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Mi padre fue a un seminario antiguo y con arquitectura impresionante. Recuerdo caminar alrededor del campus cuando tenía nueve años, impresionada por los enormes y preciosos edificios. Pero un edificio sobresalía más que cualquier otro: la casa del presidente.

Esto no se debía a que fuera el edificio más grande o llamativo. Era porque había un cuarto en este edificio que me llamaba más la atención, y era la biblioteca del presidente. Era la biblioteca personal más grande que jamás había visto.

Me paseaba por ella en silencio. No solamente había demasiados libros, había muchos libros antiguos. Estaba frente a miles y miles de espinas dorsales viejas y cubiertas descoloridas.

Esto era porque el presidente del seminario, que invertía poderosamente en las vidas de jóvenes cristianos, sabía una cosa: los cristianos jóvenes necesitan aprender de libros viejos.

Los jóvenes cristianos no necesitan cosas nuevas

A veces la iglesia puede ser culpable de pensar que los jóvenes cristianos necesitan algo nuevo.

Una nueva aplicación, una nueva traducción de la Biblia, un nuevo estilo, o una nueva verdad para tiempos modernos. Pero lo que más necesitan los jóvenes cristianos es algo tremendamente y radicalmente viejo. Necesitamos la sabiduría fiel de épocas pasadas.

En lugar de más nuevo, más fresco, más rápido, y más interesante, necesitamos lo simple, lo bello, y lo antiguo.

Los jóvenes cristianos en crecimiento necesitan cristianos ancianos y maduros que les puedan guiar y corregir. Y en la poderosa providencia de Dios, Él nos ha dado cientos de madres y padres en la fe que nos ayudan a través de sus escritos. Autores como Agustín, Martín Lutero, Jonathan Edwards, John Newton, Fanny Crosby, J. C. Ryle, Amy Carmichael, y Corrie ten Boom todavía enseñan, amonestan, convencen, y alientan a través de sus palabras escritas.

Nos perdemos de mucho cuando no aprendemos de la sabiduría del pasado. Pero ¿cómo son los escritos antiguos relevantes para los jóvenes creyentes de hoy en día? ¿Qué nos enseñan hoy los cristianos de diferentes épocas, quienes tuvieron diferentes experiencias y diferentes formas de hablar?

Aquí tres cosas que enseñan los libros antiguos a los jóvenes cristianos.

1. Cómo tratar con la cultura

Es tentador creer que vivimos en tiempos únicos; que pocas personas del pasado pueden hablar con especificidad que penetre nuestra cultura presente. Pero eso no es verdad. Los humanos hemos estado lidiando con los mismos pecados y los mismos sufrimientos desde que fuimos desterrados del Edén. Seguro, nuestros pecados y sufrimientos son manifestados en diferentes formas en diferentes eras, pero los antiguos cristianos del pasado pueden ser impactantemente relevantes.

La sabiduría del pasado ha sido preservada para el presente, y nos perdemos de mucho cuando no aprendemos de él.

Por ejemplo, el libro Pensamientos para hombres jóvenes de J. C. Ryle está repleto de sabiduría cautivante para jóvenes cristianos, tanto hombres como mujeres, que desean estar firmes en la verdad en medio de una cultura cambiante.

2. Cómo manejar el romance

A pesar de las falsas caracterizaciones y los estereotipos, no todos los cristianos del pasado eran personas exageradamente pietistas. Muchos escribieron libremente acerca de la pureza sexual, el romance, el matrimonio, y el amor.

Créelo o no, Jonathan Edwards y Charles Spurgeon fueron jóvenes. Fueron adolescentes, fueron veinteañeros y treintañeros que lidiaron con las mismas dificultades, presiones, y emociones a las que tú te enfrentas. Sus escritos no son indiferentes a tu experiencia; más bien, hablan con la sabiduría de las experiencias que ellos mismos pasaron, especialmente cuando tiene que ver con el romance y la pureza sexual.

Por ejemplo, Confesiones, escrito por Agustín, está lleno de reflexiones prácticas sobre su transición de una vida de hedonismo sexual a una vida de pureza enfocada en Dios (incluyendo cómo sobrellevó una separación difícil).

3. Cómo pelear contra la tentación

Vivimos en un mundo donde la tentación nos rodea por todos lados. Pero así es como siempre ha sido. Los cristianos en el pasado han escrito por milenios acerca de cómo lidiar con la tentación.

Desde el pelear contra el pecado hasta perseguir la santidad, ellos lo experimentaron, y ahora ofrecen sabiduría que solo un mentor mayor en la fe te podría dar.

El amor del calvario de Amy Carmichael es una meditación práctica acerca de cómo pelear contra la tentación al recordar el amor de Cristo.

El mejor libro antiguo

Y aun al estar leyendo y aprendiendo de libros escritos por personas piadosas, no podemos olvidarnos del mejor libro antiguo: la Biblia.

Como dijo Spurgeon: “Visita muchos libros buenos, pero vive en la Biblia”.

La Palabra de Dios es el único libro perfecto, el único libro que debemos atesorar por encima de cualquier otro.

Pero esto no significa que no debamos leer otros libros antiguos. Sino que debería alimentar nuestro deseo de leer y aprender de los cristianos de ayer que fielmente amaron y enseñaron desde los grandes libros que escribieron.

Joven cristiano, Dios te ha dado la oportunidad de aprender y crecer por medio de libros antiguos. No minimices esta oportunidad. No la rechaces. Y no la pierdas.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Stephanie Gonzáles.
Imagen: Lightstock.
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