¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

¿Era Marcos 16:9-20 originalmente parte del Evangelio de Marcos?

Si alguna vez has leído el Evangelio de Marcos por completo, puede que te hayas encontrado con una nota inusual cerca del final. Por ejemplo, entre los versículos 16:8 y 16:9 ciertas versiones añaden esta nota: “Algunos de los manuscritos más tempranos no incluyen los versículos 16:9-20”. Aunque no hay muchos lugares en donde una nota intrusiva sobre varios versículos interrumpa el texto, esta información puede ser alarmante.

Es importante saber que incluir una nota en este lugar no es algo que se haya desarrollado recientemente en la historia de la iglesia. Los cristianos han sabido desde hace siglos que Marcos 16:9-20 puede que no haya formado parte del Evangelio de Marcos originalmente.

Un hermano en Cristo, un monje llamado Efraín que vivió en los años 900, escribió las siguientes palabras en un manuscrito de los Evangelios entre Marcos 16:8 y 16:9: “En algunas copias, el evangelista termina aquí, y hasta este (punto) también Eusebio Panfilio hizo secciones del canon. Pero en muchas lo siguiente también está contenido”.

Sabemos de Efraín porque todavía se conservan varios manuscritos que escribió. Algunos aún tienen su firma. Otros podemos identificarlos por su escritura a mano y destreza. Efraín no fue el autor original de estas palabras en particular. Con frecuencia él copiaba notas al margen que ya estaban en los manuscritos que usaba, y esta nota estaba en uno de ellos. Además, el manuscrito de Efraín no es la única copia de Marcos que tiene esa nota entre el 16:8 y el 16:9. Existen al menos otras 11 en griego. La nota probablemente es anterior a la de Efraín, del décimo siglo, por unos cuantos cientos de años.

El enfoque de Efraín con respecto al final de Marcos fue el mismo que el de las traducciones y ediciones modernas. El Nuevo Testamento en griego de Tyndale House incluso imprime la nota de Efraín como unas palabras de cautela acerca de que Marcos 16:9-20 pudo no estar originalmente en el Evangelio de Marcos. A mi juicio, esta es la mejor solución.

Permite que me explique.

Evidencias a favor de Marcos 16:9-20

La evidencia para incluir estos versículos es impactante. Cuando miramos los manuscritos del Evangelio de Marcos que han sobrevivido hasta hoy, más del 99 por ciento contienen Marcos 16:9-20. Esto no solo incluye más de 1600 manuscritos griegos, sino también la mayoría de los manuscritos con traducciones tempranas de Marcos.

Además, alrededor del 180 d.C., Ireneo citó inequívocamente Marcos 16:19 como Escritura en Contra las herejías (3.10.6). Justino Martir y Taciano probablemente también conocían los versículos a comienzos del siglo II. Es innegable que Marcos 16:9-20 fue considerado parte del Evangelio de Marcos por muchos cristianos desde temprano.

En vista de toda la evidencia que apoya a Marcos 16:9-20, ¿por qué alguien cuestionaría su autenticidad?

Evidencias contra Marcos 16:9-20

En efecto, solo existen dos manuscritos griegos que carecen de Marcos 16:9-20. Estos son los códices Sinaítico (ℵ01) y Vaticano (B03), dos manuscritos importantes del siglo IV. Es casi imposible imaginar que los copistas que los elaboraron no supieran de Marcos 16:9-20, sin embargo, al final, lo dejaron fuera de sus Biblias.

Cuando miramos más allá del ℵ01 y el B03 a los más de 1600 manuscritos de Marcos, el cuadro se vuelve más complicado. Al menos 23 manuscritos griegos que incluyen Marcos 16:9-20 también tienen anomalías como finales extra, o notas que expresan dudas acerca de la autenticidad de estos versículos. Un importante manuscrito en latín del siglo IV tiene una breve adición después del versículo 8, y luego termina sin los versículos del 9 al 20. Un valioso manuscrito siriaco del siglo IV también termina Marcos en el 16:8. Un manuscrito copto Sahídico (probablemente del siglo V) termina también en Marcos 16:8. En 1937, E. C. Colwell identificó 99 manuscritos armenios de Marcos (de 220 examinados) que terminaban en el 16:8, y otros 33 conteniendo los versículos 16:9-20 pero con notas expresando duda acerca de la autenticidad de los mismos.

Al menos 23 manuscritos griegos que incluyen Marcos 16:9-20 también tienen anomalías como finales extra, o notas que expresan dudas acerca de la autenticidad de estos versículos

Además, aunque más del 99 por ciento de los manuscritos que tenemos disponibles contienen Marcos 16:9-20, puede que no siempre haya sido así. Un cristiano llamado Marino escribió a Eusebio (alrededor del 265-339 d.C.) para pedir ayuda en resolver una contradicción que percibía entre Mateo y Marcos. Marino preguntaba por qué Mateo 28:1 dice que Jesús apareció “tarde en el Sabbat”, pero Marcos 16:9 dice que Jesús apareció “temprano en el primer día de la semana”. Eusebio respondió que una posible solución a este problema era simplemente rechazar Marcos 16:9 como parte del Evangelio de Marcos. “Las copias que son exactas definen el final de la historia de acuerdo a Marcos [en el 16:8]… de esta manera se define el final del Evangelio según Marcos en casi todas las copias”. 

Piensa en eso. Eusebio le dijo a un cristiano cuya Biblia contenía Marcos 16:9-20 que “casi todas las copias” de Marcos, incluyendo “las exactas”, carecían de esos versículos, así que puede que no sean Escrituras inspiradas. ¡Y Eusebio no tuvo ningún problema en decir algo así! Esta era la vida de un cristiano en una época en que las copias de las Escrituras infalibles eran elaboradas por manos falibles. No fue un vacío ejercicio académico, sino una crítica textual pastoral. 

El trabajo de Eusebio fue repetido por Jerónimo (alrededor del 347-419 d.C.) y también por Severo de Antioquía (alrededor del 465-534 d.C.). A pesar de que Jerónimo y Severo estaban claramente siguiendo el trabajo de Eusebio, no hay nada en su experiencia con los manuscritos que les impidiera repetir las afirmaciones de Eusebio acerca de que la mayoría de los manuscritos (Jerónimo), o al menos los más exactos (Jerónimo y Severo), carecían de esos versículos. Aparte de Eusebio, el padre Hesiquio de Jerusalén (siglo V), afirmó que las “copias más exactas” de Marcos también finalizaban en el 16:8. 

Los escribas: ¿eran más propensos a añadir u omitir estos versículos?

En el proceso de copia, las omisiones eran más probables que las adiciones, pero las omisiones con frecuencia son cortas, a menudo accidentales. Además, existen muchas condiciones para esta tendencia de agregar. Una de ellas es que el material podía añadirse cuando el cambio implicaba una armonización con un pasaje paralelo. En un sentido amplio, Marcos 16:9-20 hace justamente eso; toma el único Evangelio que carece de una aparición pos-resurrección de Jesús y hace que sea como los otros tres.

Más que eso, sabemos que, al menos una vez, alguien añadió Marcos 16:9-20 a un texto que carecía de él. El compilador de un comentario de los años 500, atribuido a Víctor de Antioquía, admitió que la mayoría de las copias que conocía no contenían Marcos 16:9-20. Sin embargo, en opinión suya (y al contrario de Eusebio), las “editadas más cuidadosamente” contenían estos versículos y, como resultado, añadió los versículos 16:9-20 a su Evangelio. Aquí tenemos un caso en que un cristiano no aceptó el texto que había recibido. Añadió algo que pensó que faltaba.

Debido a que Marcos 16:9-20 es de fecha temprana, está presente en 99 por ciento de los manuscritos, y ha sido tradicionalmente considerado canónico, pero probablemente no es de Marcos

En resumen, es difícil explicar por qué Marcos 16:9-20 llegó a ser eliminado. Sin embargo encontramos que falta en manuscritos tempranos en múltiples idiomas, y está ausente en la mayoría de los manuscritos griegos de acuerdo a Eusebio, cuyas apreciaciones fueron repetidas por Jerónimo. Es mucho más fácil explicar por qué el 16:9-20 sería añadido al único Evangelio que parece carecer de algo, que es precisamente lo que el compilador de un comentario del siglo VI hizo. Sin los versículos 16:9-20, hay una tumba vacía, pero ¿dónde está Jesús? Me parece que las mujeres que se fueron de la tumba no eran las únicas preocupadas por ser dejadas en suspenso. 

Confiando en Dios en la incertidumbre

Debido a que Marcos 16:9-20 es indudablemente de fecha temprana, está presente en el 99 por ciento de los manuscritos, y tradicionalmente ha sido considerado canónico, yo recomiendo mantenerlo en el texto.

Pero probablemente no es de Marcos.

Algunos han sugerido que los versículos pueden ser apostólicos, pero no del mismo Marcos. La mejor solución a mi juicio es la de Efraín: incluir los versículos, pero con una palabra de precaución explicando que puede que no sean originales. Eso nos permite mantener la honestidad respecto a las Biblias de los primeros cristianos que terminaban en Marcos 16:8.

Con o sin Marcos 16:9-20, la tumba está vacía, Jesús ha comprado nuestro perdón, y podemos estar seguros de eso

Los versículos, sin duda, son de fecha temprana y han sido considerados parte de las Escrituras a lo largo de la iglesia desde al menos el siglo II. Aun así, un monje alemán golpeando en la puerta de Wittenberg en 1517 podría recordarnos que la tradición no siempre es correcta. El mismo grupo de cristianos que hablaban griego y aceptaron Marcos 16:9-20 como canónico también aceptaron el Salmo 151 como parte canónica del salterio, pero no conozco a ningún protestante que sugiera que debamos añadir eso a nuestras Biblias.

En su providencia, Dios permitió que muchos cristianos tuvieran copias de Marcos que terminaban en el 16:8. No hay muchas que hayan sobrevivido, pero, hasta donde sabemos, fueron biblias reales utilizadas en iglesias reales en las que Cristo era adorado. Si la promesa de Dios por preservar su Palabra significa que hará que toda ella esté disponible para nosotros, y si esa promesa se extiende a Marcos 16:9-20, ¿le falló Dios a esos creyentes? ¡Nunca! Esos cristianos entendieron que Dios nos ha entregado el tesoro de su evangelio en vasos de barro (2 Co. 4:7), y parte de esa mayordomía incluyó entender las copias divergentes de las Escrituras. Confiaron que Dios les daría todo lo que necesitaban (tal y como hemos de hacer nosotros) incluso cuando la plenitud de sus propósitos seguía sin ser vista.

Marcos 16:9-20 no sería el único registro de la resurrección corporal de Jesús en las Escrituras, ni siquiera el más temprano (Pablo probablemente escribió 1 Co. 15 a mitad de los años 50). Lucas incluye la ascensión de Jesús en Lucas y Hechos. Incluso los que manejan serpientes no tienen nada que perder si Marcos termina en el 16:8, porque podrían seguir interpretando el encuentro de Pablo con la víbora en Hechos 28:3 como algo normativo. (¡No que deban hacerlo!)

La incertidumbre aquí nos hace sentir incómodos, pero no perdemos nada de nuestra fe si Marcos termina en el 16:8, y Dios nos llama con frecuencia a confiar en Él ante la incertidumbre. Sin fe, después de todo, es imposible agradarle. Ya que la fe es la certeza de lo que se espera (Heb. 11:1), y la esperanza que se ve no es esperanza real (Ro. 8:24), no sería caminar por fe si Dios contestara todas nuestras preguntas. Sería caminar por vista. Con o sin Marcos 16:9-20, la tumba está vacía, Jesús ha comprado nuestro perdón, y podemos estar seguros de esto.


Nota del autor: Existe un tercer manuscrito griego (después del ℵ01 y el B03) que a menudo es citado que le falta el final de Marcos, el minúsculo 304 (del siglo XII). Para ser más precisos, el minúsculo 304 es un manuscrito de un comentario del Nuevo Testamento griego. Aunque su texto bíblico termina en el 16:8, el manuscrito en sí mismo presenta algunas dificultades. Parece mejor, pues, para nuestros propósitos (en una vista panorámica de la evidencia) no contar el 304 ni a favor ni en contra del final en Marcos 16:8. Sin importar cómo lo veamos, el 304 por sí mismo no es suficiente para inclinar la balanza de un lado u otro.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Manuel Bento Falcón.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando