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Nota del editor: 

Este es un fragmento adaptado de Escatología práctica: Cómo vivir los últimos tiempos hoy (Poiema Publicaciones, 2022), por Nathan Díaz.

Apocalipsis 17 y 18 nos muestran a los enemigos de Dios como una ciudad llamada Babilonia y como una mujer. También se representa a la iglesia bajo estas dos imágenes. Pero la mujer no es una ramera, sino una esposa virgen y pura, y la ciudad no es una de inmoralidad ni de perdición, sino una impecable y servicial a Dios. Podemos contrastar a las dos mujeres de Apocalipsis de la siguiente manera:

Este diagrama nos muestra que, aunque Satanás y sus aliados siempre imitan y hacen una parodia de Dios y Su reino, en cuanto al avance del reino de Dios por medio de la proclamación del evangelio en todo el mundo, Dios está incrementando en Su autoridad al proteger a Su iglesia para cumplir con Su misión y Satanás está decreciendo en Su autoridad en cada etapa.

Los capítulos 12 y 17 de Apocalipsis son una ampliación de lo que pasa en la sexta trompeta y en la sexta copa. Contestan a las preguntas: «¿Cuáles son los poderes detrás de los enemigos de Dios?» y «¿cómo operan los enemigos de Dios?».

El dragón tiene siete cabezas y diez cuernos (12:3). El poder de la bestia viene del dragón, y la mujer obtiene su poder de la bestia, que también tiene siete cabezas y diez cuernos (17:7). Las siete cabezas representan el poder absoluto hacia el final de esta era y los cuernos representan los reyes que tienen este poder.

Babilonia tiene autoridad sobre las naciones y representa el sistema político, religioso y económico de este mundo (dado a Babilonia por la bestia). Las aguas sobre las que está sentada la ramera representan a estas naciones (17:15). La inmoralidad sexual no solo está representando el pecado sexual de la sociedad, sino toda la idolatría y la rebelión de las naciones contra Dios. Todas las naciones que se oponen a Dios han cometido fornicación con la ramera. Esta fornicación es cuando las naciones justifican sus acciones al llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo (Is 5:20). ¿En qué se basa la inmoralidad de la gran ramera? En buscar vivir solo para lo temporal.

La embriaguez de las naciones con su vino de inmoralidad muestra su deseo de lo temporal (17:2), la misma razón por la cual alguien se emborracha; para ceder a la tentación de sentirse bien sobre sí mismo en el momento, sin pensar en las consecuencias como la resaca del siguiente día. En este caso, las consecuencias futuras que ignoran las naciones son el juicio de Dios.

Esta mujer aparece de una manera majestuosa, con ropa púrpura y escarlata, oro, piedras preciosas, un cáliz de oro, lo cual causa el asombro de Juan (17:7). Pero el ángel quiere asegurarse de que Juan entienda la verdadera naturaleza de la mujer y su trágico fin: será juzgada y condenada por Dios (17:8).

El comienzo de Babilonia lo encontramos en la descripción de la torre de Babel en Génesis 11. Las características de Babilonia (que al final se trata de los imperios enemigos de Dios) son:

1) El poder (18:7). Babilonia, como sucedió con la cabeza de oro en el sueño de Nabucodonosor, piensa que está en control y por eso está llena de orgullo (Dn 2:4). Su arrogancia es evidente al pensar que no tiene nada que temer y que sus aliados la apoyarán siempre.

2) La persecución (18:24). La realidad que han experimentado la mayoría de los cristianos desde el primer siglo ha sido persecución, representada en Babilonia durante el tiempo del exilio en opresión y oposición al pueblo de Dios. Los lectores originales de Apocalipsis ya experimentaban discriminación por medio de los gremios que representaban cada oficio y exigían adoración al César.

3) La seducción (18:3). La embriaguez de la ramera representa la manera de vivir el presente ignorando la realidad del juicio venidero de Dios. Una ramera representa la seducción de la inmoralidad para vivir en el presente con un placer temporal. También representa la seducción dentro de la iglesia (2:20), la cual lleva a la apostasía.

Jezabel, el personaje histórico que se describe en el Antiguo Testamento (1 R 19:1-18), apunta hacia la realidad de la gran ramera como el gran sistema político anticristiano. Ambas, Jezabel y Babilonia, estuvieron adornadas, tuvieron poder como reinas, fueron seductoras, vivieron en inmoralidad, practicaron hechicería, fueron codiciosas, persiguieron a los santos y ambas terminaron siendo devoradas por el juicio.

4) La imitación (18:23). Plagiando las mismas características de la bestia, la mejor estrategia que tiene Babilonia para engañar es imitando las obras de Dios. Este engaño de apostasía conectado con las bestias es el tipo de engaño descrito por Jesús en los últimos tiempos, cuando dice que tales artimañas podrían engañar, si fuera posible, aún a los escogidos (Mt 24:24).2

5) La destrucción (17:16-17). Dios es soberano sobre el mal. Él siempre gana. La manera en que Babilonia será destruida es por medio de los mismos enemigos de Dios, sus aliados, atacándola. Dios puso en sus corazones destruir a la ramera. Su propio pecado los destruye.

¿Cómo somos llamados los cristianos a relacionarnos con Babilonia? Somos llamados a apartarnos de su inmoralidad (18:4). Este es un llamado a la santidad (2 Co 6:14). No es un llamado a salir geográficamente de los países que son inmorales, sino a vivir en santidad y haciendo la obra de Dios, tal como Daniel y sus amigos lo hicieron mientras vivían en Babilonia (ver Jr 24:5-9; 29:1-11).


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1 Diagrama tomado de G. K. Beale, Revelation: A Shorter Commentary (Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans Publishing Company, 2015) p. 380.
2  G. K. Beale, Revelation, p. 377.
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