¡Únete a nosotros en la misión de servir a la Iglesia hispana! Haz una donación hoy.

×

Al igual que el hinduismo, el budismo es una religión que ve a Dios y al universo como uno (monismo). Por lo tanto, no afirma la creación como un evento y concluye en que ni Dios ni el universo pueden existir sin el otro.

La visión budista de Dios y la creación

El budismo, como el hinduismo, incluye a los ateos en un extremo del espectro y a los teístas en el otro. Los budistas theravada, por ejemplo, rechazan abiertamente la existencia de un Dios personal. Los budistas de la tierra pura, por otro lado, parecen haber mezclado algunas ideas cristianas en su sistema de fe y por eso hablan de Dios como un ser personal. Pero, aún así, todavía parecen identificar a Dios con el universo.

El jainismo, el sintoísmo y el taoísmo tienen elementos de panteísmo y politeísmo, y en cierto modo se asemejan a ciertas sectas hindúes.

El sikismo es un intento de mezclar el teísmo del islam con el panteísmo del hinduismo, y tiene muchos elementos nobles. El bahaísmo no defiende ninguna doctrina específica de Dios, prefiriendo enfatizar la unidad esencial de todas las religiones y la igualdad de todos los pueblos.

Ambos enfoques del bahaísmo tienen preceptos nobles, pero ninguno afirma la verdad bíblica de la existencia de un Dios personal infinito y eterno que se relaciona con el universo como creador, sustentador, gobernante y salvador.

La visión budista de sus escrituras sagradas

El budismo se basa en las enseñanzas de Buda o Siddhartha Gautama, quien murió en algún momento entre el 500 y el 350 a. C., a la edad de 80 años. No dejó escritos, pero sus enseñanzas fueron plasmadas por escrito por varios grupos de seguidores en los siglos III y II a. C.

En los primeros años posteriores a la muerte de Buda, la mayoría de sus seguidores se llamaban a sí mismos budistas theravada. Pero un nuevo grupo, el mahayana, se desarrolló durante el segundo siglo después de Cristo. Han producido una enorme cantidad de escrituras sagradas basadas en los registros de los dichos de Buda. De ello se deduce que ningún libro o colección de libros es considerado sagrado o autorizado por todas las ramas del budismo.

Esto no sorprende. Buda vio la meditación como el camino a la iluminación. Guardó silencio sobre la existencia de un Dios personal. Filosóficamente, el budismo no hace una distinción clara entre el bien y el mal, porque todo lo que existe y sucede es parte de la misma realidad última.

Sin embargo, el budismo ha desarrollado un elevado sistema ético destinado a minimizar el inevitable dolor de la vida llamado las «Cuatro verdades nobles»:

1) La vida se compone en esencia de decepción y sufrimiento.
2) La mayor parte del sufrimiento es el resultado de nuestros deseos de placer, poder y existencia continua.
3) Para experimentar el cese del sufrimiento y el dolor, debemos abandonar nuestros deseos.
4) La forma de dejar de desear es seguir el «Noble óctuple sendero»:

    • Visión y comprensión correcta
    • Intención correcta
    • Hablar correcto
    • Actuar correcto
    • Sustento correcto
    • Esfuerzo correcto
    • Conciencia correcta
    • Concentración correcta

Muchos de los dichos atribuidos a Buda, registrados en el texto sagrado conocido como el dhammapada, son dignos de elogio por su contenido moral. Por ejemplo:

«Aquel que medita fervientemente, aquel que es puro en conducta y consciente de cada acción, aquel que es moderado y justo en su vida, la fama de tal persona aumentará. Quien busca su propio bienestar tramando el daño a otro, está enredado en el odio y no alcanza la libertad» (Handbook of Today’s Religions, p. 313).

Muchas de las normas morales atribuidas a Buda han llevado a sus seguidores a decir que su fe les ha cambiado la vida. Creen que han mejorado al adherirse a una filosofía que les ayuda a evitar el dolor personal.

Como sistema de pensamiento, el budismo es valorado por personas nobles e inteligentes. Les ayuda a pasar por alto su lado oscuro: el egocentrismo y el orgullo que nos aflige a todos. Esto motiva a las personas a esforzarse por lograr un buen comportamiento. Algunos han dado testimonios entusiastas sobre experiencias religiosas profundas al seguir las «Cuatro verdades nobles».

La visión budista de la salvación

El budismo, como el hinduismo, busca la liberación de la vida tal como la conocemos. No ofrece perdón o resurrección individual. Aunque se divide en muchas sectas, desde el ateísmo práctico del budismo theravada hasta el teísmo del budismo de la tierra pura, esto posiciona al budismo como una religión panteísta en todas sus formas. Todo y todos son una manifestación de una realidad impersonal y última.

El budismo es similar al hinduismo en que enseña nacimientos, muertes y renacimientos repetidos. También enseña el principio de que la conducta personal en esta vida determina la naturaleza del próximo renacimiento. El objetivo final de seguir las «Cuatro nobles verdades» de Buda es alcanzar el estado del nirvana. Este estado a menudo se describe como «un soplo», como lo que le hacemos a la llama de una vela. Otros usan la palabra nada. Los budistas que parecen adherirse más estrechamente a las enseñanzas de Buda sin duda equiparan el nirvana con la nada.

Sin embargo, no todos los budistas quieren pensar en términos de extinción completa. Muchos expresan anticipación de la conciencia continua más allá de esta vida. No está claro cómo será esa última vida. Algunos afirman una paradoja: que en la nada del nirvana alcanzarán una plenitud que es inalcanzable en nuestro mundo tridimensional actual.

El testimonio bíblico

Contrario a lo que creen los budistas, el Antiguo y el Nuevo Testamento dan testimonio de que Dios es bueno y veraz. La esencia de Su carácter le asegura a Su pueblo escogido que siempre pueden confiar en Él para hacer lo que prometió y que Él siempre actúa de acuerdo con su integridad inherente.

Los budistas necesitan conocer la verdad del evangelio y aceptar el mensaje de la Biblia para experimentar el incomparable amor de Dios por medio de la fe y que ahora puedan mirar hacia adelante con confianza y dejar la incertidumbre sobre el futuro. Podemos confiar en que la naturaleza santa de Dios es la garantía de que Él será fiel en cumplir cada promesa que ha hecho. Los cristianos creen que Dios se ha convertido en su Padre celestial y vive en ellos por medio de su Espíritu Santo (1 Co 6:19-20). Los budistas necesitan saber que pueden relacionarse con Dios y amarlo con un amor que «echa fuera el temor» (1 Jn 4:18).


Esta es una adaptación de un material publicado originalmente en Our Daily Bread University. Traducido por el Equipo Coalición. Usado con permiso.
Recibe cada día los artículos, podcasts, y vídeos más recientes.
CARGAR MÁS
Cargando