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Mi esposa Ester y yo vivimos en la pequeña casa pastoral al lado de nuestra iglesia. También Isaías. También Noemí.

Con nombres bíblicos como estos, se podría pensar que Isaías y Noemí serían los compañeros de cuarto ideales. Pero nos hemos dado cuenta de que Isaías (que acaba de cumplir tres) puede ser muy temperamental, y de que Noemí (que acaba de cumplir un año) tiene un potente conjunto de cuerdas vocales.

Me encanta ser padre, y tenemos niños estupendos. Me dan mucha alegría. Pero no siempre es fácil. Tener hijos cambia al matrimonio permanentemente. Tratas de tener una conversación y eres constantemente interrumpido; planeas tiempo para conectar y estás completamente agotado; intentas planificar una noche de cita y luego te das cuenta de lo caro que es una niñera. Ya entiendes la idea.

Últimamente, he estado pensando en algo que mi madre dijo una vez: ser padre, a pesar de todo el estrés que pueda poner en tu matrimonio, también permite que tu matrimonio crezca más profundo y sea más enriquecido. Es como ir a la batalla con alguien, volver a casa, y luego darse cuenta de los buenos amigos en que se han convertido porque estuvieron juntos en las trincheras. Así que, estoy aprendiendo a ver esta etapa de desafío como una oportunidad para nuestro matrimonio, no simplemente una fase que soportar.

Después de mi caminar con Cristo, nada debería tener una mayor prioridad en mi vida que cultivar la intimidad y la amistad con mi esposa, ni siquiera ser padre. De hecho, sé que no puedo ser el padre que Dios me llama a ser a menos que mi matrimonio sea fuerte. Estas son algunas de las estrategias sobre las que hemos reflexionado, que podrían ser útiles para otros padres jóvenes en una etapa de vida similar.

Diez estrategias para el crecimiento

1. Besa/abraza/halaga intencionalmente a tu cónyuge durante el día

Que esta sea la primera cosa que hagas cuando llegues a casa cada día. Soy atropellado por mis hijos en la puerta principal, que quieren jugar a las luchas. Quiero darles atención, pero también quiero que vean que Ester es una prioridad que nada puede desplazar. Pequeñas cuotas diarias de contacto, afirmación y atención, ayudan.

2. Gasta dinero para niñeras y vacaciones lo más que puedas

Es caro, pero es una buena inversión. Al planear una noche de cita, a menudo pienso: “¿Podemos permitirnos esto?”. Pero cuando lo hacemos, siempre pienso: “Estoy contento de haber hecho esto, lo necesitábamos”. Es tan importante tener momentos de risa, de recreación, y de juego con tu cónyuge. El viejo dicho es cursi, pero cierto: “Las familias que juegan juntas permanecen juntas”.

3. Hagan caminatas

Esto ha marcado la diferencia para nosotros, porque nuestros hijos son realmente tranquilos en sus sillas de bebé. Hacemos ejercicio y mantenemos una conversación prolongada, cosas que pueden ser desplazadas fácilmente cuando la vida es ajetreada. Si caminar no funciona, tal vez puedan buscar otro pasatiempo juntos.

4. Tengan citas creativas

Hemos desarrollado nuestra propia “cita” semanal en casa, que por lo general consiste en acostar temprano a los niños, leer un capítulo del libro de mi abuela sobre el matrimonio, hablar de la vida, y jugar un juego de mesa. Tener una “noche de cita en casa” ahorra dinero y reduce la tiranía de la TV constante en las noches.

5. Envíense mensajes de texto durante todo el día

No me gusta la forma en que la tecnología siempre me está distrayendo del presente, pero si hay una persona con la que quiero estar en un diálogo de texto continuo, es con mi esposa. Es una pequeña cosa que ayuda aún más a nuestra amistad, chistes, y diversión. Esto demuestra que estoy pensando en ella. Es una manera de comunicarse que no puede ser interrumpida por un bebé que llora.

6. Planifiquen tiempo para estar juntos íntimamente

A veces los padres de niños pequeños tienen dificultades para encontrar tiempo para la intimidad. No tengan miedo de planear esto en su horario semanal. El sexo planeado es mejor que no tener relaciones sexuales, y es una manera de mostrar tu compromiso en esta área de tu matrimonio durante una etapa ocupada.

7. Hagan espacio para leer la Biblia y orar juntos

El no poder hacer devocionales juntos es una oportunidad perdida. Tu cónyuge probablemente te conoce mejor que nadie más, y por lo tanto es la mejor persona para afilarte espiritualmente.

8. Toma interés en la vida diaria de tu cónyuge

Es más fácil distanciarse cuando estás desconectado de lo que está ocupando a tu cónyuge durante todo el día. Si trabaja, hazle un montón de preguntas acerca de lo que está pasando en la oficina, y sé su mayor defensor y partidario. Si se queda en casa, ayúdala con los quehaceres para que sepas y aprecies todo lo que hace en torno a la casa.

9. Cultiva la compasión por la mayor debilidad de tu cónyuge

Ser padre puede traer a la superficie los miedos más profundos, pecados, y fracasos de tu cónyuge. Es fácil despreciar esas cosas, sobre todo en la medida en que son diferentes de tus propias luchas. Aquí hay algunas maneras de pelear contra dicha sentencia:

  • Recuerda y lamenta tu propio pecado.
  • Pide al Señor ternura especial y compasión.
  • No provoques a tu cónyuge con sarcasmo.
  • Habla con respeto a tus amigos acerca de tu cónyuge, en lugar de quejarte.
  • Exhibe toneladas de paciencia y dulzura cuando hablen de sus debilidades (si es necesario discutirlas en absoluto).

10. Persigue el corazón de tu cónyuge

¿En qué está interesada ​​en estos días? ¿Qué hay en su muro de Facebook? ¿Cuáles son sus temores acerca de los próximos 18 meses? ¿Qué canciones le gustan actualmente? Estúdialas. Cultiven juntos las “bromas internas”. Mantén secretos con ella, no de ella (eso edifica la intimidad a lo largo de los años). Haz que tu meta de toda la vida sea enamorarla tanto como lo hiciste cuando eran novios, en cada etapa del matrimonio.

Satanás y nuestra cultura nos bombardean con la mentira de que los amoríos son más emocionantes que la fidelidad. Un aspecto de nuestro testimonio del evangelio es encarnar la verdad real de que el compromiso absoluto de unión es el camino al verdadero gozo. Lo que es interesante en cualquier relación romántica, cualquiera sea la intimidad que tu corazón anhela, cualquiera sea la fuerza que tengas para ofrecer a otra persona, el objetivo del matrimonio es verter todo eso en una persona por el resto de tu vida. Esta es la estrategia de Dios, y es la forma más satisfactoria para vivir. Cultivemos matrimonios que apunten a la belleza y a la realidad de Cristo en nuestras vidas.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Gimena M. Molina. Crédito de imagen: Lightstock.
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