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El discernimiento es la agudeza, capacidad de entendimiento o la comprensión para ver las cosas tal como son, desde la perspectiva de Dios. El discernimiento nos permite distinguir entre voces bíblicas y no bíblicas dentro de las visiones del mundo que están en competencia y con las que nos encontramos. El discernimiento es el primo de la sabiduría. Si la sabiduría es habilidad en el arte de vivir conforme a la voluntad de Dios, el discernimiento es habilidad en el arte de ver como Dios ve. Si la sabiduría es «el conocimiento del mundo de Dios y la habilidad de adaptarse a él» (Bruce Waltke), entonces el discernimiento es la claridad para ver e interpretar al mundo y la capacidad de encajar o resistir, según sea necesario.

Los pastores se centran en el discernimiento cuando necesitan ayudar a los creyentes a detectar y resistir mentalidades y costumbres falsas y a crecer en sabiduría. Los pastores saben que lo que las personas hacen depende en gran medida de las opciones que puedan ver. El discernimiento comienza con convicciones fundamentales sobre Dios y el mundo. Las creencias fundamentales se convierten en la medida que utilizamos para poner a prueba otras ideas o perspectivas.

El discernimiento es la perspicacia y la comprensión para ver las cosas tal como son, desde la perspectiva de Dios

David ilustra el discernimiento. Cuando los ejércitos filisteos e israelitas se encontraron en las colinas de Judea, Goliat ofreció luchar contra un héroe de Israel y pelear uno a uno, en lugar de una batalla entre los dos pueblos. Saúl había prometido entregar a su hija en matrimonio y liberar de todos los impuestos a quien venciera al gigante, pero nadie se presentó porque los soldados lo sabían: los muertos no pagan impuestos de todos modos. Se preguntaban quién se atrevería a luchar contra el gigante filisteo.

David tuvo el discernimiento de ver la situación a la manera de Dios. Sabía que la pregunta no era: ¿Quién se atreverá a luchar contra el gigante?, sino «¿quién es este filisteo incircunciso para desafiar a los escuadrones del Dios viviente?». David vio que Goliat había despreciado a Dios y declaró que «la batalla es del Señor» mientras se enfrentaba a su enemigo (1 S 17:26, 42-48).

El discernimiento da forma a nuestras elecciones hoy en día. En el aborto, por ejemplo, algunos no ven más que la eliminación de un grupo de células como un simple «producto de la concepción». Otros ven violencia contra los débiles y los indefensos. Unos ven que las mujeres por fin pueden ganar el control sobre sus vidas, mientras que quienes tienen discernimiento ven que los niños pierden la vida.

El discernimiento nos permite resistirnos al conformismo de nuestra generación. La comunidad a la que se pertenece es esencial, ya que la mayoría de las personas son seguidores. Las personas ven las situaciones morales como lo hace su cultura. Las comunidades tienen costumbres y las costumbres pueden ganar fuerza moral, ya que lo que es habitual parece moral o correcto.

La aplicación de la Biblia también incluye el discernimiento porque una parte de la audiencia en la iglesia se resiste silenciosamente a un pastor cada vez que aborda temas controvertidos. Si los oyentes rechazan la postura del líder en temas importantes, también rechazarán su guía. Por lo tanto, los maestros abordan las visiones actuales del mundo con discernimiento y sabiduría para poder romper con los prejuicios existentes. Idealmente, la palabra de Dios nos permite separarnos de nuestra cultura lo suficiente como para ver sus puntos de vista y sus puntos ciegos.

Si la sabiduría es habilidad en el arte de vivir conforme a la voluntad de Dios, el discernimiento es habilidad en el arte de ver como Dios ve

Por lo tanto, el deber enfatiza lo que debemos hacer, el carácter examina quiénes debemos ser, las metas tocan lo que debemos buscar y el discernimiento explora ideas en competencia sobre Dios, el deber y el carácter. Los deberes están definidos, pero nuestro carácter, nuestros objetivos y nuestro discernimiento son abiertos. Un hombre de carácter sabe cómo actuará, pero no a dónde le pueden llevar sus acciones. Un hombre que vive por metas sabe a dónde irá, pero no siempre sabe en qué estado llegará allí.

Busquemos dirección en los mandatos, narrativas, doctrinas, canciones y oraciones de la Biblia. También tratemos de responder a las preguntas que la gente se hace cuando escuchan la Palabra de Dios. De esta manera, podemos llevar las Escrituras a las personas y a las personas a las Escrituras. Por la gracia de Dios, podemos ayudar a los creyentes a crecer en su identidad en Cristo ayudándoles a desarrollar el discernimiento en su vida espiritual.

¡Valoremos ese privilegio y honremos a quien nos lo da, nuestro Señor!


Esta es una porción adaptada de un ensayo publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Sol Acuña Flores.
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