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“Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a la ignominia pública”, Hebreos 6:4-6 (LBLA)

¿Qué significa este pasaje? Quizás es uno de los pasajes más controversiales del Nuevo Testamento y que divide algunas de las vertientes teológicas. Entendemos que este pasaje, primeramente, es una advertencia real para todos los creyentes. Si está en las Escrituras es una advertencia real, que nos está llamando a no dejar nuestra fe.

El libro de los Hebreos está animando a esta comunidad de creyentes a no cometer el pecado de la apostasía o abandonar la fe. El escritor de los Hebreos está animando a esta comunidad a continuar hacia adelante y les está advirtiendo de las consecuencias de abandonar la fe.

Tenemos que ver cuál es la función de esta advertencia. Como en otras partes de las Escrituras, la función es ayudar a los verdaderos creyentes a terminar la carrera. Como en el caso de la disciplina eclesiástica, los verdaderos creyentes van a responder a esta disciplina, de la misma forma un verdadero creyente va a responder a esta advertencia y va a continuar su caminar hasta el fin.

Los dones espirituales no son un indicativo de que una persona es creyente. En los evangelios vemos que Dios mismo le dice algunas personas “nunca los conocí, aunque hablaban profecías” (Mat.7:21-23). Asimismo, cuando dice “que gustaron la buena palabra, que fueron hechos partícipes del Espíritu Santo” (Hebreos 6), fueron personas que fueron parte de la comunidad de creyentes, pero de alguna forma no fueron verdaderos creyentes.

En el contexto de la apostasía, tenemos que ver los capítulos 3 y 4 de Hebreos, donde habla sobre Israel y cómo algunos de éstos participaron de Israel, pero no llegaron a la tierra prometida. Fueron beneficiarios de ser parte del pueblo de Dios, participaron de esa gracia, pero no llegaron a la tierra prometida. De igual manera, hay personas que se beneficiarán de ser parte de la comunidad de creyentes, pero no llegarán a la tierra prometida.

De manera que esta advertencia, por una parte trae juicio a aquellos que no responden a ella, pero trae gracia a aquellos que escuchan la voz del Pastor llamando a Sus ovejas.

El autor de los Hebreos tiene fe de que esta advertencia va hacer el efecto en esa comunidad de creyentes. Lo podemos ver en Hebreos 10:39 donde dice: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma”. Él sabía que la advertencia iba a tener un efecto en la vida de esos creyentes, pues no iban a abandonar la fe, iban a terminar la carrera, como aquellos que en Hebreos 11, por la fe, llegaron hasta la meta.

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