer al regresar a casa con un vacío en el vientre y en las manos.

Durante ese tiempo el Señor también se complació en usar a nuestra iglesia local y otros hermanos en la fe para cuidarnos. Recibimos decenas de recordatorios de Su bondad en mensajes de texto y llamadas impregnados de la Palabra. También fuimos alentados en la compañía de unos pocos (en representación de muchos) que pudieron acercarse, teniendo en cuenta las restricciones por la COVID-19.

El amor del Señor se sirvió de manos laboriosas y generosas para acercarnos comidas, ropa, pañales y muchas cosas más para sustentarnos. También usó a médicos y enfermeras para cuidar de nuestro bebé, mientras Él mismo seguía formándolo ante nuestros ojos a un ritmo impresionante (Sal 139:13-16).

En una ocasión, uno de los médicos nos dijo medio en broma que creía que a Josías le dábamos «vitamina fe». Para nosotros no había duda al respecto: Dios respondía nuestras oraciones y las de decenas de hermanos en todas partes que intercedieron por nosotros.

Por medio de Su Palabra, del amor de los hermanos expresado de muchas maneras y la gracia común dada a los médicos, Dios me sostuvo y mostró Su poderosa mano para guardar la vida de nuestro hijo. Cada uno de esos días, llenos de angustias, lágrimas e incertidumbre, siempre vendrán a mi memoria embellecidos por la gratitud y la adoración al único Dios verdadero: mi Creador, mi Salvador y mi Sustentador.

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