Los cristianos necesitamos conocer los argumentos de cada postura escatológica, o de los tiempos futuros, para responder de forma consistente a los retos de nuestros días.
En el libro Los planes proféticos de Cristo: Guía básica del premilenialismo futurista (Editorial Portavoz, 2020), John MacArthur y Richard Mayhue nos ayudan a lograr este fin presentado la postura del premilenialismo dispensacional.
Estas son veinte frases destacadas que encontré en mi lectura de este recurso:
Los defensores del premilenialismo futurista usan un enfoque histórico-gramatical de las Escrituras coherente tanto con el Antiguo como con el Nuevo Testamento (p. 63).
El período de la tribulación se enfoca en la nación de Israel y no en la Iglesia (p. 92).
Uno de los puntos fuertes del premilenialismo futurista es su comprensión de que Dios pretende glorificarse por medio de la unidad y la diversidad (p. 108).
Las naciones creyentes no se convertirán en «Israel», pero existirán como pueblo de Dios junto con Israel para la gloria de Dios (p. 108).
La presencia de múltiples naciones en el estado eterno indica que no es el propósito de Dios hacer que todas sean Israel (p. 110).
Israel como pueblo fue llamado a existir debido a la misión divina de bendecir a las naciones y restaurar la creación de Dios (p. 111).
El propósito de Dios para Israel es que esta nación irradiara la luz de la revelación divina a las naciones (p. 115).
La promesa de restauración de Israel no se basa en la grandeza de este pueblo, sino en la decisión y el carácter de Dios (p. 115).
El Siervo sufriente —Jesucristo, el verdadero Israel— puede restaurar a la nación de Israel y traer bendiciones para las demás naciones (p. 116).
Debemos interpretar la profecía de la misma manera que interpretamos la historia: tomándola como un registro literal de acontecimientos reales (p. 150).
Es incoherente cambiar arbitrariamente nuestro método de interpretación cuando llegamos a la profecía de los últimos tiempos (p. 151).
La hermenéutica alegórica está llena de peligros porque abre la puerta a una interminable cantidad de posibles interpretaciones espiritualizadas (p. 151).
Si Dios hubiera rechazado a la nación de Israel, esperaríamos que el pueblo judío se hubiera extinguido (p. 158).
Todos los profetas mayores y los profetas menores contienen secciones mesiánicas que representan la restauración y la gloria de Israel en este reino futuro (p. 163).
En el tiempo de Cristo, la expectativa universal del pueblo judío se centraba en el reino terrenal en el cual el Mesías reinaría sobre todas las naciones desde Jerusalén (p. 165).
La expectativa de los apóstoles sobre un reino terrenal literal reflejaba las enseñanzas que Cristo les había dado y el plan de Dios revelado claramente en el Antiguo Testamento (p. 168).
El gobierno milenial de Cristo y los santos se caracterizará por la presencia de justicia, paz y gozo (p. 176).
Justino enfatizó que los cristianos estamos seguros de que habrá una futura resurrección de los muertos, y también mil años en Jerusalén (p. 183).
Según el dualismo platónico gnóstico, el cuerpo es inferior al alma en valor y más generalmente el mundo material es inferior al material (p. 189).
Tanto Cristo como Pablo dejaron muy en claro la imposibilidad de predecir con exactitud el tiempo del regreso de Cristo (p. 200).
