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La Biblia está compuesta por sesenta y seis libros, divididos en dos grandes secciones: el Antiguo Testamento (AT) y el Nuevo Testamento (NT). Cada uno de estos libros tiene un género literario predominante y también cuenta con subgéneros entrelazados en sus páginas. Para ser capaces de leer y comprender la Biblia correctamente debemos conocer cada uno de estos géneros literarios. 

Narrativa histórica

La narrativa histórica representa la mayoría de los libros de la Biblia. De hecho, 43% de la Biblia es narrativa histórica; al acercarnos a la Biblia debemos reconocer que los hechos que ella relata son reales. 

Una interpretación correcta de las Escrituras no se trata de lo que significa «para ti», sino de lo que Dios buscó revelarnos por medio de los autores originales

Los textos narrativos del AT fueron escritos originalmente en hebreo y, por lo tanto, siguen patrones de escritura hebrea. Las narrativas hebreas tienen un patrón circular, como si te mostraran dos lados de una misma moneda. Una de las maneras en las que observamos esto es en la repetición de historias con un tono distinto, o en historias que siguen patrones similares con otros personajes.

Por ejemplo, la historia de la creación es contada de dos maneras diferentes: la primera relata los detalles del orden de la creación y la segunda presenta un resumen del estado original y final de lo que Dios había creado, enfocándose en la creación del ser humano (ve Gn 1-2:4 y Gn 2:1-25). Al leer ambas historias, tenemos una imagen completa de la narrativa de la creación. La historia de Tamar y Judá (Gn 38) y Rut y Boaz (Rut 3), comparten similitudes, pero sus personajes actúan de una manera distinta, mostrándonos cómo luce una vida que teme al Señor.

Dentro de las narrativas históricas del AT podemos encontrar profecías. Las profecías son mensajes específicos de Dios a Su pueblo en un lugar y tiempo determinado. Contienen imágenes y visiones que pueden ser difíciles de entender, así que lo primero que debemos recordar es que fueron escritas para el pueblo de Dios. Leerlas dentro del contexto histórico del pueblo de Israel cambiará tu entendimiento de ellas. Las profecías no son para nuestra vida personal y tampoco deben leerse sin considerar cómo el evangelio ilumina el pasaje.

Los Evangelios aparecen en el NT y son la narrativa histórica de Jesús en donde se nos muestran Su vida, muerte y resurrección. En ellos también encontraremos parábolas, que están enmarcadas dentro de los recuentos históricos de la vida de Jesús y vienen a ser relatos breves que describen situaciones cotidianas que son contrastadas con una verdad espiritual. 

Aunque las narrativas de la Escritura son historias individuales, tienen un hilo que las conecta. Todas apuntan a una sola gran historia: el plan de redención de Dios al mundo caído. 

¡El Señor nos dio Su Palabra para comunicarse con nosotros, mostrarnos Su carácter y atraernos hacia Él!

Si nos acercamos a estos relatos como lo que son —la historia de la fidelidad de Dios al escoger y redimir para Sí un pueblo— podremos asombrarnos de la fidelidad de Dios y de Su paciencia misericordiosa con Su pueblo escogido y necio que se alejaba de Él constantemente. Esto nos llevará a deleitarnos con Su fidelidad en nuestras vidas y nos llevará a una confianza profunda y firme en Él.

Errores comunes al leer las narrativas históricas:

  • Observar a los personajes como si siempre fueran un ejemplo de cómo vivir.
  • Olvidar que el que Dios haya permitido algo no significa que lo prescriba.
  • Leer como si fuera ficción. 
  • Ignorar el contexto histórico de los eventos. 
  • Leer asumiendo la gramática y escritura del tiempo moderno.

Poesía

La poesía suele ser fácil de identificar en nuestra lectura de la Biblia, aunque leerla y entenderla es más complicado. Al leer poesía debes recordar que se emplea lenguaje simbólico, metáforas, imágenes y expresiones de emociones para comunicar su objetivo. Es importante recordar que estas poesías no fueron escritas dentro de una burbuja de tiempo, sino como respuesta a situaciones en la vida del autor y del pueblo de Dios. 

La poesía transmite alabanzas, lamentos, los atributos de Dios y la manera en la que se sobrepasaron situaciones difíciles. Aunque la mayoría de la poesía está en los Salmos, hay porciones de poesía a través de toda la Escritura, desde Génesis hasta Apocalipsis.

Al leer la poesía de la Escritura podemos ver la gloria de Dios reflejada en los cánticos de Su pueblo. Vemos Su fidelidad y la manera en la que los hombres y mujeres de la fe tenían sus ojos fijos en las promesas y soberanía de Dios. Estas nos apuntan a la esperanza del evangelio y nos alientan a recordar cuán digno Dios es de nuestra confianza absoluta.

La poesía es una invitación a acercarnos al trono de la gracia con confianza

La poesía en las Escrituras es un regalo al pueblo de Dios. A través de ellas Dios nos muestra cómo podemos acercarnos a Él en adoración, en lamento con nuestras luchas, duelos y alegrías. La poesía es una invitación a acercarnos al trono de la gracia con confianza (Heb 4:16). 

Errores comunes al leer la poesía:

  • Ignorar el contexto histórico de los poemas.
  • No tomar en cuenta el uso de figuras de lenguaje. 

Sabiduría

Los libros de sabiduría son «dichos» o «sabiduría colectiva» escritos para nuestro beneficio. Estos libros nos muestran la sabiduría que Dios ha dado a Su pueblo sobre cómo vivir en el temor del Señor. Su objetivo principal es darnos principios generales de cómo luce una vida consagrada a Dios. 

Cometemos un error si esperamos que seguir diligentemente estos principios de sabiduría nos liberarán de tribulación o promoverán la prosperidad en todos los sentidos. Al leer los proverbios debemos recordar que vivimos en un mundo caído; incluso si buscamos el temor del Señor, procuramos el bien y nos deleitamos en vivir piadosamente, no hay una garantía absoluta de que todo saldrá como esperamos. 

Sobre todo, la literatura de sabiduría nos apunta a nuestra necesidad de Cristo; no hay manera en la que nosotros podamos vivir completamente consagrados a Dios, siendo sabios en nuestras decisiones sin la ayuda del Espíritu Santo. Por lo tanto, estos libros deben llevarnos a una mayor dependencia de la gracia del Señor, pidiéndole Su dirección para caminar de manera que lo honre y glorifique.

Errores comunes al leer los libros de sabiduría:

  • Leer la literatura de sabiduría como si fueran promesas. 
  • Enfocarte en versículos aislados en lugar de ver el panorama completo del libro. 

Cartas

Las cartas forman la mayor parte de los libros del NT. Estos textos fueron escritos a un destinatario específico, ya sea un individuo o una iglesia en particular. Por lo tanto, para poder entender las epístolas del NT es importante conocer el autor, el destinatario, el contexto y el propósito de la carta. 

Las cartas fueron escritas para el beneficio de las iglesias locales en el primer siglo y continúan edificando nuestras iglesias y nuestras vidas

Como cualquier otra carta, comprenderás mejor las epístolas si las lees de principio a fin, tomándote el tiempo de extraer el significado que el autor de la carta quiso comunicar… no lo que quieres que diga la carta. 

Las cartas del NT son hermosas, pues nos enseñan acerca de la culminación de la obra redentora de Dios por medio de la vida, muerte, resurrección y ascensión de Cristo. Además, las epístolas nos muestran cómo fue que los primeros creyentes aplicaron el evangelio a sus vidas y comunidades. Las cartas fueron escritas para el beneficio de las iglesias locales en el primer siglo y continúan edificando nuestras iglesias y nuestras vidas. 

Errores comunes al leer las cartas:

  • Enfocarte en un solo versículo en vez del significado de toda la carta.
  • No considerar el contexto histórico y el destinatario original de las cartas. 
  • Saltar a la aplicación personal sin considerar lo que el pasaje significó para la audiencia original.

Literatura apocalíptica

La literatura apocalíptica describe el juicio santo de Dios y hace un llamado al arrepentimiento del pecado de Su pueblo. Este género no solo se encuentra en el libro de Apocalipsis, sino también en porciones de Isaías, Jeremías, Ezequiel, Joel, Zacarías y Daniel.

La literatura apocalíptica utiliza lenguaje figurativo, números repetitivos, imágenes y simbolismo para predecir la manera en la cual este juicio se llevará a cabo… todo esto puede hacer que el género apocalíptico sea muy difícil de interpretar correctamente.

La literatura apocalíptica no debe atemorizarnos, sino alentarnos al recordar que Dios es soberano, justo, fiel, todopoderoso y santo

Este género se refiere comúnmente a «el día del Señor» (Is 24:21-22, Ez 30:3-4, Ap 6:15-17 entre otros) y se caracteriza por descripciones de eventos catastróficos para el pueblo de Dios. Cuando leas la literatura apocalíptica es importante recordar que está llena de patrones simbólicos que son mejor interpretados al mantener el contexto histórico en mente, la audiencia original, el uso de estos mismo patrones en otras porciones la Biblia y el llamado de Dios al arrepentimiento. 

La literatura apocalíptica no debe atemorizarnos, sino alentarnos al recordar que Dios es soberano, justo, fiel, todopoderoso y santo. En Su misericordia y compasión, Dios le dio a Su pueblo oportunidades para regresar a Él en arrepentimiento.

Jesús dijo que nadie sabe el día o la hora del fin del tiempo (Mt 24:36), pero tenemos por seguro que Él regresará. Cuando lo haga, Él lo restaurará todo para Su gloria y honra. Mientras tanto, corramos a Él en arrepentimiento y busquemos ser testigos fieles del evangelio.

Algunos errores comunes al leer la literatura apocalíptica:

  • Enfocarte en tratar de interpretar cada uno de los simbolismos y su significado. 
  • Buscar descifrar la hora de los fines del tiempo y como estos se llevaran a acabo.

No temas: toma y lee

Recuerda que una interpretación correcta de las Escrituras no se trata de lo que significa «para ti», sino de lo que Dios buscó revelarnos por medio de los autores originales. No te desanimes: no estás solo en tu interpretación bíblica. De hecho, no estás llamado a interpretar la Biblia en aislamiento; eres parte de un cuerpo de creyentes —tanto histórico como en la iglesia local— que pueden auxiliarte a interpretar correctamente las Escrituras.

Leer la Biblia no debe intimidarte. ¡El Señor nos dio Su Palabra para comunicarse con nosotros, mostrarnos Su carácter y atraernos hacia Él!

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