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Para tu consideración, lo siguiente es un breve resumen de las evidencias de la real, verdadera, e histórica resurrección de Jesús Mesías.

1. Hay cuatro biografías antiguas de Jesús. Todas fueron escritas por testigos oculares y/o basados en el testimonio de testigos oculares. Fueron escritas y circularon mientras muchos otros testigos oculares seguían vivos. Todas estas biografías dicen que Jesús resucitó de entre los muertos. Estas biografías se complementan con cartas escritas por testigos oculares, mientras muchos otros testigos oculares aún estaban vivos. Estas cartas antiguas afirman que Jesús murió por crucifixión y que resucitó de entre los muertos al tercer día.

2. Escritores paganos y judíos informan que los cristianos creían que Jesús resucitó de entre los muertos. 

3. Muchos de los principales testigos oculares de la resurrección de Jesús murieron por afirmar que Jesús había resucitado. Probablemente hubieran salvado sus vidas si se hubieran retractado. Esto es muy significativo. Sabemos que la gente morirá por una causa. Pero estos hombres y mujeres murieron por una serie de hechos. Fueron a su tumba en lugar de decir que los hechos eran falsos. Murieron porque dijeron que los hechos de la crucifixión y resurrección de Jesús eran verdaderos.

La evidencia histórica muestra que: la tumba estaba vacía, el lienzo fue dejado atrás; la piedra que fue rodada; el cuerpo de Jesús nunca fue encontrado; y nadie afirmó haberlo robado

4. La historia narrada por Juan en calidad de testigo ocular es muy importante. Muchas personas hoy afirman que la historia de Juan (como otras historias de testigos oculares) debe ser entendida como una historia simbólica y metafórica. Sin embargo, sabemos que Juan entendió claramente la diferencia entre contar un relato histórico y contar una historia llena de símbolos y metáforas. ¿Por qué? Porque escribió dos libros, uno que claramente afirma ser histórico (ahora conocemos este libro como El Evangelio de Juan) y un libro que es claramente está lleno de símbolos y metáforas (ahora lo conocemos como El libro de Apocalipsis). Por lo tanto, Juan es un testigo importante de lo que sucedió en la muerte y resurrección de Jesús.

5. La evidencia histórica muestra que: la tumba estaba vacía; el lienzo de sepultura fue cuidadosamente dejado atrás; la piedra que encierra la tumba fue rodada; el cuerpo de Jesús nunca fue encontrado; la tumba había sido custodiada por soldados romanos; y nadie afirmó haber robado el cuerpo. La presencia de los lienzos es significativa ya que las especias unidas a la tela eran valiosas. Cualquier persona que fuera a retirar el cuerpo con fines lucrativos o por vandalismo, habría quitado el cuerpo envuelto y tomado la valiosa mezcla del lienzo a su conveniencia. De hecho, la colocación del lienzo, así como la colocación de la piedra, encajan perfectamente con la resurrección como causa del hecho, en vez de la causa haber sido la intervención humana.

6. Existen (sin contar a Pablo) once momentos registrados en que Jesús apareció a la gente, demostrando que Él había resucitado. Estas apariciones fueron a: hombres y mujeres, individuos, parejas, grupos, y al menos una multitud. Las apariciones fueron en el interior de un lugar así como al aire libre, en diferentes localidades, y en diferentes momentos del día. Jesús fue tocado físicamente, escuchado audiblemente, visto visualmente, y comió comida en presencia de testigos. Ninguno de estos testigos creyó que Jesús resucitaría de entre los muertos antes de resucitar de entre los muertos. Todos ellos lo conocían antes de su muerte, así que sabían que Él era el mismo Jesús que murió en la cruz.

Jesús declaró que su muerte y resurrección serían una “señal” que afirmaría quién Él era, lo que Él enseñó, y lo que Él lograría a través de ellas

7. Un crecimiento masivo del movimiento cristiano se produjo en el mismo lugar donde Jesús murió y fue enterrado. Este movimiento se centró en la afirmación de que la tumba estaba vacía y de que Jesús verdaderamente había resucitado. Este crecimiento masivo ocurrió pocas semanas después de la muerte y resurrección de Jesús en el lugar donde Él murió. El crecimiento se produjo a pesar de la hostilidad, la oposición, y la persecución de los líderes civiles y religiosos.

8. La muerte y resurrección de Jesús no fue un evento aleatorio. Jesús predijo que Él moriría por crucifixión, sería enterrado, y resucitaría de entre los muertos. Su predicción de que Él moriría por crucifixión es muy significativa. El no podía controlar eso. La crucifixión era un medio de muerte reservado a las autoridades romanas imperiales. Jesús declaró, razonablemente, que su muerte por crucifixión y su resurrección al tercer día serían una “señal” que afirmaría quién Él era, lo que Él enseñó, y lo que Él lograría a través de su muerte y resurrección.

9. La muerte y resurrección de Jesús también tuvo lugar en el contexto de siglos de profecía que este Mesías vendría de Dios, moriría, y resucitaría. Jesús mismo afirmó que su vida, muerte, y resurrección eran un cumplimiento de estas profecías.

10. Hay más. La muerte y resurrección de Jesús tienen lugar en el contexto de una historia de profundos y poderosos conocimientos sobre la condición humana. Su vida, muerte, y resurrección tuvieron lugar en el contexto de un grupo de escritos que han demostrado por siglos ser sabios y perspicaces sobre la condición humana. Estos escritos han sido la base para el desarrollo de la ciencia, los derechos humanos, y el buen gobierno. La vida, muerte, y resurrección de Jesús tuvieron lugar en el contexto de una cosmovisión que es sin igual en su amplitud, profundidad, coherencia, consistencia, y poder emocional y racional.

Amigos, consideren a Jesús, el Salvador crucificado y resucitado, Señor amoroso. Vengan a Él con humilde confianza.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition: Canada . Traducido por Diana Rodriguez.
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