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Las pérdidas de un cristiano que no ora

Aunque Dios es soberano sobre todas las cosas, Él ordena el medio de gracia de la oración. Hay algunas cosas que Él no hará a menos que oremos, aunque Él siempre hace todo lo que se propone (Sal 135:6). El misterio no cambia esta verdad:

«No tienen, porque no piden» (Santiago 4:2).

Si no pides…

1. La obra evangelística será obstaculizada

«La cosecha es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha» (Mt 9:37-38; ver también Col 4:3; 2 Ts 3:1; Ef 6:18-19).

2. Entrarás en más tentación.

«Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal» (Mt. 6:13).

3. No obtendrás lo que deseas.

«Si permanecen en Mí, y Mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho» (Jn 15:7).

4. No puedes probar con éxito que eres discípulo de Cristo.

«…pidan lo que quieran y les será hecho. En esto es glorificado Mi Padre, en que den mucho fruto, y así prueben que son Mis discípulos» (Jn 15:7-8).

5. No tendrás todo el gozo que puedes tener.

«Hasta ahora nada han pedido en Mi nombre; pidan y recibirán, para que su gozo sea completo» (Jn 16:24).

6. Perderás parte de la protección y liberación de Dios.

«…Él aún nos ha de librar. Ustedes también cooperaron con nosotros con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don que nos ha sido impartido por medio de las oraciones de muchos» (2 Co 1:10-11).

7. Con frecuencia, malinterpretarás los caminos de Dios.

«Ahora pues, si he hallado gracia ante Tus ojos, te ruego que me hagas conocer Tus caminos para que yo te conozca y halle gracia ante Tus ojos» (Éx 33:13; ver también Sal 25:4).

8. Seguirás estando preocupado.

«Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús» (Fil 4:6-7).

9. Es posible que algunos no obtengan sanidad.

«¿Sufre alguien entre ustedes? Que haga oración… ¿Está alguien entre ustedes enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará» (Stg 5:13-15).

10. No glorificarás tanto a Dios como pudieras glorificarlo.

«Y todo lo que pidan en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14:13).

11. Perderás de vista gran parte de la belleza de las Escrituras.

«Abre mis ojos, para que vea las maravillas de Tu ley» (Sal 119:18).

12. No lograrás tanto para Dios.

«La oración eficaz del justo puede lograr mucho» (Stg 5:16).

No es de extrañar que una vez la iglesia se «[dedicaba] continuamente» a la oración y los líderes se entregaran «a la oración» (Hch 2:42; 6:4). Podemos comprender por qué Pablo nos amonestó diciendo «perseveren en la oración, velando en ella con acción de gracias» (Col 4:2) y por qué quería «que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas» (1 Ti 2:8). Tiene sentido por qué se cuida a una viuda si ella «continúa en súplicas y oraciones noche y día» (1 Tim 5:5).

El predicador del siglo XIX, Charles Spurgeon, dijo: «La oración es el nervio frágil que mueve el músculo del Omnipotente».

No podemos permitirnos el lujo de no orar.

Pidan, y se les dará (Mt. 7:7).


Publicado originalmente en For The Church. Traducido por Equipo Coalición.
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