Los primeros años de la historia de la iglesia de Cristo están narrados en el libro de Los Hechos de los Apóstoles. En su libro Hechos 1-12 para ti (Poiema Publicaciones, 2022), Albert Mohler Jr. analiza los primeros doce capítulos de Hechos con claridad meridiana y aplicada al día de hoy. Su enfoque principal está en la relevancia e importancia del evangelio y su proclamación.
Te comparto algunos de sus pensamientos que me movieron a reflexionar mientras escribía una reseña de este libro.
Donde encontramos una iglesia fiel, encontramos que está profundamente arraigada en las Escrituras (loc. 61).
Nuestra esperanza de ver vidas cambiadas por el evangelio es proclamar fielmente la Palabra de Dios y luego confiar en el Espíritu para que nuestra proclamación sea efectiva (loc. 99).
Debemos permitir que la Palabra de Dios nos recuerde Su increíble poder para redimir al perdido (loc. 189).
El evangelio es capaz de cambiar literalmente a cualquiera (loc. 242).
El cristianismo no se basa en una idea ni en una filosofía. El cristianismo se basa en una persona: Jesús (loc. 305).
Demostramos arrepentimiento cuando hay odio al pecado, con un deseo impulsado por el Espíritu de no volver a cometerlo y, en su lugar, una determinación impulsada por el Espíritu de obedecer a Jesús (loc. 490).
A menudo le pedimos al Señor que cambie nuestras circunstancias, en lugar de pedirle que nos cambie para encontrar gozo en cualquier circunstancia (loc. 590).
La oración debe ser la primera reacción natural del cristiano al testimonio del poder de Dios o a un problema en el mundo de Dios (loc. 861).
El miedo es a menudo un arma peligrosa que el mundo utiliza contra la iglesia (loc. 899).
Nuestra misión es más importante que nuestra seguridad (loc. 902).
El cristianismo es como practicar un deporte en equipo, no un juego solitario (loc. 940).
Debemos someternos a una iglesia local unificada que predica el evangelio y que nos recuerde constantemente sobre el reino eterno que descansa bajo el gobierno del eterno Rey Jesús (loc. 943).
Uno de nuestros mayores problemas es que hemos perdido nuestro sentido de la perfección ilimitada de Dios (loc. 989).
Cuando una orden del gobierno exige que comprometamos el evangelio, los cristianos debemos desobedecer respetuosamente la autoridad humana y permanecer fieles a Dios (loc. 1115).
Cuanto más andemos en los pasos de Cristo, más nos enfrentaremos a la misma hostilidad y persecución que Cristo mismo enfrentó (loc. 1230).
La conversión genuina conduce a un cambio genuino de vida y a un caminar diario en arrepentimiento (loc. 1438).
La conversión es la mayor demostración del poder sobrenatural de Dios (loc. 1535).
Los milagros no cambian los corazones; solo el evangelio hace eso (loc. 1746).
Con demasiada frecuencia estamos tan centrados en nosotros mismos que no vemos la gracia de Dios demostrada en la vida de otras personas (loc. 2154).
La única forma en que podemos rechazar la alabanza de los demás es encontrando un mayor deleite en la gloria de Dios (loc. 2388).
Si deseas conocer más sobre este libro, aquí hay un fragmento en el que Mohler nos ayuda a entender el sermón impactante de Pedro en Pentecostés.
