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Es probable que alguna vez hayas escuchado la frase: «Yo soy espiritual, pero no religioso». Afirmaciones como esta se deben a que el hombre siempre ha buscado la espiritualidad y al hecho de que la cultura actual ofrece una serie de aparentes caminos hacia ella. Sin embargo, estas solo son rutas incorrectas que llevan a las personas hacia una adoración falsa.

El cristiano es llamado a vivir en la verdad y esto lo puede lograr si basa su experiencia espiritual en la Palabra de Dios. En su libro En espíritu y en verdad: Una introducción a la espiritualidad bíblica (B&H Español), el pastor Samuel E. Masters brinda una introducción robusta e inteligible a lo que significa la espiritualidad bíblica.

El autor aclara que el propósito de esta obra es «ayudar al creyente evangélico a entender las bases bíblicas de su experiencia espiritual» (p. 46). La obra se divide en dieciocho capítulos organizados en cuatro secciones. En la primera y la segunda sección, se describe qué es la espiritualidad de acuerdo con la cultura y, en contraposición, se define qué es la espiritualidad bíblica. En las últimas secciones, se analiza la lucha del creyente contra su pecado y cómo puede buscar su crecimiento espiritual centrado en el evangelio.

En espíritu y en verdad

En espíritu y en verdad

B&H Español. 226 páginas.

El cristiano es llamado a vivir en la verdad y esto lo puede lograr si basa su experiencia espiritual en la Palabra de Dios. En su libro En espíritu y en verdad: Una introducción a la espiritualidad bíblica (B&H Español), el pastor Samuel E. Masters brinda una introducción robusta e inteligible a lo que significa la espiritualidad bíblica.

B&H Español. 226 páginas.

El libro comienza explicando que el hombre está en busca de algo profundo y superior en la espiritualidad del mundo, pero en la espiritualidad bíblica es Dios quien busca al hombre para revelarse a Él. Asimismo, presenta el proceso del nuevo nacimiento que viene junto con la unión con Cristo.

Veamos algunas de las claves que ofrece este excelente libro para comprender la espiritualidad bíblica.

1) La humanidad tiene una visión distorsionada de la espiritualidad.

Los sistemas de espiritualidad del mundo parecen ser vías hacia la piedad. Sin embargo, basta con acercarse a ellos un poco para notar que en realidad son monumentos al ego.

De acuerdo con lo que Masters afirma, «la tendencia histórica de nuestra raza es satisfacer sus inquietudes espirituales construyendo sistemas de esfuerzo propio» (p. 32). Esto da lugar a «la cosmovisión selfi», la cual piensa y actúa con base en este pensamiento: «es agradable sentirme el centro de mi universo», pero al final —afirma Masters— «es un circuito cerrado. Como Narciso, “no veo nada más que mi propio reflejo”» (p. 35).

De esta manera, el ser humano llega a convencerse de que existe la opción de crear una espiritualidad hecha a su medida. En palabras del autor, se trata de…

«…una espiritualidad que nos puede calmar los nervios, bajar el estrés y orientarnos en este mundo ya desprovisto de señalamientos que nos guíen. De la religión de nuestra familia conservamos algo, pero eliminamos aquello que simplemente no nos gusta, nos hace sentir culpa o nos exija demasiado compromiso. Sumamos algún libro de autoayuda que nos convence de nuestro gran potencial como ser humano» (p. 36).

Ante este escenario, la Escritura es la luz que la humanidad necesita. Es por eso que necesitamos una visión bíblica para un tema tan importante como lo es la espiritualidad.

2) La Escritura tiene una visión correcta de la espiritualidad.

Resulta difícil e incorrecto definir qué es lo espiritual en los términos del mundo, pues no hay un consenso debido a que cada individuo determina qué es la espiritualidad y cómo debe practicarse; lo lamentable es que lo hacen con «los recursos limitados de sus propias almas» (p. 84). Sin embargo, esto no pasa con la espiritualidad bíblica, pues esta no se centra en el hombre sino que está basada en las directrices bíblicas y «siempre pasa por la cruz» (p. 54).

La espiritualidad bíblica está regida por Dios. La devoción de los creyentes apunta hacia Él porque la Palabra revelada nos da las pautas sobre cómo tener comunión con nuestro Creador. Veamos algunas cualidades de lo que es la espiritualidad definida por la Biblia:

«La espiritualidad bíblica comienzaal nacer de nuevo» (p. 44; cp. Jn 3:6-7; Tit 3:5; cursiva añadida).

«La espiritualidad bíblica consiste en conocer de forma personal e íntima a Dios. Por la lectura de la Biblia llegamos a conocer a Dios personalmente. El mismo Espíritu que inspiró las Escrituras nos ayuda a entenderlas. Encontramos que son palabras vivientes» (p. 74; cp. Jn 16:13-15; 17:3; 1 S 15:22).

«La espiritualidad bíblica siempre se distingue como una espiritualidad de la Palabra» (p. 70; cp. Jn 14:15-21).

Es necesario nacer de nuevo para acceder a todas las bendiciones que implica tener comunión con el Dios trino (Jn 3:6-7). El autor explica que esto no es solo la apertura hacia una experiencia espiritual a manera de espectador, sino que se trata de una unión con Cristo que requiere de un involucramiento total e íntimo con el Señor, al cual nos llama Dios (Ef 1:3-10).

«De esto trata la espiritualidad bíblica: significa tener una relación con Dios, estar unido a Cristo para ser moldeado con el fin de parecerse cada vez más a Él… Cristo se encuentra aferrado a nosotros por el Espíritu. A la vez, nosotros estamos aferrados a Cristo por el regalo de la fe. El Espíritu y la fe funcionan como anclas imbatibles del alma que vencen cualquier tormenta» (p. 78).

Haciendo eco de lo que el apóstol Pablo enseña, la tercera y cuarta sección de este libro nos muestran cómo en el corazón del hombre que ha nacido de nuevo se libra una lucha por hacer el bien, pero su naturaleza pecaminosa se levanta como un fuerte oponente interno (Gá 5:17; cp. Ro 8:21-23). Si bien esta lucha es intensa, ha sido ganada por Cristo en la cruz (Ro 8:24-25). Asimismo, Dios proveyó medios de gracia para que el hombre pueda perseverar en el Señor junto a otros creyentes, creciendo en santidad y siendo guiados por el Espíritu Santo.

3) Necesitamos cultivar la espiritualidad en comunidad.

La unión del creyente con Jesús se experimenta tanto en el plano personal como en la comunidad con otros creyentes, porque es parte de un mismo cuerpo espiritual (1 Co 12:12-13). Puede parecer confuso, pero en realidad no lo es. El autor lo explica de la siguiente manera:

«En la filosofía existe un antiguo dilema conocido como el problema de lo uno sobre lo múltiple. Ese dilema produjo la siguiente pregunta: ¿el mundo es una cosa o muchas cosas? Esta pregunta inquietó a Platón y Aristóteles y sigue vigente en muchos campos de estudio aún más allá de la filosofía, como la cosmología y la sociología. La teología la resuelve con la realidad trinitaria: Dios es uno y tres. En la Iglesia ocurre algo similar. La Iglesia es un solo cuerpo compuesto de muchos miembros» (p. 164).

Consciente de la realidad de esta necesidad, en En espíritu y en verdad el pastor Masters motiva al creyente en los capítulos posteriores a promover prácticas de crecimiento en el hogar y la iglesia local. Para ello, el autor comparte cuatro características para desarrollar un culto familiar. También encontrarás ocho disciplinas bíblicas para la lectura y meditación de la Palabra de Dios, y seis elementos clave del modelo de oración de Jesús dados a sus discípulos, conocido como el padrenuestro.

Deseo concluir este artículo con una cita del pastor Masters sobre lo que implica vivir una espiritualidad conforme a la voluntad de Dios:

«Nosotros somos llamados a participar durante esta corta vida como soldados que luchan en contra de los principios de la maldad en el mundo. Debemos matar diariamente al zombi de nuestra carne y debemos izar la bandera del Señor en testimonio ante el mundo» (p. 222).

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