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“Sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa [apología] ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia” (1 Pedro 3:15, énfasis añadido).

“Apologética” viene de la palabra griega “apología”, y significa defensa. Esta se menciona en 1 Pedro 3:15.

La apologética es la defensa formal del cristianismo. Con el paso de los años, la apologética se ha vuelto un tema de estudio muy relevante pues ayuda a que hombres de Dios presenten defensa de la fe ante los desafíos que presenta cada generación. Esta explica las razones de la existencia del cristianismo y provee respuestas a las objeciones con respecto a la fe. El apóstol Pedro hizo un llamado muy claro sobre las condiciones básicas para que se dé la defensa de la fe (1 P 3:15-16). Esta es una tarea que no está limitada a un grupo de cristianos conocedores de la Palabra, sino para todo hijo de Dios.

La apologética cristiana tiene una historia larga, desde los primeros días de la iglesia hasta los escritos más recientes de C. S. Lewis o William Lane Craig. Los métodos incluyen los argumentos y apelaciones a las profecías cumplidas, arqueología y vidas cambiadas. Los temas incluyen la existencia de Dios, la confiabilidad de las Escrituras, el problema del mal, la deidad de Cristo y la resurrección.

La existencia o aseidad de Dios

Esta doctrina afirma que Dios tiene vida dentro de sí mismo y no depende de nada más para su existencia. Él es el Dios vivo que ha existido siempre. Como Señor, da vida a todos y no necesita nada (Jer 2:13; Jn 5:26; Hch 17: 24-25).

La confiabilidad y perspicuidad de las Escrituras

Necesitamos la revelación especial de Dios en su Palabra para aprender el mensaje de salvación, el cual no se revela en la recepción general de la creación o la consciencia. La claridad (o perspicuidad) de la Escritura significa que Dios ha producido la Escritura para que las personas sean capaces de entender su mensaje básico (Sal 19:1-6). Esto no significa que todas las cosas en ella son igualmente fáciles de entender. Significa, en cambio, que el evangelio y las enseñanzas básicas de la Biblia se pueden entender.

El problema del mal

Presenta el desafío de cómo reconciliar la existencia del mal, la omnipotencia de Dios y la bondad de Dios. La existencia del mal pone en tela de juicio el poder o la bondad de Dios. Si tiene poder para detener el mal y no lo hace, esto pareciera desafiar su bondad. Si es bueno y no detiene el mal, esto pareciera desafiar su poder. Un intento de resolver el problema del mal se llama teodicea.

La deidad de Cristo

Esta doctrina describe la condición de Jesús como Dios. Es una verdad esencial, porque la salvación depende de que Jesús sea Dios (y hombre). La Escritura proclama que Jesús es Dios de muchas maneras. Lo identifica con Dios. Se aplica a los pasajes del Antiguo Testamento que se refieren a “Yahvé”. El Nuevo Testamento también llama a Jesús “Dios” (Jn 1:1; 20:28; Ro 9:5; Tit 2:13; He 1: 8; 2 P 1:1).

El objetivo de la apologética es la persuasión y se busca tanto el fortalecimiento de los creyentes como también remover los obstáculos a la fe para los incrédulos.

Nota del editor: 

Este artículo es un fragmento adaptado del libro Diccionario conciso de términos teológicos, escrito por Christopher W. Morgan y Robert A. Peterson. Este recurso será publicado próximamente en nuestro idioma por B&H Español. Te animamos a visitar el sitio web de la editorial para estar atento a su publicación.

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