Esta entrevista ha sido editada ligeramente para mejorar su claridad.
Hace un tiempo tuve el privilegio de sentarme a conversar con el astronauta Jeff Williams. Él ha hecho cuatro viajes espaciales y tiene el récord como el hombre norteamericano que más tiempo ha pasado en el espacio. Jeff fue mi compañero en el seminario y lo que más me llamó la atención sobre él fue su sencillez. Es un un hombre brillante y humilde.
Durante nuestra conversación pude hacerle algunas preguntas importantes para aquellos que somos cristianos y que, al mismo tiempo, tenemos una fascinación por la ciencia y la creación de Dios. Como esta entrevista hace evidente, Jeff está convencido de que no hay contradicción entre la revelación general (la creación) y la revelación específica (la Biblia). Te invito a leer nuestra conversación.
Emanuel Elizondo (EE): ¿Qué le diría a alguien que dice que existe un conflicto entre la ciencia y la fe?
Jeffrey Williams (JW): Me hacen esa pregunta con frecuencia. La idea de que existe conflicto entre la ciencia y la Biblia es algo muy común.
Tengo un trasfondo científico bastante sólido: desde pequeño amé la ciencia y tengo estudios en ingeniería. He trabajado en áreas científicas durante toda mi carrera… particularmente en áreas científicas prácticas, no tanto en las áreas teóricas. He sido cristiano por más de 30 años.
Debido a ese aparente conflicto entre la ciencia y la fe he pasado mucho tiempo estudiando. Mi conclusión (y la manera en que animo a otros cristianos) ha sido durante mucho tiempo: el conflicto no es entre la Biblia y la ciencia. La ciencia es el estudio de los fenómenos observables y repetibles. El conflicto no está ahí. El conflicto está en las presuposiciones que van detrás de tu ciencia. Así que es una cuestión filosófica. Hay conflicto entre la Biblia y la filosofía que pretende explicar toda la realidad sin incluir a Dios.
Cuando estamos hablando de teorías de evolución y de tierra vieja para tratar de explicar a través de procesos largos de vida y todo lo que vemos en la tierra… es un conflicto filosófico que empieza con la presuposición de que no hay un diseñador o creador que es la primera causa de todo. Si Él no está ahí, tú tienes que explicar las cosas de cierta manera. Ahí es donde está el verdadero conflicto, no en la ciencia como tal.
EE: Entonces sería un conflicto filosófico, acerca de las presuposiciones.
JW: Totalmente, sí. Se resume en esto: O hay un Dios que se ha revelado a sí mismo y es la causa de todas las cosas, cuya revelación puede explicar y darnos entendimiento acerca de las cosas que vemos, o no hay un Dios y tengo que explicar la existencia de todo lo que veo y experimento sin Dios, sin una primera causa.
EE: ¿Ha visto tensión en la comunidad científica porque usted es cristiano?
JW: No he percibido tensión, aunque la he esperado. Creo que ha sido en gran medida por la gracia de Dios que he sido librado de ataques por expresar y vivir mi fe en un mundo científico.
Es popular la idea de que, en el área donde trabajo, todos son un montón de ateos que promueven presuposiciones filosóficas ateas. Eso no es verdad. Entre las personas con las que trabajo hay muchos creyentes, en todos los niveles y puestos, con todo grado de responsabilidad y tiempo de servicio. Fue así en el ejército y también en la NASA.
EE: ¿Ha visto tensión en la comunidad cristiana por ser científico?
JW: No. Hay debates internos en la iglesia: los detalles sobre la creación, por ejemplo. No he experimentado mucha de esa tensión de manera directa, la he visto de manera indirecta. Con frecuencia se me pide que dé charlas acerca de la doctrina de la creación y sobre Dios como creador, sustentador y proveedor de todas las cosas, por haber visto la Tierra desde la órbita. He pasado mucho tiempo preparándome y dando charlas sobre ese tema, y no he experimentado tensión en la iglesia acerca de eso.
Creo que si eres fiel al texto y tu prioridad es articular con fidelidad lo que Dios ha revelado en las Escrituras, el texto habla por sí mismo. Se vuelve la autoridad.
EE: Relacionado a esto, ¿ha percibido que la ciencia fortalece su fe?
JW: Sí, lo ha hecho. Una vez más, la ciencia verdadera —la observación de fenómenos que pueden ser repetidos (una definición más estrecha de «ciencia»)— fortalece mi fe en el sentido de que muestra con claridad a un diseñador detrás de todas las cosas. Lo vemos de manera particular en el orden de la creación.
Tenemos los elementos de la creación, los elementos físicos… la materia prima que, con nuestras habilidades otorgadas por Dios, hemos extraído para producir tecnología e ingeniería en la historia de las civilizaciones. Una de las cosas en las que las personas no suelen pensar es el orden en esa creación, el orden matemático. He dado charlas que demuestran el orden matemático… y a las personas que no tienen estudios de matemáticas pero tienen, por ejemplo, estudios de música les digo: «¡Bueno, la música muestra el orden de la creación de Dios!».
El orden hace que las cosas se repitan, hace que las cosas sean predecibles; así es como podemos diseñar una máquina, una caja, que envíe información a través de radiofrecuencias que recibimos del otro extremo. Hoy en día todos nosotros enviamos información de manera instantánea alrededor del mundo. Todos tienen un teléfono inteligente en el bolsillo. Eso se debe al orden y diseño en la creación de Dios, y —reflejando la imagen de Dios— a nuestra habilidad de someter la creación que Él nos ha dado, como enseña Génesis 1 y 2.
EE: ¿Necesitamos más cristianos científicos? ¿Qué le diría a un adolescente que está considerando adentrarse en las ciencias pero escucha a la gente decir «no estudies eso, ahí hay mucho ateísmo»?
JW: Ciertamente los jóvenes deben ser cuidadosos acerca de a dónde se dirigen y las influencias que encontrarán en esos lugares. Particularmente en las universidades. Si no tienen una fe fuerte… hemos visto una y otra vez que muchas personas son muy vulnerables.
Pero asumiendo que alguien tiene una fe bien arraigada y está creciendo en su fe, incluso en los ambientes difíciles… antes era muy común la idea de que si eras cristiano y querías vivir tu vida con fidelidad, terminarías entrando a la labor ministerial: serías misionero o algo así. (Dios bendiga a aquellos que han sido llamados a las misiones, al seminario para pastorear una iglesia o a otras labores ministeriales a tiempo completo. ¡La iglesia necesita eso y es un gran llamado!). Pero cumplir tu llamado no significa necesariamente dedicarte al ministerio de tiempo completo, puedes dedicarte a toda clase de labores legítimas (mientras no sean contrarias a la Escritura)… eso incluye la ciencia y la ingeniería.
Martín Lutero tenía grandes enseñanzas sobre la vocación o el llamado: todos somos llamados, y Dios en su providencia nos concede ciertas habilidades y oportunidades para, por ejemplo, aprender y obtener una educación. Dios, mediante eso, será consistente con nuestros intereses, los cuales se convierten en una pasión, lo que nos permite cumplir la vocación que nos ha sido dada como cristianos en cualquiera de esas áreas.
He considerado que la prioridad de mi trabajo en el ejército y en la NASA en los últimos 30 años es en todas las cosas, conforme se presentan distintas oportunidades, ser fiel al llamado que Cristo me ha dado, servirle y glorificarle en cualquier cosa que yo haga.