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Nota del editor: 

Este artículo es la adaptación de un episodio de podcast publicado originalmente en Teología en tu vida.

«Ordo salutis» es una frase latina que significa orden de la salvación. Fue el término con el que los reformadores nombraron el proceso de salvación del creyente. Es decir, era una forma de enumerar y describir todo lo que recibimos cuando somos unidos a Cristo en la salvación.

Quizá la palabra «orden» no sea el término más adecuado para hablar de cómo se da este proceso de la salvación. Déjame explicarlo por medio de un ejemplo. A mi hijo le gusta construir juegos de Lego. Digamos que tiene un auto de Lego para construir. Abrimos la caja y ponemos todas las piezas grandes y pequeñas sobre la mesa. El juego viene con instrucciones que indican cómo construir el auto. Es necesario que sigas el orden de cada paso descrito por el instructivo, porque si no lo haces terminarás con algo que no coincide con el auto que estaba en la mente de sus diseñadores. Entonces las instrucciones se deben seguir paso a paso y en orden.

La salvación no es solo algo futuro o que evitemos el infierno. Nuestra salvación es una realidad presente y tiene beneficios ahora

Bien, cuando hablamos del orden de la salvación, no estamos diciendo que los beneficios de la salvación vengan paso a paso, o que puedes saber con exactitud cuándo avanzas de un paso al otro. Algunos de los diferentes aspectos de la salvación se aplican a nosotros en el momento en que somos salvos. Por lo tanto, al distinguir los pasos del proceso, debemos recordar que estos pasos no están necesariamente separados en el tiempo. El orden debe ser más lógico que cronológico.

Es importante estudiar y comprender el orden de la salvación. La Biblia habla de esto:

«Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, a esos también llamó. A los que llamó, a esos también justificó. A los que justificó, a esos también glorificó» (Romanos 8:29-30).

En estos versículos, Pablo habla de un proceso. Vemos que hay un orden y una progresión. Debemos entender este proceso porque nos ayuda a ver todos los beneficios que tenemos en la salvación y a reflexionar en ellos para darle gloria a Dios por todo lo hecho por nosotros en Cristo.

Estudiar el orden de la salvación nos ayuda a conocer y apreciar los beneficios que obtenemos en Cristo para dar gracias a Dios y honrarle por su bondad

Mucha gente asume que la salvación cristiana se limita a evitar el infierno. Ese es un aspecto innegable. Sin embargo, los beneficios de la salvación abarcan mucho más que eso. Ahora somos justificados y santificados. Por lo tanto, la salvación no es solo algo futuro o que evitemos el infierno. Nuestra salvación es una realidad presente y tiene beneficios ahora. Estudiar el orden de la salvación nos ayuda a saber y apreciar los beneficios que obtenemos en Cristo para dar gracias a Dios y honrarle por su bondad mostrada a los creyentes en la salvación.

En resumen, el ordo salutis es un proceso definido y bastante ordenado por el cual la gracia de Dios se aplica a los pecadores. Ahora bien, ¿cuáles son esos elementos? Voy a mencionar brevemente cada uno de ellos:

  • La elección o la predestinación significa que Dios escogió a algunos para ser salvos en su gracia soberana antes de la creación del mundo.
  • El llamamiento eficaz ocurre cuando Dios llama a las personas a sí mismo a través de la proclamación del evangelio para que respondan con arrepentimiento y fe.
  • La regeneración se da cuando Dios da vida espiritual a los que ha llamado.
  • La conversión ocurre en el momento en que una persona responde voluntariamente al llamado del evangelio, a través del arrepentimiento del pecado y la fe en Cristo.
  • La justificación es un acto legal instantáneo de Dios en que Él declara que nuestros pecados son perdonados y que la justicia de Cristo es nuestra.
  • La adopción es un acto de Dios en el que nos hace miembros de su familia y nos da los beneficios de ser miembro de ella.
  • La santificación se refiere a que Dios nos separa del pecado (santificación posicional) y también al proceso en que Él nos hace más como Cristo (santificación progresiva).
  • La perseverancia del creyente es una enseñanza bíblica en donde se nos promete que todos los que son justificados serán guardados por el poder de Dios y perseverarán como cristianos hasta el final.
  • La glorificación es el momento en que Dios finalmente quitará todos los aspectos del pecado de nuestras vidas y nos dará un cuerpo de resurrección.

Esto nos recuerda todo lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo Jesús. ¡Cuán grande es nuestro Dios y la salvación que ha obrado para nosotros!

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