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Nota del editor: 

Para conocer qué significa la pascua, su relación con el evangelio y por qué importa para los cristianos, recomendamos este artículo escrito por el mismo autor.

Seguramente se ha preguntado por qué la pascua no se celebra siempre el mismo día. De hecho, a veces no se celebra siquiera el mismo mes. Y esto es solo el principio. En los primeros años de la iglesia, ¡no se celebraba necesariamente en domingo! La fecha anual de la celebración de la pascua es uno de esos temas que han sido ocasión de múltiples debates a lo largo de la historia de la iglesia hasta el presente. ¿Por qué?

En gran medida, el fechado de la pascua es un tema complejo debido a la relación entre la celebración de la pascua judía y la celebración cristiana del domingo de resurrección. De recursos tales como el Diccionario teológico ilustrado¹ es posible resumir brevemente las razones para las “controversias pascuales” en tres aspectos fundamentales:

  1. El día de la semana en que debemos celebrar.
  2. El calendario que debemos usar para el cálculo de la fecha.
  3. Para aquellos que celebramos en domingo, el domingo del año en el cual debemos celebrar.

A continuación mencionamos brevemente algunos de los asuntos relevantes en cada caso.

1. ¿Debemos celebrar la pascua el 14 de nisán o el Domingo de Resurrección?

Siendo que la pascua tuvo su origen en el nacimiento de la nación judía al celebrar la fiesta el día 14 de nisán (Éx. 12), los creyentes inicialmente buscaron celebrar la pascua el mismo día. En nuestro calendario, el 14 de nisán puede ocurrir en cualquier día de la semana, y así era celebrado por los primeros cristianos.

Ya para el segundo siglo hay evidencia de muchos creyentes que preferían celebrar no el día de la crucifixión, sino el día de la resurrección, es decir el domingo, primer día de la semana. Esto dio inicio a un debate entre los padres de la iglesia. Algunos deseaban celebrar la pascua siempre el 14 de nisán (siendo irrelevante el día de la semana), otros preferían celebrarla siempre el primer día de la semana, específicamente, el primer domingo después de la luna llena del 14 de nisán.

2. ¿Debemos usar el calendario judío, juliano, o gregoriano?

Aquellos que prefieren celebrar el 14 de nisán dependen del calendario judío. En este calendario, el año se mide en 12 ciclos lunares para un total de 354.36 días. Pero si el calendario judío ha de permanecer consistente con las estaciones, debe entonces ajustarse al calendario solar, cuya duración es de aproximadamente 365.242 días. Es decir, debe existir una manera de ajustar la diferencia entre 365.242 y 354.36 (10.882 días). Las opciones adoptadas fueron:

  • Los judíos ajustaban agregando un mes (adar II) al calendario lunar cada 2 o 3 años.
  • En la Iglesia, inicialmente se usaba el calendario solar juliano (establecido por Julio César en el año 45 a. C.), pero este calculaba el año como 365.250 días (en lugar del valor real, 365.242). El calendario juliano agregaba un año bisiesto con día adicional cada cuatro años para ajustar el día parcial (0.250 x 4 = 1 día). Sin embargo, hacia el final de la edad media, los 11 minutos adicionales causados cada año por la diferencia entre 0.250 y 0.242 ¡ya habían desfasado el calendario alrededor de 10 días!
  • El 4 de octubre de 1582 el papa Gregorio XIII proclamó una bula decretando un nuevo calendario, hoy conocido como gregoriano. Este corregía los días adicionales causados por el error del calendario juliano y ajustaba la regla para la celebración del año bisiesto. Gregorio declaró que el día siguiente al 4 de octubre sería el 15 de octubre. Esto corrigió el error hacia el pasado. Adicionalmente, el papa declaró que al cambiar el siglo, el año sería bisiesto solo si era exactamente divisible entre 400. Por esta razón el año 2000 fue el primer cambio de siglo bisiesto en los últimos 400 años. Esto resolvería la diferencia hacia el futuro. No obstante, los decretos de Gregorio no fueron universalmente aceptados en el Occidente por casi 200 años. Y en el Oriente prefirieron seguir usando el calendario juliano. ¡Qué complicado!

3. ¿Debemos celebrar la resurrección el primer domingo después de la pascua judía, o el primer domingo de primavera?

Finalmente, otro debate surgió en relación a la luna llena que debía considerarse como la base para seleccionar el domingo de pascua. En el Oriente prefirieron seguir con la tradición original, usando, aun hasta nuestros días, el domingo posterior a la luna llena del 14 de nisán.

En el Occidente, y posiblemente en parte para erradicar las fiestas paganas asociadas a la llegada de la primavera, la iglesia declaró que la pascua sería celebrada (a) el primer domingo posterior a (b) la primera luna llena (c) después del equinoccio de primavera (21 de marzo).  

En resumen podemos afirmar que, en el Occidente, una vez que el día y la noche tienen la misma duración, es decir, el equinoccio de primavera el día 21 de marzo, esperamos la llegada de la primera luna llena, y después de esto, el siguiente domingo será domingo de pascua.

Algunas objeciones frecuentes a la resurrección en día domingo

Algunas personas niegan que Jesús haya resucitado en domingo. A continuación respondemos brevemente a tales objeciones.

La fecha de la fiesta es lo menos importante de lo más importante. Llene su corazón de la esperanza de la resurrección cada mes, semana, y día del año, en cualquier calendario.

¿Resucitó Jesús en sábado, o en domingo?

La Palabra de Dios no declara explícitamente que el Señor resucitó en domingo. De la misma manera, tampoco afirma explícitamente que haya resucitado durante la puesta del sol el sábado. No obstante, al estudiar la Palabra de Dios, parece una buena deducción afirmar que el Señor haya resucitado el domingo por varias razones:

  1. Los evangelios afirman que la crucifixión se llevó a cabo el día anterior al día de reposo (es decir el día anterior al sábado, vea Jn. 19:31). La mayoría de los exegetas deducen que esto apunta al viernes al mediodía.
  2. Adicionalmente, las Escrituras afirman también que nuestro Salvador resucitó al tercer día (vea Lc. 24:7; 1 Co. 15:4-5). Es importante especificar que la afirmación no es “después de tres días”, sino “al tercer día”.
  3. De los dos puntos anteriores, agregados a otras muchas consideraciones, es factible y razonable deducir que el Señor estuvo en la tumba parte del viernes, todo el sábado, y resucitó el domingo.
  4. Añadido a esto, la iglesia decidió inmediatamente reunirse para tener comunión “el primer día de la semana” debido a su creencia en la resurrección dominical. Sería extraño asumir que los primeros apóstoles y testigos oculares decidieran cambiar el día de reunión de sábado a domingo, si la resurrección hubiera ocurrido el sábado por la tarde.
  5. Por otro lado, hay evidencias históricas que indican que en ciertos círculos judíos, el día se contaba de puesta del sol a puesta del sol (de 6 p.m. a 6 p.m., aproximadamente). Pero en otros círculos, el día se contaba de amanecer a amanecer (de 6 a.m. a 6 a.m.). En otras palabras, el sábado judío, por ejemplo, podía contarse de nuestro viernes a las 6 p.m. hasta nuestro sábado a las 6 p.m.; pero también podía contarse desde nuestro sábado a las 6 a.m. hasta nuestro domingo a las 6 a.m. Esto pudiera afectar también nuestra interpretación y quizá explicaría por qué algunos afirman una resurrección sabatina.

¿Murió Jesús en viernes?

En cuanto al cálculo de la fecha y día de la semana en que el 14 de nisán cayó el año en que murió nuestro Señor, existen varias teorías propuestas. Algunos piensan que cayó en miércoles o jueves. En relación a esto, podemos afirmar que la razón por la cual el día viernes se prefiere es debido a que los Evangelios sugieren que el Señor fue crucificado el día previo al día de reposo, que en nuestro calendario es el sábado (cf. Jn. 19.31). De este y otros textos es posible sugerir el viernes como el día de la crucifixión.²

Recuerde, el creyente celebra el significado de la pascua no únicamente en Domingo de Resurrección, sino cada domingo. La fecha de la fiesta es lo menos importante de lo más importante. Busque siempre recordar la muerte y resurrección de su Salvador. Llene su corazón de la esperanza de la resurrección cada mes, semana, y día del año, en cualquier calendario. Alabemos siempre al Señor porque Él es bueno, y su gran amor perdura para siempre (1 Cr. 16:34)! ¡Él ha resucitado!


[1] Lacueva Lafarga, Francisco (2001). Diccionario Teológico Ilustrado (Edición electrónica). Barcelona: Editorial CLIE.

[2] Para un análisis profundo y detallado de estos temas y los cálculos relacionados, existen en inglés dos excelentes recursos: Chronological Aspects of the Life of Christ por Harold Hoehner, y The Handbook of Biblical Chronology por Finegan.

Nota: Este artículo ha sido modificado de una serie publicada originalmente en La Voz Logos. Usado con permiso.

Imagen: Lightstock.
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