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La predicación es el acto más importante en el culto evangélico. Es un tiempo de adoración en el que la congregación escucha la Palabra de Dios siendo proclamada desde el púlpito. Así como el predicador necesita aprender a predicar, es necesario que los oyentes aprendamos el sagrado arte de escuchar el sermón.

En este artículo quiero compartir algunos consejos que pueden ayudarte a prestar más atención a los mensajes predicados en el día del Señor, y a “sacar más jugo” de ellos a lo largo de la semana.

¡Espero que sean de bendición!

1. Ora a lo largo de la semana.

En tus oraciones diarias, pídele al Señor que bendiga la proclamación de su Palabra a través de tu pastor. Ora todos los días para que tu iglesia local sea edificada a través del ministerio de la predicación. Si das prioridad a la Palabra en tus oraciones, seguramente estarás bien atento cuando se predica el sermón en la casa del Señor.

2. Acuéstate temprano el sábado por la noche.

Si sabes que vas a recibir la Palabra el domingo, es una buena idea acostarte temprano el sábado por la noche. Con un buen descanso, tendrás más fuerzas para prestar atención a la predicación y buscar a Dios el domingo por la mañana.

3. Prepara tu alma.

Levántate con tiempo para preparar tu alma y orar al Señor para que hable a través de la predicación. Pon tu mirada en el evangelio, las grandes doctrinas de la Palabra, el amor de Jesús hacia los pecadores, y no permitas que nada ni nadie quite tu gozo. Cuando hayas llegado a la iglesia, aprovecha para orar antes de que comience el culto también. Mantén tu corazón en paz delante del Señor.

4. Llega a tiempo.

No llegues corriendo a la iglesia. No hay nada peor que entrar cinco minutos tarde por no haber salido de casa a tiempo. En vez de planificar llegar a las once a la iglesia, ¿por qué no decides llegar quince o veinte minutos antes con el fin de orar y leer la Palabra? Si sales tarde de casa, estarás agobiado en la iglesia y no podrás concentrarte bien en el mensaje. Escuchar el sermón es un acto solemne, ¡hay que estar bien sintonizado!

5. Siéntate adelante.

Una buena idea es ocupar una silla de las primeras filas. Me he dado cuenta de que cuando estoy sentado atrás, es mucho más fácil distraerme con las personas que están delante de mí.

6. Apaga el móvil.

En algunas iglesias he visto una señal en la puerta indicando que no se puede usar el móvil dentro del templo del Señor, y creo que es una buena idea. Seguramente todos hemos escuchado un móvil sonar durante el sermón. Además, existe la tentación de conectarse a la web y dejar de estar cien por cien atento al mensaje. Si una persona no es capaz de tener su móvil apagado una hora y pico el domingo por la mañana, puede ser que esté atado a él.

7. Lleva un bolígrafo y un cuaderno.

Al apuntar el bosquejo y los comentarios del predicador, podrás volver a consultar el mensaje en la semana, lo que será de bendición para ti. Vale la pena anotar los versículos bíblicos que el pastor cita para leerlos después en casa. Si tomas notas durante la predicación, verás que te quedas con mucho más del mensaje.

8. Disciplina a tu mente.

No dejes que tu mente se vaya por las ramas. Mantente enfocado en el mensaje en cada momento. Es la Palabra de Dios. No hay nada más importante en este mundo que lo que se está diciendo desde el púlpito. Si oyes la puerta de entrada de la iglesia abrirse, ¡no des la vuelta para ver quién es! Si oyes a alguien levantarse de su silla, ¡mantente concentrado en la predicación! Disciplina tu mente. Recibe la Palabra de Dios.

9. Habla con alguien sobre la Palabra.

Una buena disciplina para seguir aprovechando de la Palabra es hablar acerca del mensaje después del culto. Incluso allí mismo en la iglesia puedes comentar algunas cosas que te bendijeron del mensaje con otros hermanos de tu congregación. En el camino a casa, puedes preguntar a tus seres queridos qué aprendieron del mensaje y así también compartirles lo que te llamó la atención también.

10. Repasa entre semana.

Finalmente, repasa el mensaje entre semana. Si tienes un cuaderno con predicaciones, puedes repasar el mensaje en tu tiempo devocional o incluso podrías pasarlo a tu portátil y así tener toda una carpeta de predicaciones que tú mismo has resumido. El dar vueltas a las doctrinas compartidas en la iglesia nos fortalecerá en espíritu y nos hará más sabios. Busca formas de aplicar el mensaje que oíste a lo largo del resto de la semana.

Conclusión

Estas ideas son muy sencillas, pero también eficaces a la hora de aprender y retener más de la predicación. ¿Por qué no empiezas a ponerlas en práctica a partir de esta semana? ¡Seguro que te serán de gran ayuda!


Imagen: Lightstock
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