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¡Soy tan dichosa! Tu mano bondadosa me provee todo lo que necesito, empezando por mi nombre nuevo, mi lugar en Tu mesa y un futuro sin tristezas, todo gracias a lo que hizo por mí Tu precioso unigénito, el primero, el que eligió dejar Su trono majestuoso para llevarnos a casa.1 Mi herencia es indestructible y eterna. ¡Jamás perderé todo lo mejor!2 

Mientras más lo comprendo, más me alegro, descanso y soy capaz de amar… porque es al encontrarme en Tí que puedo disfrutar de todo lo demás por lo que realmente es y está de acuerdo con tu designio soberano.

Solo la luz de Tu rostro me da libertad para apreciar la calidad real de cada persona, de cada cosa y de cada situación. Verte, Jesús, en las páginas de la Biblia, admirarte y asombrarme, me permite ver alrededor y comprender cómo lucen las añadiduras. Tu Espíritu es el que me guía a toda verdad y me revela Tu carácter, porque eres la luz y por Ti, mis ojos ven.3 

Este ejercicio de maravillarme ante Tu majestad, inevitablemente muestra la calidad de cada elemento que conforma mi vida y, al mismo tiempo, me deja saber el propósito de su diseño. Así cuesta menos dejar atrás y soltar la mano a todo aquello que no me puede sostener eternamente. Verte cada vez con mayor claridad me permite ver todo lo demás también con mayor claridad, y es allí donde se ajustan mis expectativas.

Todos los buenos regalos que por Tu bondad inmensa nos das para vernos reír, disfrutar y saborear son anticipos de la perfección futura. Son como esa guarnición deliciosa que hace resaltar el plato fuerte. Los acompañamientos no están diseñados para ser lo que llene nuestro plato, nuestro estómago o nuestro corazón. Cada persona, relación, emprendimiento, ministerio, bien o sueño es un regalo Tuyo, pero no eres Tú. 

Cada añadidura es buena y diseñada por Tus mismas manos para alegrarme de este lado del cielo, pero si llega el día en que una añadidura me desvíe la mirada para olvidarte, ¡alértame con Tu voz! ¡Corrígeme como el buen pastor que eres!4

Señor, ¡gracias por enseñarme poquito a poco a escoger lo mejor! Verte deseable es el milagro más grande, porque los humanos estamos programados desde la caída a querer las añadiduras antes que a Ti.5 Ver avances en mi asombro ante Tu belleza me llena de esperanza y ¡Te alabo de todo corazón!6


1 Fil 2
2 1 P 1:3-4
3 Jn 16:13
4 Sal 139:23-24
5 Gn 3
6 Mt 13:44-45
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