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5 maneras en que los hijos adultos pueden amar a sus padres

Seamos honestos. No es sencillo tener una buena relación con nuestros padres.

Mis padres son chinos y yo nací en los Estados Unidos. Por lo tanto, su estilo de crianza fue diferente, bastante estricta y con poco diálogo. Esto se vio agravado por nuestra comunicación y otras barreras culturales.

Pero solo porque nuestra relación con nuestros padres era pobre cuando éramos niños no significa que la relación no pueda cambiar. Como hijos adultos, tenemos la oportunidad de caminar junto a nuestros padres mientras buscamos honrarlos y amarlos, como Dios nos llama a hacerlo. Esto nos permite hacer que Cristo y Sus caminos sean hermosos para ellos.

1. Dios quiere que les ministres.

Para mi vergüenza (la cual merezco), pecaminosamente consideré a mis padres como personas a quien debía soportar, especialmente en los regaños interminables con el menear de los dedos y el ceño fruncido. Gracias a Dios, Él me convenció de mi error. Desde entonces he encontrado (y creado) oportunidades para acercarme en amor mis padres.

El Señor nos ha puesto en la vida de nuestros padres para que podamos ministrarles Su gracia. Ellos también necesitan oración, sabiduría divina, y comunidad bíblica mientras luchan contra el mundo, la carne, y el diablo. Ciertamente requiere paciencia, estrategia, gracia, y determinación. Pero ¡por supuesto que lo requiere!, porque Dios desea que amemos como Él ama, con gracia, misericordia, y determinación feroz.

Dios nos ha puesto en la vida de nuestros padres para que podamos ministrarles Su gracia.

2. Busca conocerlos.

Por un lado, esto es arriesgado. Podrías preguntarle a tu mamá: “Cuéntame otra vez, mamá, sobre cómo no tuviste la oportunidad de ir a la escuela”, y ella podría regañarte en respuesta: “No tuvimos la misma oportunidad que te hemos dado. Así que será mejor que no lo arruines”.

Pero con paciencia, gentileza, y curiosidad genuina, tus padres podrían convencerse de que intentas conocerlos y amarlos.

Me gusta preguntarle a mis padres sobre eventos específicos en su pasado. Me han compartido sobre su educación, la historia familiar, y la historia laboral. Aprendí cómo partieron de Malasia para establecerse en Londres y luego en Estados Unidos, viviendo en Yonkers, Dallas, y ahora en el sur de California. Escuchar sus historias y verlos reír mientras recordaban los tiempos difíciles y las alegrías se hizo más agradable cuando, en unas vacaciones familiares, fuimos a visitar el antiguo apartamento de mis padres en Yonkers.

Cuanto más conozcas a tus padres, más podrás amarlos en palabra y hecho.

Cuanto más conozcas a tus padres, más podrás amarlos en palabra y hecho.

3. Intenta encontrar intereses mutuos.

Mi relación con mi padre mejoró cuando comenzó a enseñarme cómo seguir la bolsa de valores y hacer transacciones. Aunque fue hace casi 20 años, todavía recuerdo lo que me enseñó como si fuera ayer.

Aunque no he hecho negocios por mi cuenta durante más de una década, las conversaciones con mi padre sobre el mercado han continuado. Puedo escuchar no solo su análisis financiero, sino también cómo le va con los altibajos del mercado.

Nuestras conversaciones sobre finanzas han traído grandes dividendos en nuestra relación como padre e hijo. En estas conversaciones hay oportunidades para alentarle con verdades bíblicas, como por ejemplo, la importancia de administrar el dinero que Dios nos ha dado mientras no fijamos nuestra “esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos” (1 Ti. 6:17). El Señor también ha guiado nuestras conversaciones en otras direcciones, animándonos mutuamente.

Encuentra y acércate a tus padres a través de los intereses mutuos. Al hacer cosas juntos (ya sea probando nuevos restaurantes, caminando juntos, o viendo películas), concéntrate en la relación. Escucha a tus padres, haz esfuerzos de conversación, y construye recuerdos.

4. Busca la sabiduría.

Cuando buscas la sabiduría de tus padres, demuestras que honras sus experiencias y opiniones. Recuerdo la primera vez que le pedí orientación a mis padres. ¡Ya tenía 23 años! Qué tonto había sido por negarme a pedirles consejo durante tanto tiempo.

Ahora bien, escuchar su sabiduría no siempre significa que debas hacer lo que te dicen. Si estás viviendo separado de tus padres, uno espera que ya entiendan ese punto. Pero lo apreciarán aun más si vives de manera independiente pero todavía así buscas su opinión.

Hay tantas cosas que puedes preguntarles, como lo que habrían hecho diferente con respecto al matrimonio, la crianza de los hijos, sus trabajos, etc. Si son cristianos, pregúntales cómo el seguir a Cristo ha afectado sus vidas en relación con esos temas. Podrías obtener gran sabiduría. O puede que no. Pero está bien. El solo hecho de buscar la sabiduría de tus padres fortalece su confianza en ti y demuestra aprecio y respeto, lo cual los honra.

5. Hablen de Cristo.

Como cristiano, tu ministerio con tus padres debe ser claramente cristiano: forjado en el amor de Cristo, hablando sobre el evangelio de Cristo, buscando la gloria de Cristo.

Si buscas conocerlos, acercarte a ellos a través de sus intereses y buscar su sabiduría, tendrás muchas oportunidades para hablarles desde una cosmovisión cristiana sobre las cosas más importantes de la vida.

Como cristiano, tu ministerio con tus padres debe ser claramente cristiano: forjado en el amor de Cristo, hablando sobre el evangelio de Cristo, buscando la gloria de Cristo.

Ya sea que sean cristianos o no, tal vez aprendan de ti lo que significa vivir una vida centrada en Cristo, una vida en la que el evangelio transforma todas las facetas de vivir en el mundo de Dios. Tienes la oportunidad de representar a tu Señor y Salvador como embajador al mostrarles a tus padres que la vida debe honrar y vivirse bajo el reinado de Cristo.

Honrarlos

Sabemos que los niños deben honrar a sus padres (Éx. 20:12; Ef. 6:1). En nuestros años de juventud, esto significa someterse a su autoridad. Pero a medida que entramos en la edad adulta, honrar a nuestros padres implica una medida de madurez y ministerio.

Así que honremos a nuestros padres y, al hacerlo, honremos al Señor.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.
Imagen: Lightstock.
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