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4 razones por las que importa cómo cuentas tu testimonio

¿Tiene importancia cuándo y cómo te hiciste cristiano, siempre y cuando te consideres cristiano ahora?

Tengo amigos que responderían negativamente. No hay necesidad de obsesionarse con fechas y cronogramas y cuando pasó qué. Si alguien está caminando con Jesús ahora, eso es suficiente.

Aunque entiendo esa perspectiva, creo que tener clara tu conversión real es muy importante.

Confusión sobre la conversión

Después de servir como pastor tanto en los Estados Unidos como en el extranjero, he tenido el privilegio de escuchar cientos de testimonios. Ocurre de manera informal en el pasillo o en la mesa de la cena, y ocurre formalmente cuando los pastores realizan entrevistas de membresía con los interesados en unirse a la iglesia.

Cada persona es única, pero los relatos de conversión poco claros suelen seguir una línea argumental triple.

Es útil tener claridad sobre el momento general en que nacimos de nuevo, un momento que se hará evidente por el fruto espiritual duradero en nuestras vidas

Primero, hay una exposición inicial a la verdad bíblica. La persona a menudo considera esto como el punto de salvación. Segundo, hay un «pero entonces». La persona admite una temporada prolongada de desobediencia o desinterés en las cosas de Dios. Tercero, alabado sea Dios, hay un avance, que ha llevado a la persona a la vitalidad espiritual ahora. Algún amigo o evento ayudó a la persona a «volver a dedicar su vida» o «hacer propia su fe».

Por qué necesitas un testimonio claro

Es en este punto donde haré una pregunta difícil pero necesaria: ¿Cuándo crees que te convertiste en cristiano? ¿Fue pronto o tarde? ¿Crees que conociste al Señor al principio de tu juventud y te apartaste durante varios años antes de volver a Él? ¿Es posible que hayas estado expuesto al evangelio desde muy temprano, pero que no hayas sido verdaderamente regenerado hasta hace poco?

No es que todo el mundo necesite ser capaz de señalar una fecha específica de conversión. (¡La mayoría de los cristianos que conozco no pueden hacerlo!). Pero es útil tener claridad sobre el momento general en que nacimos de nuevo, un momento que se hará evidente por el fruto espiritual duradero en nuestras vidas.

Por lo tanto, es muy importante tener claro el cronograma general de tu testimonio. Estas son cuatro razones.

1. Por el bien de tu alma

En más de una ocasión, al tocar el tema (en una entrevista de membresía), se ha descubierto a personas que aún no saben lo que significa ser cristiano. Están confundidos sobre el cuándo porque no entienden el qué.

Tal vez han tenido temporadas de estudio bíblico sostenido o determinación moral que enturbian las aguas y les hacen pensar que deben haberse convertido. Por supuesto, la obediencia es importante, como lo son los deseos morales influenciados por Cristo, pero no son esos puntos de obediencia los que nos salvan. Somos salvos por gracia mediante la fe, y luego, de ese profundo pozo del evangelio, buscamos vivir como cristianos.

2. Por el bien de tu testimonio (verbal)

Aclarar tu conversión te ayudará en tu evangelismo. Al fin y al cabo, tendemos a comunicar el evangelio a los demás tal y como lo entendemos nosotros mismos. Si crees que te salvaste porque pasaste adelante o repetiste una oración, esa teología de la conversión se hará evidente cuando compartas el evangelio.

No es que pasar adelante o repetir una oración no puedan ser acciones de una persona que verdaderamente ha nacido de nuevo (¡ciertamente pueden serlo!), pero esas acciones en sí mismas no salvan. Para los creyentes verdaderos, los compromisos momentáneos vienen seguidos de una postura de aferrarse a Cristo. Los actos iniciales de obediencia son como pequeñas incursiones en una vida marcada por la adoración y el seguir a Dios.

Tendemos a comunicar el evangelio a los demás tal y como lo entendemos nosotros mismos

Si tu testimonio implica un asentimiento inicial en dirección a Jesús, seguido de dos décadas de huir de Él en desobediencia y sin convicción de pecado —y aun así crees que ese acto temprano era lo que significaba convertirse en cristiano— entonces tu evangelismo ofrecerá la misma «salvación» superficial.

3. Por el bien de tu testimonio (en tu vida)

Este tema es personal para mí porque profesé la fe a una edad temprana, me llamé a mí mismo cristiano durante mucho tiempo (mientras vivía una vida que claramente traicionaba mi profesión), y luego realmente me convertí en cristiano cuando tenía dieciocho años.

¿Sabes qué? Las personas estaban mirando. Ninguno de nosotros vive en un vacío. Mis padres y hermanos, mis entrenadores y profesores, mis amigos de copas y mis novias… todos estaban en primera fila.

Debemos considerar el mensaje que transmitimos cuando hablamos del momento de nuestros testimonios. Por mi parte, si me hubiera aferrado a la versión de la historia en la que me veía salvado a una edad temprana y simplemente «me aparté» en la escuela secundaria, entonces el testimonio de mi vida era que alguien puede afirmar ser de Cristo y vivir en desobediencia impenitente durante años, y que todo esto concuerda con la verdadera fe salvadora.

Pero eso no es verdad. Dios nos quita el corazón de piedra y nos da un corazón de carne. Nos hace nuevas criaturas: lo viejo se ha ido y ha llegado lo nuevo (2 Co 5:17). El testimonio de mi difunto padre involucró el ver a Dios cambiar mi corazón. Dios realmente me salvó y eso le hizo darse cuenta de que, aunque él también decía ser de Cristo, no estaba regenerado.

4. Por el bien de tu discipulado

Aclarar tu testimonio también ayuda en tu vigilancia contra el pecado. Si te conformas con mirar atrás a periodos sostenidos de desobediencia sin convicción y razonar que, aunque ciertamente no es lo ideal, definitivamente fuiste salvo, vale la pena preguntarse si abordarás los lapsos actuales con la seriedad adecuada. Puede que incluso seas reacio a llamar a la luz a otros que viven en pecado sin arrepentirse. Después de todo, ¿cuál es el problema?

Seguramente hay más razones por las que es importante aclarar tu testimonio. Sin duda, lo más importante es si ahora estás o no en Cristo. Descansa allí. Pero tratemos también de aclarar —y ayudar a otros a hacer lo mismo— el orden de los acontecimientos en nuestras propias historias. Será bueno para nuestras almas, para el testimonio tanto de nuestras palabras como de nuestra vida y para nuestro discipulado.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
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