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Nota del editor: 

Este artículo es la adaptación de un episodio de podcast publicado originalmente en Teología en tu vida.

¿Qué es la iglesia y por qué es tan importante? Esta pregunta es crucial porque su respuesta explica cómo la teología es la aplicación de la Biblia a la vida de los creyentes. Es en la iglesia local donde se enseña la Biblia, se hacen discípulos y debemos rendir cuentas. Además, es donde los creyentes practicamos los unos con los otros los mandatos de la Escritura. Por lo tanto, la iglesia local es un lugar clave donde nuestra fe se pone en práctica.

Voy a dar una definición un poco larga, pero luego explicaré cada una de sus partes de manera breve: Una iglesia local es un grupo de cristianos que se reúne en el nombre de Cristo de manera regular, tiene un liderazgo bíblico que la guía, le enseña y juntos practican el evangelio, administra bíblicamente las dos ordenanzas y tiene una misión bíblica.

Una iglesia es un grupo de cristianos

Los cristianos son seguidores de Cristo que han puesto su fe en Él. Aunque parezca obvio, una iglesia local es para creyentes. Por supuesto, eso no significa que los no creyentes no sean bienvenidos. Sin embargo, es importante aclarar que la membresía es para los creyentes que componen la iglesia local.

Los cristianos se reúnen en el nombre de Cristo de manera regular

El propósito de estas reuniones es adorar a Jesús con cada actividad que hacemos. Esto significa que las reuniones cristianas, a las cuales llamamos «cultos» (o «servicios»), son mucho más que un grupo de cristianos amigos que se reúnen para ver un partido de fútbol o incluso para estudiar la Biblia. Una iglesia local es un grupo de creyentes que se reúnen para adorar a Jesús.

Una iglesia local es un grupo de creyentes que se reúnen para adorar a Jesús

Este grupo de cristianos tiene un liderazgo bíblico que los guía

El Nuevo Testamento habla de dos puestos en la iglesia: los pastores y los diáconos. Es importante aclarar que las palabras «pastor», «anciano» y «obispo» se refieren a la misma posición de liderazgo. En el Nuevo Testamento estas tres palabras son intercambiables, aunque el más común es el término «anciano». Sin embargo, en nuestros días el término «pastor» es mucho más común. Desde luego, los pastores sirven en la iglesia como líderes. La Biblia es muy clara sobre cuáles son los requisitos establecidos para considerar a un creyente como elegible para ser pastor, anciano u obispo en 1 Timoteo 3, Tito 1 y 1 Pedro 5.

La iglesia local es un lugar donde vemos que el evangelio es vivido entre sus miembros

La Biblia también es clara sobre los requisitos para los diáconos, quienes también sirven en el liderazgo de la iglesia local. Estas son las posiciones o los puestos de liderazgo que encontramos en la Biblia para la iglesia local. Una iglesia bíblica busca tener estas posiciones y obedecer la Biblia sobre quién puede servir en esas posiciones.

Los líderes de la iglesia local enseñan y practican el evangelio

Es verdad que cada creyente es templo del Espíritu Santo (1 Co 3:16), pero para que un grupo de creyentes sea considerado «iglesia local», debe predicar el mensaje cristiano de manera habitual: las Buenas Nuevas de Jesucristo y la salvación que otorga por su muerte en la cruz y su resurrección. Una verdadera iglesia no solo enseña estas verdades, sino que también las practica y las vive con convicción. La iglesia local es un lugar donde vemos que el evangelio es vivido entre sus miembros.

Los creyentes administran las dos ordenanzas de Dios de manera bíblica

Estas dos ordenanzas (o sacramentos) fueron dadas por Dios a la iglesia por medio de la Escritura y forman parte de lo que los creyentes deben enseñar y practicar como parte de la vida en el evangelio.

La primera ordenanza es la Santa Cena o Cena del Señor, la cual es una imagen del evangelio en la que recordamos que Cristo vino al mundo en forma verdaderamente humana y derramó su sangre en la cruz por nuestros pecados. Pablo afirma que debemos practicarla «porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que Él venga» (1 Co 11:26; cp. Lc 22:19). Por lo tanto, esta es una manera en que predicamos el evangelio.

La segunda ordenanza es el bautismo que también constituye una analogía sobre nuestra vieja naturaleza que fue sepultada, y que también testifica que ahora hemos sido hechos nuevas criaturas en Cristo (2 Co 5:17; Tit 3:5; cp. Mt 28:19-20).

La iglesia local tiene una misión bíblica

La misión de la iglesia, resumida en la Gran Comisión, es clara en las palabras dichas por Jesús: 

«Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:19-20).

No hay una categoría en la Biblia para un cristiano que no sea parte de una iglesia local. No puedes obedecer las Escrituras y vivir separado de la iglesia local

Esta misión tiene dos partes: la primera consiste en compartir el evangelio. Cada iglesia tiene la responsabilidad de compartir el evangelio. La segunda demanda que los creyentes hagan discípulos. Compartimos el evangelio no para hacer cristianos nominales solamente, sino para hacer verdaderos discípulos de Cristo. Esta es la misión de la iglesia.

Por todas estas razones es importante que cada cristiano sea parte de una iglesia local. No hay una categoría en la Biblia para un cristiano que no sea parte de una iglesia local. No puedes obedecer las Escrituras y vivir separado de la iglesia local. La Biblia asume que los creyentes serán miembros de una iglesia local, usarán sus dones y crecerán en fe y conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. ¡Hermanos, necesitamos la iglesia local para dar gloria a Dios!

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