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En las últimas clases de lenguaje, hablé con mis estudiantes sobre la importancia de “hablar con el texto” que leemos. Ellos se rieron la primera vez que escucharon esa frase, pero luego de entenderla como estrategia se dieron cuenta de su importancia. Hablar con el texto es una habilidad que se trabaja poco a poco y que permite comprender mejor lo que leemos. Existen distintas maneras de acercarnos al texto que nos ayudan a ser lectores conscientes y activos frente a las palabras que se nos presentan, y la Escritura no es la excepción.

El autor de Recuperemos el arte perdido de la meditación bíblica: Encuentre verdadera paz en Jesús (Editorial Vida, 2020), Robert J. Morgan, es pastor de enseñanza en The Donelson Fellowship en Nashville, Tennessee (Estados Unidos), y ha dirigido conferencias bíblicas, seminarios y retiros familiares junto a su esposa Katrina.

Morgan nos entrega en su libro distintas ideas sobre lo que es la meditación a través de las Escrituras y describe sus beneficios para nuestra vida, tales como: “el crecimiento espiritual, la fortaleza emocional, una intimidad más profunda con el Señor y una paz que estabiliza nuestra alma” (p. x). Desde el título de este libro, cada capítulo es un llamado a que formemos un hábito y desarrollemos la habilidad de comprender mejor la Palabra de Dios por medio de la reflexión.

Recuperemos el arte perdido de la meditación bíblica

Recuperemos el arte perdido de la meditación bíblica

Editorial Vida. 192.

El autor de Recuperemos el arte perdido de la meditación bíblica: Encuentre verdadera paz en Jesús (Editorial Vida, 2020), Robert J. Morgan, nos entrega en su libro distintas ideas sobre lo que es la meditación a través de las Escrituras y describe sus beneficios para nuestra vida, tales como: “el crecimiento espiritual, la fortaleza emocional, una intimidad más profunda con el Señor y una paz que estabiliza nuestra alma” (p. x). Desde el título de este libro, cada capítulo es un llamado a que formemos un hábito y desarrollemos la habilidad de comprender mejor la Palabra de Dios por medio de la reflexión.

Editorial Vida. 192.

Además de dar a conocer qué es la meditación bíblica, el autor nos lleva de forma inmediata a la práctica en cada capítulo: sugiere cómo usar notas adhesivas para recordar versículos claves, leer la Biblia en voz alta, anotar la fecha en la que un versículo específico nos marcó, entre otros consejos.

Necesitamos la meditación bíblica

La meditación puede ser un tema frecuente en distintos contextos: en el trabajo, en los estudios, en la medicina y en la psicología, y es altamente recomendada por cristianos influyentes incluso a través de redes sociales. Así que el autor propone un concepto que nos lleva a un hábito no solo de reflexión, sino también que nos ayuda a reconocer a quien nos está hablando: Dios mismo, puesto que la meditación bíblica permite comprender de mejor manera el mensaje que Él tiene para nosotros y, al hacerlo, nos lleva a conocerle de manera más íntima.

La meditación de la que habla este recurso no consiste en relajar nuestra respiración o sentarnos en cierta posición —como en la meditación trascendental— mientras leemos las Escrituras. Robert J. Morgan menciona que “la meditación bíblica no es solo un asunto de meditar en las Escrituras; es meditar en el Dios de las Escrituras” (p. 79). Se trata de que tomemos su tesoro lleno de verdades por medio de una reflexión personal, considerando una habilidad mucho más profunda que la memorización de versículos bíblicos; más bien lo que propone es que busquemos ‘reflexionar y personalizar las Escrituras’” (p. 66).

Practiquemos la meditación bíblica

Morgan cita distintos testimonios de creyentes cuyas vidas estaban arraigadas en Cristo y que se fundamentaban en Él cada día más por medio de la meditación de las Escrituras. Por medio de estas historias, el autor propone que no hay un momento ni un tiempo específico para llevar a cabo la meditación bíblica; puede ser desde el lugar más íntimo que se tenga, hasta uno donde se esté rodeado de más personas. Lo importante será que, al realizarlo, “—alguien como usted— será ‘como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan’ (Sal 1:3)” (p. 99).

Tal vez eres de las personas a quienes les cuesta memorizar o desarrollar hábitos. En este sentido, el hábito de la meditación bíblica puede permitirte realizar de manera aún más consciente las actividades diarias. Cuánto mejor si estas actividades están relacionadas con las cosas eternas. Pensar de manera constante o habitual en las Escrituras, es decir, meditar en ellas y atesorarlas, permitirá que se pueda “construir profundidad en quienes somos y quienes vamos a ser” (p. 122).

Recuperemos el arte perdido de la meditación bíblica es un instrumento útil para aprender y enseñar sobre la importancia del estudio bíblico (ya sea de manera personal o grupal), considerando la lectura y reflexión de la Palabra en el corazón de cada persona. Para ello, al finalizar la lectura, el autor propone una guía práctica de meditación bíblica de 10 días, para comenzar desde ya con la práctica de esta habilidad ¡No te quedes atrás, sé intencional en la meditación bíblica!

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