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Identificando la contienda de hoy

Renovación. La última palabra en la restauración del gozo a los quebrantados sexualmente. Nuestra renovación diaria tiene tres partes.

Primero, ¿dónde está la contienda de hoy? Tu batalla siempre se libra en el paso a paso, no de una sola vez. La «contienda de hoy» es donde encuentras la ayuda de Dios. Una visión clara de lo que enfrentas define tus «puntos de decisión», las bifurcaciones del camino que tienes ante ti. ¿Dónde te sientes tentado ahora? Puede que sea sexualmente. Pero recuerda que la contienda no siempre tiene que ver con el sexo. Dios tiene en cuenta muchos aspectos mientras trabaja en nuestra santificación. ¿Cómo estás manejando las presiones de la vida? ¿Te quejas o estás ansioso? ¿La justicia propia te hace estar a la defensiva y juzgar? ¿Estás trabajando demasiado o eres perezoso y escapista? ¿Te olvidas de Dios? ¿Cuál es tu relación con el dinero? Cada vez te defiendes bien en cualquier área, esto tendrá efectos en cadena en todas las demás áreas de la vida.

¿Es la sexualidad oscurecida el principal campo de batalla hoy? ¿Dónde está el punto de decisión de hoy? La lucha actual es el lugar donde el Viñador está podando. Es donde se necesita el apoyo vital de la Vid. Hacer nuevas todas las cosas es siempre algo que ocurre hoy. Restaurar el gozo puro no es una teoría. Es lo que está sucediendo aquí y ahora. No se trata de perfección instantánea (espero que eso esté claro).

No se trata del ayer. Si todavía estás rumiando y obsesionándote con los fracasos de ayer, entonces el punto de decisión de hoy es «¿Cómo manejas el fracaso?». ¿Puedes dejar de encerrarte en ti mismo después de caer y comenzar a lidiar con tus pecados confiando en las misericordias gratuitas? Siempre necesitarás a tu Padre, Salvador y Consolador para que te ayuden, te perdonen y te enseñen. Hay que identificar el problema de hoy.

Encontrar a Dios en los problemas de hoy

En segundo lugar, ¿qué aspecto de Dios en Cristo habla directamente de los problemas de hoy? Así como no cambiamos de una vez, tampoco asimilamos toda la verdad en una transfusión bíblica masiva. Somos gente sencilla. No puedes recordar diez cosas a la vez. Invariablemente, si pudieras recordar solo una verdad vital en el momento de la prueba y luego buscar a tu Dios, serías diferente. Los versículos de la Biblia no son mágicos. Pero las palabras de Dios son revelaciones de Dios para nuestra redención. Cuando realmente recuerdas a Dios, no pecas. La única manera en que pecamos es suprimiendo a Dios, olvidando, silenciando Su voz, cambiando de canal y escuchando otras voces. Cuando realmente recuerdas, realmente cambias. De hecho, recordar es el primer cambio.

Las palabras de Dios son revelaciones de Dios para nuestra redención

He aquí un ejemplo sencillo. Dios dice muchas veces: «Yo estoy contigo». Esas son Sus palabras exactas. ¿Cómo tomar eso en serio cambia totalmente el guión de tu oscuridad sexual? ¿Qué pasa si te enfrentas a una tentación de inmoralidad? Para empezar, nada es privado; no hay secretos posibles. «Yo estoy contigo». «Yo… estoy… contigo». Dilo de diez maneras diferentes. Repítelo como lo hace el Salmo 23:4: «Tú estás conmigo». Despacio. Acelera. Dilo en voz alta. Probablemente descubrirás que inmediatamente necesitas decir más: «Tú estás conmigo. Ayúdame. Haz que lo sepa. Ten piedad de mí. No me abandones. Te necesito. Hazme entender».

Verás que las voces que compiten, mienten y tientan se hacen más evidentes. Son astutas y argumentativas. Tratarán de ahogar la realidad de Dios. Se burlarán de lo que Dios dice. Se burlarán de ti. Buscarán seducirte o dominarte para sumergirte en un oscuro universo paralelo que no tiene a Dios.

En la medida en que recuerdes que tu Señor está contigo y lo busques, entonces esas otras voces sonarán desviadas, ruines y hostiles a tu bienestar. ¿Cómo han podido sonar tan atractivas? El contraste, la batalla de voluntades, el conflicto entre el bien y el mal será más evidente. Tu decisión inmediata —¿cuál voz escucharé?— se volverá clara. Recordar lo que es verdad no supone una victoria automática. Pero hacemos cosas secretas solo cuando nos engañamos a nosotros mismos. Cada vez que recuerdas que estás en público, entonces vives una vida en público. «Yo estoy contigo» significa que siempre estás en público.

Incluso si pecas por una decisión prepotente, seguirás estando a plena luz del día ante los ojos escrutadores de Dios. Él sigue estando aquí. Puedes abrir los ojos, escuchar y darte la vuelta para encontrar ayuda. El que te ama dice «Yo estoy contigo» para despertarte y animarte.

¿Qué pasa si hoy te enfrentas a una lucha diferente? ¿Qué pasa si te sientes abrumado por la soledad y el miedo, enterrado bajo tu dolor, abandonado y traicionado por la gente? «Yo estoy contigo». «Yo estoy contigo». «Yo estoy contigo». Una vez más, cuando realmente escuchas eso y lo llevas a tu corazón, sabes que no estás solo. Estás a salvo. La lujuria manipuladora y violenta de alguien te violó; el amor firme de Dios nunca te traiciona.

¿O qué pasa si estás abrumado por la suciedad de los fracasos del pasado? Te sientes culpable, avergonzado, inaceptable y te preguntas: «¿Cómo podría Dios aceptarme?». Él responde: «Yo estoy contigo». Dios no se escandaliza por la fealdad de tus males en tiempo real. Vino a dar Su vida por el pecador «más grande» (como se llama Pablo dos veces 1 Tim 1:15-16). Cristo perdona realmente. Verdaderamente.

Sea cual sea tu lucha, «Yo estoy contigo» cambia el terreno de la batalla. Empiezas a ver la bifurcación del camino. Hay un camino de vida. Tus decisiones cuentan y puedes escoger la vida. Un buen camino va cuesta arriba hacia la luz, donde antes solo sabías tropezar hacia el borde del abismo.

Hablar y caminar con Dios

Tercero, coloca los problemas y a Dios juntos. Empieza a hablar y a caminar. Ya empezamos a hacerlo en estos párrafos anteriores. Era imposible identificar los puntos de decisión y ofrecer promesas y revelaciones de Dios sin empezar a captar las respuestas humanas honestas: la fe en Dios y el amor constructivo hacia los demás. Como en los Salmos, poner juntos los problemas y a Dios y hablar de ello. El «recordar» no es una recitación mecánica de versículos bíblicos. Hoy estás buscando ayuda. Eso importa, aunque sepas que mañana, el mes que viene o el año que viene tu batalla mutará en alguna forma nueva. Todavía no somos lo que seremos, pero estamos creciendo hacia ello, paso a paso en la vida real.

Todavía no somos lo que seremos, pero estamos creciendo hacia ello, paso a paso en la vida real

Caminar en la luz no es magia. Cuando puedes ver más claramente la bifurcación del camino (la contienda de hoy), y cuando ves y oyes más claramente a tu Señor (algo que Él dice), entonces empiezas a necesitar, a hablar y a confiar. Entonces empiezas a tomar la decisión dura, significativa y alegre de amar a las personas hoy.

Entra en acción en la contienda de hoy. Esa es nuestra última palabra. Nos lleva hasta donde nuestro Salvador interviene para marcar la diferencia. Es donde nuestro Padre nos está haciendo más fructíferos. Es exactamente donde el Espíritu de vida nos está renovando a Su imagen de luz y deleite.


Este artículo ha sido adaptado de Making All Things New: Restoring Joy to the Sexually Broken [Haciendo nuevas todas las cosas: Restaurando el gozo a los sexualmente quebrantados] de David Powlison.

Publicado originalmente en Crossway. Traducido por Equipo Coalición.
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