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Después que Jesús negó cumplir la demanda a los fariseos escépticos de que les diera una señal del cielo para “creer en El”, Él les dice estas palabras a sus discípulos: “guardaos de la levadura de los fariseos y de Herodes”. Note que no solo deberían de guardarse de quienes representan la religión separada de Cristo Jesús –los fariseos–. En diversas ocasiones Él expresó su disgusto con este grupo religioso y lo que representaban. (Mateo 23, por ejemplo, está saturado de advertencias y enseñanzas hacia aquellos que, sentados en la cátedra de Moisés, dicen, pero no hacen). Pero Cristo también habló de otro tipo de levadura, no de índole religioso, sino más social; de esa levadura que representaba la vida social corrupta, inmoral, e hipócrita de la época: ¡Herodes!

Influencias perniciosas

Los creyentes sabemos que debemos de guardarnos de la influencia de las religiones paganas, filosofías huecas provenientes de religiosos de nuestra época; de aquellos mensajes que pueden parecer lógicos o espirituales pero que carecen del mensaje de la cruz y la salvación en Cristo Jesús. Pero también debemos de guardarnos de la influencia de la sociedad en sí, de la hipocresía, inmoralidad y corrupción con que la sociedad vive y se desarrolla, así como de quienes la dirigen, promoviendo la iniquidad como la única opción de desarrollo o progreso de una cultura.

“Herodes” era el gobernante en autoridad, pero en el texto representa el estilo de vida y el gobierno sin Cristo que propone el mundo, la política y los negocios. Una vida que descarta la Palabra de Dios como autoridad sobre toda esfera social. Herodes representa el estilo de vida licencioso, lujurioso, sin moral, centrado en tener más poder y control, aun por medio de la corrupción e hipocresía en las relaciones.

Los cristianos no podemos ni debemos ser influenciados por esa levadura anticristo que está en toda la sociedad. No podemos ser influenciados ni creer que los valores, estrategias, y promesas de los fariseos y los Herodes modernos pueden proveer algún tipo de esperanza. Tampoco podemos permitir que por la levadura de ellos terminemos vendiendo la verdad por la mentira de sus labios. Esto solo es propio de los que no tienen entendimiento.

Contra la levadura

¿Qué levadura de fariseo o Herodes usted ha comprando o se ve tentado a comprar? ¿Qué promesa, qué causa social, o qué sueño usted está apoyando pero que se opone al progreso del evangelio en en su nación?

Los creyentes gozamos del entendimiento del evangelio de Jesús como nuestro Cristo Salvador, sustentador, como suficiente, y como quien lleva la preeminencia en todas las cosas. Por esta razón,  podemos resistir la tentación de ver la levadura de los fariseos y Herodes modernos como fuente de progreso y prosperidad, o como la esperanza de un verdadero cambio económico, político, social, o moral de nuestra sociedad.

Luego de advertirle a sus discípulos de estas levaduras, Jesús les preguntó: “Cuando partí los cinco panes entre los cinco mil? ¿Cuántas cestas llenas de pedazos recogisteis? Y ellos le dijeron: Doce. Y cuando partí los siete panes entre los cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos le dijeron: Siete.Y les dijo: ¿Aún no entendéis?” (Mr. 819:21). En otras palabras, Jesús les hace ver que el sustentador de ellos, que el que les da de comer, el proveedor para la vida y la justicia social es Él, y no los sistemas farisaicos modernos, o los sistemas Herodianos modernos. No son los dioses falsos, ni los gobernantes, sino solo Cristo Jesús.

Un llamado a prestar atención

Los valores del mundo farisaico y del mundo herodiano no pueden ser los nuestros, ni sus esperanzas las nuestras. Nuestros valores y nuestra esperanza se encuentran en Dios y Su Palabra. Jesús dijo claramente “El que no está a Mi lado, contra Mí está; y el que a Mi lado no recoge, desparrama” (Lc. 11:23). ¿Con quién está usted? ¿Cuál causa apoya usted? ¿La de fariseos y Herodes o la de Cristo y su evangelio?

Para nosotros, los que hemos sido iluminados con la luz del evangelio de la gracia de Jesús, solo Él es nuestro sustento, nuestra vida, y nuestra gloria eterna. Por tanto, las levaduras de los fariseos y Herodes, aunque prometen mucho y vienen envueltas en palabras hermosas, sabemos que no son mas que un mensaje engañoso que no entrega vida, sino muerte. Hermanos míos, guardémonos de la levadura de los fariseos y de la de Herodes, ¡hoy y siempre!

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