El libro de Salmos está entre los más citados del Antiguo Testamento en el Nuevo. Entre otras cosas, esto muestra que los autores neotestamentarios tenían salmos específicos en mente mientras presentaban sus argumentos teológicos (p. ej., He 1:5-13; 2:6-8, 11-13). Sobre todo, entendían que el libro completo apunta a Cristo, como Jesús mismo lo indicó (Lc 24:44).
Estos dos detalles nos permiten comprender que los autores del Nuevo Testamento eran capaces de identificar el mensaje y la teología de los Salmos, su relación con Jesús y su aplicación a la teología y la ética cristiana. ¿Somos nosotros capaces de leer los Salmos con la perspectiva de Jesús y Sus primeros discípulos? Déjame compartirte sobre dos temas que son de ayuda en esta tarea.
Dos claves interpretativas
Debido a su naturaleza como antología (recopilación de obras selectas), cada salmo puede presentar un énfasis teológico distinto. Esto hace difícil la tarea de encontrar ángulos específicos que permitan un estudio cohesivo del Salterio.
Sin embargo, siguiendo el ejemplo de los autores del Nuevo Testamento, podemos comenzar por analizar dos temas clave que se repiten a lo largo del libro y nos ayudan a entender el mensaje y la teología de los Salmos.
El pacto divino
Uno de estos temas importantes es el pacto divino. Por un lado, notamos el uso extensivo del nombre del Dios del pacto: YHWH o su forma abreviada, YAH, con más de 680 apariciones a través del libro. Además, con bastante frecuencia se hace referencias a las promesas, bendiciones y maldiciones de los pactos con Abraham (Sal 105:6-11), con Moisés (Sal 81:6-10) y con David (Sal 89:3-4).
Los autores neotestamentarios tenían salmos específicos en mente mientras presentaban sus argumentos teológicos
Así como la Torá (el Pentateuco) presenta al Dios del pacto como Creador y Redentor, estos temas también son enfatizados a través de los Salmos. En los salmos que nos orientan en el mundo cuando la vida es estable, Dios es digno de nuestra gratitud por ser Creador y Sustentador (Sal 8:1-9). En los salmos que expresan desorientación, dudas e incertidumbres, Él es nuestro refugio y digno de toda confianza (Sal 13:1-6). En los salmos que celebran la resolución de circunstancias difíciles, Dios es digno de nuestra adoración como Redentor de Su pueblo (Sal 34:1-22).
En otras palabras, el libro de los Salmos asume y aplica el conocimiento sobre Dios en la Torá a las diversas situaciones sociales e individuales de la comunidad del pacto y sus miembros. Esta Torá no es solo la colección de los cinco primeros libros, sino toda instrucción perfecta que proviene de la revelación divina. En este sentido, la Torá misma se vuelve también un tema central en el Salterio. Algunos de los salmos más conocidos destacan por sus referencias a ella (Sal 1; 19; 119).
En resumen, todo salmo apunta hacia el Dios del pacto, a través de temas como la creación, la redención, la revelación u otros; cada cántico y oración levanta nuestra mirada hacia el Dios vivo y verdadero:
Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra (Sal 121:1-2, RV60).
El rey prometido
Otro tema central es el papel del rey y su relación con el pueblo. Esto nos lleva a la cuestión de los salmos mesiánicos: poemas que apuntan a la figura de un rey ungido por venir; los cuales en última instancia apuntan a Jesús.
Sin embargo, los académicos y estudiosos no siempre están de acuerdo sobre cómo y cuáles salmos relacionar con el mesías prometido. Por supuesto, aquellos que hablan de un rey victorioso son quizá los más sencillos (Sal 24:7-10), pero ¿qué hay del resto?
Salmos asume y aplica el conocimiento sobre Dios en la Torá a las diversas situaciones sociales e individuales de la comunidad del pacto
Una propuesta es relacionar cada salmo con algún aspecto de la obra redentora de Jesús. Para aplicarla, podemos leer los salmos a la luz del oficio triple de Cristo como sacerdote, profeta y rey. La ventaja de este método es que es adaptable a todo salmo. Es bueno tener en cuenta que algunos salmos enfatizan más de un oficio (Sal 71:20-24).
- Salmos que hablan sobre sacrificio, ofrendas o incluso sufrimiento injusto pueden apuntar al oficio de Cristo como sacerdote perfecto que se entrega a Sí mismo como ofrenda perfecta y agradable al Señor (Sal 27:4-6).
- Salmos que hablan sobre la instrucción divina, o que enfatizan la Palabra inspirada de Dios, pueden apuntar al oficio de Cristo como profeta que instruye al pueblo de parte de Dios (Sal 147:15-20).
- Salmos que enfatizan la justicia pueden apuntar a Cristo como rey que aplica Su sabiduría al juicio de los malvados y trae paz a Su pueblo (Sal 9:7).
Dos desafíos interpretativos
Si bien conocer el mensaje y la teología de esta antología, y analizarla a la luz de Cristo, es de gran ayuda para comprender y sacar el mayor provecho a la mayoría de los salmos, aún existen dificultades particulares al interpretar los salmos. Hay dos que vale la pena comentar.
Los salmos imprecatorios
Quizá entre los salmos más complejos estén los imprecatorios, que se caracterizan por expresar un tipo de lenguaje ríspido y hostil contra los enemigos. Algunos señalan que es un lenguaje de odio y han llegado tan lejos como decir que estos salmos no deben ser utilizados por la iglesia a la luz del nuevo pacto.
Existe material extenso que trata esta cuestión. Aquí solo quiero señalar de forma breve tres características importantes de los salmos imprecatorios.
Primero, estos asumen el pacto con los antepasados del pueblo. Esto incluye maldiciones para quienes maldicen al pueblo de la promesa (p. ej., Gn 12:3; Dt 30:7; 2 S 7:11). En este sentido, están reclamando promesas del Señor que no son nuevas en la Escritura.
Segundo, estos salmos generalmente son clamores por justicia. Por ejemplo, el Salmo 137 bendice a aquel que tome a los pequeños del pueblo enemigo y los estrelle contra una roca (v. 9). Esto puede sonar duro (¡y lo es!), pero lo que el salmista pide en oración debe ser contrastado con lo que su pueblo sufrió en la historia. En otras palabras, el autor no pide un castigo desmedido o exagerado, sino uno justo y equiparable a la ofensa que sufrieron (v. 8).
Tercero, los salmos imprecatorios son clamores de justicia que nos apuntan a Cristo como el rey que vendrá a establecer justicia y juicio al final de los días. Así, estos salmos también son útiles para la iglesia hoy.
Estas características deben ayudarnos a leer estos salmos a la luz de la enseñanza del Nuevo Testamento. El Salmo 137, por ejemplo, condena a la Babilonia histórica. Apocalipsis 18, por su parte, toma esta imagen para condenar a la Babilonia simbólica: a todos aquellos poderes y potestades que se oponen a la iglesia de Cristo.
La relación con la poesía y la mitología circundante
El segundo desafío interpretativo más común del uso en el Salterio tiene que ver con frases o imágenes de la cultura religiosa del Antiguo Cercano Oriente. ¿Qué significa el parecido entre la poesía hebrea y la poesía pagana de la misma época?
Para tratar esta cuestión es fundamental comprender el concepto de «teología polémica», que se refiere al uso de formas de expresión comunes de las culturas circundantes y sus deidades, pero aplicándolas para exaltar al único Dios del pacto, socavando así la idolatría de los pueblos vecinos.
Los salmos imprecatorios son clamores de justicia que nos apuntan a Cristo como el rey que vendrá a establecer justicia y juicio al final de los días
La cultura cananea, por ejemplo, adoraba a Baal como el dios de la tormenta que cabalgaba los cielos en un carro de nubes. El Salmo 104 usa esta imagen para aplicarla a YHWH en lugar de Baal (v. 3). Más adelante, el mismo cántico presenta a YHWH como Creador y Soberano sobre el mar (heb. yam; v. 25), cuando la cultura cananea también consideraba a Yam como una deidad. Finalmente, el leviatán se presenta en la literatura cananea como una deidad poderosa que toma la forma de un dragón o un monstruo marino, mientras que el Salmo 104 lo presenta como una creación de YHWH en la que Él se deleita al verla jugar (v. 26), como si fuera nada más que una mascota.
Además de su riqueza teológica, muchos salmos están impregnados de imágenes tomadas de culturas vecinas, lo cual requiere una lectura atenta. Cada vez que leemos un salmo, entonces, debemos estar alerta al contexto cultural del Antiguo Cercano Oriente para poder percibir estas referencias. Esto nos ayuda a ver cómo YHWH es presentado como superior a las deidades de las culturas mesopotámicas circundantes. Una buena Biblia de estudio o un comentario bíblico pueden ayudarnos a observar estos detalles.
Los Salmos y la iglesia
El estudio de los Salmos es tan complejo como enriquecedor y santificador. Por medio de este breve escrito quiero enfatizar que cada uno de los 150 salmos es una oración vigente para la iglesia hoy, pero saber cómo interpretarlos será clave para poder aplicarlos a la vida de la congregación y a la de cada creyente.
Te invito a preservar la tradición bíblica de animarnos unos a otros con estos cantos (Ef 5:19; Col 3:16). Así pues, no perdamos la tradición reformada de cantar desde todos los salmos. Aprendamos a orar desde todos los salmos. Veamos a Cristo en todos los salmos. Pastores, prediquemos a Cristo desde todo el Salterio; iglesia, aprendamos a usar estos cantos para vivir conforme al camino de la vida, que lleva a salvación, para la gloria de Dios (Sal 1:1-6).